Los 19 matemáticos se sorprenden al ver que los conocimientos matemáticos avanzados, que no se usan mucho en la vida cotidiana, muestran su poder en los casinos. Según se sabe, los intelectuales juegan principalmente en las carreras de caballos y perros, y Black Jack. Antes de apostar, deducen y calculan, con su conocimiento de especialidad, la probabilidad de ganar y al final, logran el secreto de ganar en todas las apuestas.

En los últimos años, los miembros del “Ponte Club” han tenido una vida lujosa. Viven en las casas por valor de decenas de millones, dentro de las cuales, hay galerías y pistas de bowling privadas.
Sin embargo, como dice el proverbio, “un árbol alto coge el viento”. Hace poco, el éxito de los matemáticos en los casinos y su vida lujosa llamaron la atención del buró  de impuestos de Australia, que empezó la investigación oculta. Pese a que los 19 matemáticos ganaron un total de más de 2.400 millones de dólares australianos, nunca pagaron impuestos por estos ingresos. La evasión del impuesto llega posiblemente a 900 millones de dólares australianos.

El buró  de impuestos de Australia indicó que, como el comportamiento de juegos de azar del “Ponte Club” tiene el carácter profesional, no es aplicable la cláusula de “exención de impuestos a los ingresos de juegos” de la ley australiana. El buró  de impuestos de Australia investigó las cuentas de 14 miembros del grupo y descubrió que este grupo ha evadido el impuesto a través de diferentes métodos complicados durante los pasados años, intentando convencer al gobierno de que no ganan mucho. Además, los 19 matemáticos destruyeron intencionalmente los registros de juego de azar, y utilizaron los software de encriptación.  Es muy difícil que el poder judicial les ponga pleito.

Por el momento, al menos tres miembros del club están bajo investigación y han recibido una factura de impuestos enormes. Las tres personas dijeron que no tienen ningún ingreso oculto ni tampoco la evasión del impuesto, pero el buró  de impuestos de Australia ha presentado la acusación ante el tribunal, pidiéndoles pagar 900 millones de dólares australianos de impuestos. Si el buró  de impuestos de Australia gana el pleito, será el primer caso de imponer impuestos a los “jugadores profesionales” en el país.