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Juan Carela

Un matemático invierte en la bolsa: «Si eres tan listo, ¿por qué no eres rico?»

Recuerda el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: "Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos." Deuteronomio 4:10

John Allen Paulos es doctor en matemáticas por la Universidad de Wisconsin y profesor de esta materia en la Temple University de Filadelfia. Además de escritor de éxito, es un afamado conferenciante, comentarista y respetado columnista sobre disciplinas como la filosofía de la ciencia, la lógica y las matemáticas, así como sobre las hilarantes aberraciones que la ignorancia matemática suele generar.

Ha comentado asimismo decenas de libros en publicaciones como the new york review of books o the london review of books. En 2002 recibió el University Creativity Award y, en 2003, el American Association for the Advancement of Science Award, por su contribución a la divulgación de la ciencia. Tusquets Editores ha publicado, en esta misma colección, sus obras tituladas el hombre anumérico, más allá de los números, un matemático lee el periódico, érase una vez un número y un matemático invierte en bolsa.

Este libro de John Allen Paulos describe exactamente lo que dice su título: una aventura personal de uno de los matemáticos más conocidos de nuestro tiempo, excelente divulgador con libros como El Hombre Anumérico o Un matemático lee el periódico. Paulos invirtió en bolsa, como tanta otra gente, un montón de dinero durante el boom de las puntocom de finales de los 90 y cuando llega el crash de 2000 pierde hasta la camisa. Puso un montón de dinero en acciones de WorldCom, cuyo escándalo financiero y posterior quiebra fue una de las más sonadas de 2001.


En ese repaso a su experiencia personal, Paulos recorre todos los tecnicismos de los mercados, desde el punto de vista matemático: cómo funcionan los mercados, cuáles son los efectos de los «conocimientos compartidos» entre los «jugadores», el comportamiento de las finanzas desde el punto de vista de algunas manías psicológicas, el efecto de los rumores sobre los mercados, algunos «timos» bien conocidos (unos teóricos, otros reales) y muchos detalles más. Después entra de lleno en las fórmulas que se emplean para analizar el mercado: el análisis fundamental y el análisis técnico, así como algunas de las estrategias técnicas más conocidas. Tras explicar que muchos de estos sistemas (como el análisis técnico, las «ondas de Elliot» y similares) son sólo comparables en eficacia a las predicciones astrológicas, hace un respaso al azar como factor del mercado, a la teoría de los «mercados eficientes», los esquemas de Ponzi, los «descuentos del futuro» y todo tipo de factores adicionales, desgranando qué tienen de verdad matemática y qué no. También dedica un capítulo a explicar cómo funcionan y por qué son especialmente peligrosas las opciones sobre acciones (con las que él también «invirtió»), y describe matemáticamente los conceptos de riesgo y volatilidad, y también la necesidad de diversificar en la cartera personal. El final del libro lo dedica al estudio del comportamiento de los mercados como sistemas caóticos, a algunos temas sobre complejidad y a ciertas paradojas inherentes de la bolsa.

Nada de esto le sirvió para no perder su dinero.

Ni nada de lo que cuenta servirá para que nadie gane dinero.

Lo único que queda claro tras la lectura del libro son los consejos tradicionales para quienes quieren invertir/jugar en bolsa: no invertir dinero que no tienes, invertir sólo lo que te sobre, diversificar la cartera, tener mucho cuidado con el riesgo que se asume y poner un límite a las pérdidas. Leerlo de mano de un matemático ilustre que ha caído en todos esos errores no deja de ser un tanto irónico, sobre todo porque esas reglas se conocen desde hace mucho tiempo.

Algunas de las cosas que cuenta son ciertamente muy propias del mercado estadounidense, en general las historias son aplicables a cualquier otro, además de que en el actual mundo globalizado eso ya tiene poca importancia. Una de las conclusiones más curiosas que propone es que aunque los mercados estuvieran en cierto modo «amañados» por los banqueros o los grandes brokers (por ejemplo, mediante el manejo de información privilegiada, movimientos oportunistas, etc.) para los «jugadores» externos, sin más información, ese dato sería irrelevante. Igual que lo es saber que un dado o una moneda están amañados antes de apostar por un número, si simplemente sabes que están amañados pero no sabes en qué sentido están amañados. (Ejercicio: pensarlo un poco y demostrar por qué.) En el libro propone que esta curiosa situación puede ser la realidad subyacente de los mercados, si no siempre, si al menos en ciertas ocasiones, además de una complejidad intrínseca que probablemente anula cualquier tipo de análisis que pudiera ser capaz de «predecir el futuro» de los diversos valores concretos.

El libro me resultó muy interesante de leer aunque tiene ya unos cuantos años y no lo había descubierto hasta ahora. Toca un montón de temas de los que por aquí he hablado alguna vez, aunque lo hace tal vez de forma demasiado breve. Pero siempre resulta interesante ver esos asuntos mencionados para comparar puntos de vista, dado que Paulos los trata de forma muy amena. Se mencionan por ejemplo la Ley de Benford, el libro de Nassim Taleb Fooled by Randomness como uno de los pocos libros sobre la materia en cierto modo «fiables», lo variable que son los conceptos de inversiones, azar y felicidad y hay alguna referencia a la forma en que se genera el caos en el mercado, en referencia a A New Kind of Science de Stephen Wolfram, como conclusión.

Tal vez, como dice la cubierta, sea un libro «de lectura obligatoria para quien quiera operar en bolsa», aunque más bien diría que lo debería ser para cualquiera que quiera entender cómo funcionan matemáticamente muchos de los conceptos que envuelven a la bolsa.

Hay otras reseñas de este libro en El Cultural y un breve en LaBitácora.net. Actualización: Juan nos apunta una entrevista a Paulos en el programa Redes de TVE: Calculamos fatal.

En los 90, uno de mis anuncios publicitarios favoritos de la revista Wired era aquel de e*Trade, uno de los más populares servicios de bolsa online del boom, que mostraba a un señor en gabardina sentado en el metro, con un texto que decía algo así como:
Este señor trabaja en tu banco.
Ahora bien… Si es tan buen broker,
¿por qué va al trabajo en metro?
Exactamente igual que la frase de Paulos que abre esta reseña.

El señor me ha mostrado el camino…y he decidido tomarlo…ahora tendré que enfrentarme a mayores y severas prueba que antes. Pero no la temo. El va siempre conmigo. Amo a Jesús más que a mí mismo. Le obedezco, a pesar de que mi cuerpo a veces teme, o no desea sufrir todo lo que vendrá. Hago esto porque no valoro mi vida sino que seguiré dondequiera que el señor me guie. El dice: ve y yo voy Y ahora no vivo como quisiera vivir, sino como el señor quiere.
“He visto lo que hay en el mundo “, “y no tiene nada bueno que pueda ofrecerme .Jesús es mi única fuente de paz”.


Cristo Viene Ya

««Los pensamientos de una persona en los cielos, hablan más fuerte que sus obras en la tierra». Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. La persona que ora tiene que tener la absoluta convicción de que Dios escucha sus plegarias y de que el Eterno puede hacer todo lo que desee cada vez que lo desee. .

3 comentarios:

  1. Cuanta pelotudez se lee hoy en día. Que tiene que ver la biblia? o el "señor"? Cualquiera que tenga 2 dedos de frente y estudie cualquier cátedra de historia, se daría cuenta de la terrible pelotudez.

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