Cuando éramos niños, obtuvimos muchos aprendizajes de la vida por medio de fábulas. Pero estos relatos cortos (y milenarios) con animales o cosas como protagonistas también dan lecciones a los adultos, en particular a los emprendedores. Aquí te compartimos las de cinco conocidas fábulas:
Dormía un
león cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y
lo atrapó. A punto de ser devorado, el ratón le pidió que le perdonara,
prometiéndole pagarle en el futuro. El león echó a reír y lo dejó marchar. Días
después, unos cazadores apresaron al rey de la selva y lo ataron con una
cuerda. Al oír el ratón los lamentos del león, corrió al lugar y royó la
cuerda, dejándolo libre. “Días atrás” - le dijo -, “te burlaste de mí pensando
que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que
los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos”.
Lección
Nunca menosprecies tu tamaño ni el de los demás. Es probable que como
emprendedor, sientas que eres pequeño a comparación de las grandes compañías, y
que nada puedes hacer para competir contra ellas u ofrecerles valor. La clave
está en satisfacer las necesidades de un mercado y aprovechar las
oportunidades para poco a poco ganar tracción. Conócete y descubre qué es
lo que puedes hacer por los demás.
Asimismo, nunca menosprecies a alguien por su tamaño, posición o condición.
En tu empresa considera las opiniones de tus colaboradores, sin importar su
área o cargo, ya que nunca sabes de dónde puede venir tu siguiente gran
idea; tampoco juzgues a alguien por su condición o nombre, la persona que
menos esperas puede convertirse en tu siguiente gran cliente o socio. Y
por último: siempre cumple tu palabra.
La zorra y las uvas
Una zorra que tenía mucha hambre, al ver colgando de una parra unos deliciosos
racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca. Como no pudo alcanzarlos, se
alejó diciéndose: ¡Ni me agradan, están tan verdes...!
Lección
No culpes a los demás (o la situación) de lo que no puedes lograr. Éste es un
mal muy común en los managers terribles y en los directivos poco
efectivos: Culpar a su equipo por la falta de resultados para evitar salir
dañado. Lo cierto es que los resultados de tus colaboradores son resultado de
tus habilidades directivas; así que acepta tu responsabilidad y convierte
esas uvas en tu siguiente meta.
También, esta fábula puede aplicar a los emprendedores que buscan “excusas”
y razones de sus fracasos. Si tu negocio no consigue despegar y
fracasas, nunca digas que en realidad no te interesaba o que el mercado no
estaba preparado o que los inversionistas no cumplieron. Si alcanzas las
deliciosas uvas es únicamente porque te esforzaste en hacerlo, invirtiendo
tiempo y dinero en tus estrategias; al final, todo dependerá de ti.
La liebre y la tortuga
Una vez, una
liebre, se burlaba de las patas cortas y de la lentitud de una tortuga. Ésta
dijo a la liebre: "Puede que seas muy veloz, pero estoy segura de poderte
ganar una carrera”. Sorprendida, la liebre aceptó el reto. Llegó el día de la
carrera y mientras la tortuga no dejaba de caminar aunque a paso lento, la
liebre corrió rápidamente y al ver seguro su triunfo decidió echarse una
siesta. Poco después, la liebre despertó y vio a la tortuga llegar a la meta y
ganar.
Lección
La carrera del emprendedor es una maratón, no una prueba de velocidad.
No existen atajos ni fórmulas mágicas para llegar a la meta; sólo aquel perseverante
y trabajador es el que consigue triunfar en el mundo de los negocios. No
intentes saltarte etapas ni buscar el éxito fácil; la única receta es el
trabajo duro. Y además: nunca te duermas en tus laureles. No sabes cuándo un
competidor, por más chico que parezca, pueda superarte y ganar a los
consumidores.
“Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y Sus oídos atentos
a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el
mal” (1 Pedro 3:12)
La cigarra y la hormiga
Llegó el
verano y una hormiga recogía con afán granos para guardarlos y alimentarse
durante el invierno. La cigarra, que pasaba el día cantando, se sorprendió de
ver a la hormiga trabajar tan arduamente en época en que los animales se entregaban
a la diversión. Cuando llegó el invierno, la cigarra estuvo hambrienta y fue a
pedirle a la hormiga unos cuantos granos. La hormiga le dijo: “Si hubieras
trabajado en el momento oportuno, hoy no tendrías escasez de alimento. Ahora
canta, mientras yo como”.
Lección
Planea, anticípate y organízate. Nunca permitas que el ocio se inserte
en tu vida y dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Aprende a ser un
emprendedor eficiente que tiene anticipados cómo serán los meses “flojos” y
cómo serán los “ocupados”. Distribuye tu carga laboral diaria de manera que
no desperdicies el tiempo hoy para arrepentirte mañana. Sólo la
autodisciplina te permitirá crear hábitos positivos que te conviertan
en una persona productiva y de alto desempeño. Además, de esta manera podrás disminuir
el estrés y equilibrar mejor tu vida personal y profesional.
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