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Vencer al Azar

"El fracaso ha sido la oportunidad más hermosa que la vida me ha regalado.

Cuando las cosas salían como yo deseaba, era muy complicado distinguir mis errores. Tras los triunfos, celebraba mis virtudes y alababa mi suerte. El fracaso me ha enfrentado con honestidad a mis sombras, carencias y defectos.

Cuando todo iba bien, era muy tentador acomodarme y dejar que la marea me arrastrase. El fracaso me ha empujado a desafiar mis límites. El fracaso me ha recordado que hay cosas en la vida que no podemos controlar. Pero también, que hay dos cualidades que son mi absoluta responsabilidad: mi actitud y mis acciones.

El fracaso me ha liberado de lo que no es esencial. Estoy vivo. "Tengo a Jesucristo como mi Señor y Salvador personal". Tantas angustias y miedos por el futuro no valen la pena.

Y, por encima de todo lo demás, el fracaso me ha permitido disfrutar del amor de las personas que me quieren. Gente por la que daría mi vida. Tras semanas de dolor, decidí embarcarme en el desafío más hermoso que he afrontado: construir el mejor Juan Carela del que fuese capaz.

Decidí trabajar en mi fuerza de voluntad, en mi disciplina, en mi ternura, en mi empresa, en mi alegría. Muy despacito y sin compararme con nadie. La única medida de mi progreso es el Juan Carela del día anterior.

El objetivo es llegar a la cama cada noche siendo un poquito mejor que la persona que salió por la mañana. Ser capaz de responder con honestidad a estas preguntas: ¿He afrontado mis miedos o he puesto excusas para no hacerlo? ¿He dicho todo lo que pensaba? ¿He trabajado tan duro como podía? ¿He vivido profundamente? ¿He empujado mis límites un pasito más allá? ¿He ayudado a que sean un poquito más felices las personas que quiero? ¿Les he recordado mi amor?

En esta jornada he descubierto algo que no había alcanzado ni haciendo un doctorado, ni viajando por medio mundo: La seguridad de que afrontaré los bofetones de la vida con serenidad e inteligencia."

"He dudado si publicar, o no, esta entrada. Mi vida es mucho menos interesante que las anécdotas de Jesucristo y la terrible agonía de su inmerecido sacrificio en la cruz, entregándose a sí mismo como expiación por nuestros pecados. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y Winston Churchill no sufrieron ni un ápice de lo que sufrió nuestro Señor Jesucristo, pero cuando yo estaba mal, me ayudó muchísimo ver cómo personas que habían sufrido derrotas infinitamente más dolorosas que la mía se levantaban y continuaban su camino, alumbrando ternura y pasión.

Si alguno de los que leéis mi blog está pasando un momento difícil, si vuestros sueños acaban de romperse, solo puedo deciros que yo también fracasé. Yo también lloré. Yo también creí que se me había escapado lo mejor de mi vida. No podía estar más equivocado. El fracaso es la oportunidad más hermosa que la vida me ha regalado.

Es importante recordar que el fracaso es una parte natural de la vida y puede ser una oportunidad para aprender y crecer. Puede ayudarnos a enfrentar honestamente nuestras sombras, carencias y defectos, y a desafiar nuestros límites. También nos puede ayudar a liberarnos de lo que no es esencial y a enfocarnos en lo que es importante para nosotros. Además, el fracaso puede permitirnos disfrutar del amor y el apoyo de las personas que nos quieren. Es importante trabajar en nuestra actitud y nuestras acciones y hacer un esfuerzo consciente para mejorar cada día. Aunque puede ser difícil enfrentar el fracaso, es una oportunidad valiosa para crecer y aprender.

¿Por qué hablo de los beneficios de mi fracaso? Simplemente, porque el fracaso significó librarme de lo que no es esencial. Dejé de fingir que era otra cosa y comencé a dirigir toda mi energía a completar el único trabajo que realmente me importaba. Si hubiera tenido éxito en cualquier otro ámbito, nunca habría encontrado la determinación para triunfar en el terreno al que yo creía que pertenecía de verdad.

"Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios." Filipenses 4:6"

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla.

Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos, playas. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay más de siete billones. Además no es tan malo vivir solo.

Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, Martin Luther King , tu abuela y mi abuela, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja porque nos hace desconfiados.

 
 
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando estuve enfermo y deprimido, cuando vid la partida de un ser querido de este mundo, cuando quien amamos no ha traicionado.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás, quien no se ama a sí mismo no puede amar.

Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todos los que te aman. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos. “Adolf Hitler”

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, las pizzas italiana, los tacos mexicanos, el vino  y el champagne francés, los mares y los ríos, el Béisbol
Dominicano, el Fútbol de los Brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, las alabanzas cristiana, las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o cualquier otra enfermedad, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas…y si le ganas, serás humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.

 
Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

 
 
Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.
 

No sé cuándo será, pero llegará el día en que deje de pisar la tierra. No sé cuándo dejaré de contemplar mis amaneceres y mis ocasos. El amanecer llega lentamente, pero el ocaso es rápido. "Y los atardeceres son como pequeños milagros que nos recuerdan por qué vivimos."

Un día será la última vez que vaya al monte a cortar la leña. Sé que algún día habrá terminado todo, y eso estará bien, pues el simple hecho de haber disfrutado la vida, de haber despertado mi conciencia, de haber aprovechado mi existir y mis fuerzas, sé que todo estará bien y que habrá valido la pena.

Un día, que ni imagino pero que ya existe, dejaré de abrazar y besar a los que amo. Sé que este trayecto en mi camino algún día habrá terminado, y lo único que importará serán mis creencias, mi fe, no mis miedos, ni mis errores, pero mucho habrán valido mis abrazos, mis caricias, mi amor y mis consejos.

"Esta vida me ha dado más de lo que pude haber imaginado, y eso es más que suficiente para vivir agradecido a Dios por lo que me resta de vida. Esta vida me ha dado lo más preciado, la oportunidad de amar y saberme amado."

Gracias vida, por mi vida. ¡Por la vida en Cristo Jesús!

 Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

"Tú ya tienes todo lo que necesitas para comenzar a crear tu futuro. Sin embargo, a veces te encuentras diciendo: 'si tan solo tuviera esto… si al menos esto fuera distinto… si tuviera más dinero…'

No exageres la importancia de las cosas que no tienes. Empieza con lo que tienes, no con lo que te hace falta.

No permitas que aquello que no puedes hacer te impida hacer lo que sí puedes. La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente que vacila, todo parece imposible.

No esperes que existan circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hazlo en las situaciones comunes. No necesitas más energía, habilidad ni mayores oportunidades. Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tienes.

El encanto de lo distante y lo difícil es engañoso. 'La gran oportunidad se encuentra donde está'.

Lo que puedes hacer ahora es la única influencia que tienes sobre tu futuro. La grandeza verdadera consiste en demostrar excelencia en las pequeñas cosas.

La alegría nunca vendrá a quienes no saben apreciar lo que ya poseen. La mayoría de las personas cometen el error de buscar muy lejos aquello que está cerca.

Nadie logró el éxito mientras esperaba que todas las condiciones fueran ideales.

No pierdas el tiempo con dudas y temores acerca de lo que no tienes. Decídete de lleno a terminar la tarea que tienes entre manos, sabiendo que el correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años venideros.

Simplemente, hazlo con lo que tienes."

Este mensaje destaca la importancia de aprovechar lo que ya tienes para crear tu futuro. Se enfatiza en no exagerar la importancia de lo que falta, comenzar con lo disponible en lugar de esperar más, y superar la pasividad para evitar que lo imposible parezca inalcanzable. Se insta a actuar en situaciones comunes, sin esperar circunstancias extraordinarias, y a encontrar la grandeza demostrando excelencia en las pequeñas cosas. También se destaca la importancia de apreciar lo que ya se posee, evitar buscar lejos lo que está cerca, y no esperar condiciones ideales para alcanzar el éxito. En resumen, el mensaje principal es "simplemente, hazlo con lo que tienes".


Apocalipsis 22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
 
Cristo viene ya.

Una mañana, una mujer bien vestida se paró frente a un desamparado, quien lentamente levantó la vista y miró fijamente a la mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida.

Su abrigo era nuevo, de una de las mejores pieles. Parecía que nunca se había perdido de una comida en su vida. Su primer pensamiento fue: “Solo se quiere burlar de mí, como tantos otros lo habían hecho.”

“Por favor, déjeme en paz”, gruñó el indigente. Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él. Ella sonreía, sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes; su perfume de una fragancia incomparable, una de las más caras de París.

“¿Tienes hambre?” -preguntó ella. “No”, contestó sarcásticamente. “Acabo de llegar de cenar con el presidente… Ahora vete.”

La sonrisa de la mujer se hizo aún más grande. De pronto, el hombre sintió una mano suave bajo el brazo. “¿Qué hace usted, señora?” -preguntó el nauseabundo enojado.

“Le digo que me deje en paz.”

Justo en ese momento, un oficial de policía se acercó. “¿Hay algún problema, señora?” -le preguntó el oficial.

“No hay problema aquí, oficial”, contestó la mujer. “Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie… ¿Me ayudaría?” El oficial se rascó la cabeza. “Sí, el viejo Juan ha sido un estorbo por aquí por los últimos años. ¿Qué quiere usted con él?” Preguntó el oficial.

“Vamos al restaurante de allí”, - le dijo ella. Uno de los más finos y elegantes de la ciudad. “Yo voy a darle algo de comer y sacarlo del frío por un ratito.”

“¿Está loca, señora?” Exclamó el oficial. El pobre desamparado se resistió. “Yo no quiero ir ahí.” Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron.

“Déjame ir, oficial, yo no hice nada…”

“Vamos, viejo, esta es una buena oportunidad para ti”, el oficial le susurró al oído.

Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al viejo Juan al restaurante y lo sentaron en una de las mesas del rincón. Era casi mediodía; la mayoría de la gente ya había desayunado, y el grupo para la comida aún no había llegado.

El gerente del restaurante se acercó y les preguntó: “¿Qué está pasando aquí, oficial?” “¿Qué es todo esto? ¿Y este hombre está en problemas?”

“Esta señora lo trajo aquí para que coma algo”, -respondió el oficial de policía. “Oh no, aquí no. Sáquenmelo de aquí”, el gerente respondió airadamente. “Tener una persona como esa aquí es de mal augurio para este negocio.”

El viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes. “Señora, se lo dije. Ahora, si van a dejarme ir? Yo no quería venir aquí desde un principio.”

La mujer se dirigió al gerente del restaurante y sonrió. “Señor, ¿está usted familiarizado con el banco…? La firma bancaria que está a dos cuadras de aquí?”

“Por supuesto que sí, lo conozco”, respondió el gerente con impaciencia. “Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de banquetes.” “¿Y se gana una muy buena cantidad de dinero con el suministro de alimentos en esas reuniones semanales? Tienen sucursales en todos los estados del país, a veces se dan almuerzo de negocios de todos los gerentes de sucursales aquí, es el principal sostén de este restaurante…”, contestó el gerente.

“¿Y eso qué le importa a usted, señora?”

“Yo, señor, soy Penélope Hernández, presidenta y dueña de la mayoría de acciones de dicho banco.” “Oh, perdón”, dijo el gerente. La mujer sonrió de nuevo. “Pensé que esto podría hacer alguna diferencia en su trato.”

“Claro que sí, excelentísima dama, perdóneme. Es que este señor con esa fachada me ahuyenta a la clientela…”

El policía, que fuertemente trataba de contener una carcajada. “¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café? O tal vez una comida, oficial?” “No, gracias, señora”, replicó el oficial. “Estoy en servicio.”

“Entonces, quizás, una taza de café para llevar?” “Sí, señora. Eso estaría mejor.” El gerente del restaurante giró sobre sus talones de sus zapatos como recibiendo una orden. – “Voy a traer el café para usted de inmediato, señor oficial.”

El oficial de policía lo vio alejarse y opinó: “Ciertamente lo ha puesto en su lugar”, dijo.

“Eso no fue mi intención”, dijo la señora… “Lo crea o no, tengo una muy buena razón para todo esto.” Se sentó a la mesa frente a su invitado a almorzar. Ella lo miró fijamente…

“Juan, ¿te acuerdas de mí?”

El viejo Juan miró su rostro rejuvenecido de la alegría, con los ojos lagrimeantes. “Creo que sí – Digo, se me hace familiar”.

“Mira, Juan, quizá estoy un poco más grande, pero mírame bien”, dijo la señora... “Tal vez me veo más elegante ahora… pero cuando tú trabajabas aquí hace muchos años, vine aquí una vez, y por esa misma puerta, muerta de hambre y frío.”

Algunas lágrimas cayeron sobre sus mejillas… “¿Señora?” dijo el oficial. No podía creer lo que estaba presenciando, ni siquiera pensar que la mujer podría llegar a tener hambre.

“Yo acababa de graduarme de la Universidad en mi pueblo”, la mujer comentó. “Yo había llegado a la ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada.”

Con la voz quebrantada, la mujer continuaba: "Pero cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de mi apartamento, caminaba por las calles, y era en febrero. Hacía bastante frío, casi muerta de hambre. Vi este lugar y entré con la esperanza de que pudiera conseguir algo de comer". Con lágrimas en sus ojos, la mujer siguió platicando...

Juan me recibió con una sonrisa. “Ahora me acuerdo”, dijo Juan. “Yo estaba detrás del mostrador de servicio. Se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de comer”. “Sí, y me dijiste que estaba en contra de la política del restaurante”.

Continuó la mujer… “Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más grande que había visto nunca… me diste una taza de café, y me fui a este rincón a disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te metieras en problemas. Luego, cuando te vi poner el precio de la comida en la caja registradora, supe entonces que todo iba a estar bien”.

“¿Así que usted comenzó su propio negocio?” El viejo Juan le preguntó. “Sí, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro, y me fui hacia arriba con la ayuda del señor Jesucristo. Eventualmente empecé mi propio negocio que, con la ayuda de Dios, prosperó y ahora soy dueña de una de las más grandes redes bancarias del país.” Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. “Cuando termines aquí, quiero que vayas a hacer una visita al señor Martínez. Él es el gerente de la zona. Hablaré con él y estoy segura de que encontrará algo que puedas hacer en la oficina”.

Ella sonrió. “E incluso le dio un adelanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta estará siempre abierta para ti, Juan.”

Hubo lágrimas en los ojos del anciano. “¿Cómo voy a agradecer?”, preguntó. “No me des las gracias”, respondió la mujer. “A Dios dale la gloria. Él me trajo a ti.” Fuera del restaurante, el oficial y la mujer se detuvieron y antes de irse cada uno por su lado... “Gracias por toda su ayuda, oficial,” Dijo la Sra. Hernández.” “Al contrario”, dijo el oficial, “Gracias. Vi un milagro hoy, algo que nunca voy a olvidar. Y gracias por el café. “… Que Dios te bendiga siempre y no te olvides que cuando tiramos el pan sobre las aguas, nunca sabes cuándo será devuelto a ti... Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con su amor y a la vez tan pequeño para entrar en tu corazón.

Cuando Dios te lleva al borde del acantilado, confía en él plenamente y déjate llevar. Sólo una de dos cosas va a suceder, o él te sostiene cuando tú te caes, o te va a enseñar a volar. El poder de una frase. Dios va a cambiar las cosas hoy y pondrá todo a tu favor. Dios cierra puertas que ningún hombre puede abrir y Dios abre puertas que ningún hombre puede cerrar…

Colosenses 3:23-24: "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

"Los caminos difíciles a menudo conducen a hermosos destinos".



Juan carela

"Un gran inversionista estaba en el muelle de un pequeño pueblo costero de la República Dominicana, mientras observaba llegar una diminuta embarcación con un pescador a bordo.

Ve dentro de la pequeña embarcación que hay varios atunes amarillos de buen tamaño. El empresario comienza a elogiar al pescador por la calidad y cantidad de peces que acababa de sacar del mar. "¿Cuánto tiempo ha tomado pescarlo?" pregunta. "Sólo un par de horas", le respondió el pescador.

"¿Y por qué no permanece más tiempo y saca más pescado?" el inversor preguntó. El pescador le contestó, "Ya tengo suficiente pescado para satisfacer las necesidades inmediatas de mi familia."

"Pero, ¿qué hace usted con el resto de su tiempo?" le pregunta el inversor. "Duermo la siesta, juego con mis hijos, platico con mi señora. Vamos dos veces a la semana a la iglesia, donde nos congregamos, y los domingos después del culto vamos al parque, compartimos en familia, comemos helados, emparedado, en fin, lo que se nos apetezca... Tengo una vida 'placentera' y ocupada, ¿verdad?" le dijo el pescador.

El inversor replicó: "Soy egresado de Harvard Business School y podría ayudarte para que te vaya mejor en la vida. Deberías invertir más tiempo en la pesca y, con los ingresos, comprar una embarcación más grande. Luego podría comprar varias embarcaciones, y eventualmente tendrías una flota de barcos pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a un procesador. Podría abrir tu propia procesadora; deberías controlar la producción, el procesamiento, el empaque y la distribución. Tendrías que salir de este pueblo e irte a las grandes ciudades, Chicago, Nueva York, donde manejarías tu empresa en expansión."

El pescador preguntó: "¿Pero cuánto tiempo tardaría todo eso?" El inversor respondió: "Entre 15 y 20 años". "¿Y luego? ¡Qué!"

El magnate se le cubrió el rostro de ironía, suspiró profundo y con una sonrisa a flor de labios, le dijo: "Que esta sería la mejor parte... Cuando llegues a la cima con tu empresa, deberás abrir la OPA de tu compañía (Oferta pública de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás muy rico y serás un gran magnate. ¿Y luego?" replicó el pescador.

"Luego te puedes retirar. Regresarás a tu comarca en la costa, donde puedes dormir hasta tarde, la siesta, pescar un poco, jugar con tus hijos, compartir con tu mujer, ir a la iglesia de la vecindad, dónde se congregan, y los domingos después del culto, vas al parque, compartes en familia, comes helados, emparedado, en fin, lo que se te apetezca..."

Muy admirado, el pescador replicó: "¿Y acaso no es esto lo que hago?"

Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr riqueza y felicidad que ya tenemos, pero que muchas veces no las disfrutamos. La verdadera felicidad consiste en ser felices con lo que ya tenemos y no sentirnos ansiosos por aquello que no tenemos. "La felicidad de otros sería tener lo que ya nosotros tenemos".

Jugar a la lotería es el camino más común que ocupa la gente para convertirse en millonario. Sin embargo, hay más probabilidades de que sufras algún accidente camino a comprar el boleto y mueras que de sacarte en sí el Loto. 

Y les dijo: "Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee" (Lucas 12:15) "no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda la palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4) (Mt. 6.25-34) 22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.


Muchas veces se hacen grandes esfuerzos para tener el mejor auto, la mejor casa, viajar y tener mucho dinero. Sin embargo, a veces es una carrera muy cansadora y desgastante.

He aquí 30 simples consejos para alcanzar el éxito en la vida, recomendados. Aquí están las recomendaciones para alcanzar lo que te propones:

  1. Darse cuenta de que las personas no se simán lo suficiente por uno como se piensa. La mayoría de las personas no se se dará cuenta si usted se compró un auto nuevo o se puede tomar un ascenso, por lo que no debe basar tu felicidad en sus opiniones.

  2. Las personas que realmente se preocupan por usted no están interesadas en sus logros o bienes materiales. Ellos están interesados en usted. Cuando encuentre personas que lo quieran, haga todo lo que tenga a mano para retenerlos, porque ellos serán su contención.

  3. Organizar la vida en torno al dinero no lo hará feliz. Dele importancia a lo que realmente le apasiona y no a su sueldo.

  4. Las deudas no deben ser un tema central cuando se es adulto mayor. Si está invirtiendo en educación universitaria, debe tener un control de sus finanzas. No debe permitir que las deudas lo acompañen cuando se está en la tercera edad.

  5. La retórica es poderosa. Cuando uno sabe influir en alguien con solo hablar, ya sea para dar confianza o para calmar los temores de un niño, sabrá de primera mano lo que es el poder.

  6. Tiene una responsabilidad consigo mismo y con todos. Por el solo hecho de existir, tenemos la responsabilidad de reconocer la humanidad en todo el mundo y ofrecer ayuda a quienes la necesitan. Sin embargo, está en uno encontrar el éxito y la felicidad.

  7. Prepárese para lo inesperado. Haga todo lo que pueda para entender cómo realmente funcionan las cosas, ya sea en el trabajo o en otros ámbitos. Pero hay que entender que saber de todo no lo preparará para los golpes que le pueda dar la vida.

  8. No hay que permitir que otros definan cómo es usted. Hasta los seres humanos seguirmos viviendo en comunidades, no permitir que personas o ideologías le digan quién eres.

  9. Debe ir siempre más allá de lo que se requiere. Para ser exitoso que ha aflorado a otro. Sin embargo, cuando se está en la cima, que ha con una.

  10. Ser consciente de un mismo es completamente valioso. Si usted es capaz de ver la forma en que ven los demás, se ha de trabajar y convivir con el alcalde.

  11. Los prejuicios afectan todo lo que usted es. La visión que se tenga sobre el mundo será el camino de la decisión de toda que tomo.

  12. Vivir en la presente loco lo enfocado. Acepte que el pasado no ha recavó y enfóquese en lo que está frente a usted.

  13. Las personas que son diferentes pueden enriquecer su vida. Rodearse de personas que piensan parecido a uno puede limitar la capacidad de creatividad. Por su parte, si se convive con diferentes puntos de vista se puede crecer y aprender más.

  14. Viajar más. Conocer otras culturas y formas de vida le permitirá tener otra perspectiva de la vida.

  15. Es importante seguir tomando riesgos hasta encontrar lo que verdaderamente le apasiona. Si no ha encontrado un trabajo que lo haga feliz, no se conformar.

  16. Debes preocuparse por su salud. No puede enfocarse en su carrera profesional si continuamente ignorar sus vicios y sus problemas de salud.

  17. Su reputación debe estar protegida. Cree hábitos para ser honesto, confiable y amable, y los otros lo notarán.

  18. Las emociones no deben guiar la toma de las decisiones. Una reacción sin pensar, influenciada por la furia o el pánico, puede destruir una vida de esfuerzo en un momento. See está calmado antes de tomar una gran decisión.

  19. No hay rencor de guardia. Muchas veces extraños y personas que ama pueden decepcionarlo, por lo que hay que hacer que se ha deleciado a la situación y no guardar rencor.

  20. Busque un gran propósito. Viva en un mundo mucho más grande que usted.

  21. La vida es corta. Aproveche su tiempo al máximo.

  22. Hay muchas cosas que no sabe. Si hay un asunto que puede delegar a alguien más adecuado, hágalo. Si está en una discusión acerca de una temática que no maneja, no intente ser el protagonista.

  23. Debe ser honesto mismo. Si se quiere como persona, es necesario que experimente las cosas que no son tan agradables.

  24. La felicidad es una elección. Su actitud es una decisión. La elección de ser feliz y optimista, un pesar de la situación en el que uno se ha enscajada, produce más éxito que la negatividad.

  25. La confianza le abrirá caminos. Cuando uno crese en sí mismo, otros tienden a creer lo que tiene decir para.

  26. Saberá los miedos. Los que tienen éxito saben cómo aceptar sus miedos y mantener la ansiedad para restringirlos.

  27. Todo el mundo hace daño. Es por eso que es importante ser amable con todos. Incluso un pequeño gesto de amabilidad o bondad puede tener un gran impacto.

  28. Nada es perfecto. A diferencia de las películas, los buenos no siempre ganan. Aprecie lo que tiene, y se sentirá más fuerte y más feliz por esto.

  29. Es bueno consejos. Es bueno tener héroes. Tómese la libertad de pedir consejos y será capaz descifrar qué funciona para usted.

  30. La suerte no es la fuente del éxito. Ser constante en el trabajo o en lo que uno quiere alcanzar el éxito que busca.



"Dios me ha dado un campo de misión aquí mismo y viviré y moriré en él". 

 Hace unos días encontré en medio de unos papeles el libro “Padre de huérfanos, La vida de George Müller”. 

Siempre quise leer de la biografía de este hombre de Dios, pero nunca tuve la oportunidad de hacerlo, así que me “apropie” por una semana de dicho libro, habiendo terminado su lectura el día de hoy y debo decir que ha sido una hermosa experiencia el haberla leído. 

Debo de confesar, que he quedado conmovido, ya que al leer la vida de oración de este hombre, y al compararla con la mía, siento una fuerte vergüenza, pero a la misma vez, un fuerte impulso a mejorarla y ejercitarla. 

A continuación transcribo un trecho del libro, donde nos muestra la intimidad que este hombre tenía con Dios y como se acercaba a Él aún en las cosas más sencillas del día a día: Una espesa niebla envolvió el barco, obligándolo a navegar lentamente por temor a chocar contra los acantilados de la rocosa costa. 

En consecuencia, la nave comenzó a retrasarse. Ante el riesgo de no poder cumplir con su primer compromiso, George se dirigió al puente de mando en busca del capitán. - Vaya, aquí está usted, dijo George al ver al capitán inclinado sobre un mapa. 

Debo decirle que necesito estar en Quebec el sábado por la tarde. El capitán soltó una carcajada. Eso es imposible, señor Müller. Quienquiera que lo esté esperando tendrá que entender que este barco está envuelto en la niebla y que no hay nada que yo pueda hacer al respecto. - En ese caso, dijo George, abiertamente –, si usted no puede encontrar la forma de llegar a tiempo, tendré que pedírselo a Dios.

 No he llegado tarde a una sola cita en cincuenta y dos años y no pienso hacerlo ahora. Acompáñeme a mi camarote y allí oraremos juntos. El capitán quedó tan sorprendido que no acertó a articular palabra. George abandonó el puente y el capitán le acompaño mansamente, yendo hacia cubierta, el capitán cayó en cuenta de lo que iba a hacer y protesto: Pero, ¿de qué sirve orar? La niebla es tan espesa que no acierto ni siguiera a ver la popa.

 E inclinándose sobre la baranda, añadió: Compruébelo usted mismo, señor Müller. - No necesito hacerlo- replico George encaminándose intencionalmente hacia las escaleras. No pongo el ojo en el tiempo, sino en Aquel que lo controla. George entró en su camarote y cerró la puerta firmemente después que entrara el capitán. - Oremos- dijo arrodillándose al pie de su camarote. El capitán siguió su ejemplo y se puso patéticamente de rodillas. - Querido Dios- comenzó diciendo George –, vengo a ti para pedirte lo imposible. Tú sabes que necesito estar en Quebec el sábado y que la niebla nos ha rodeado. Levanta, por favor, la niebla para que el barco pueda continuar su travesía y yo pueda llegar a tiempo.

 Amén. George abrió los ojos y miró al capitán. -Querido Dios… –susurro el capitán con voz temblorosa y desconcertada. George coloco suavemente la mano sobre el hombro del capitán. -No hace falta que usted ore- le dijo. Usted no cree que Dios vaya a responder su oración y yo creo que él ya ha respondido la mía. Con expresión de gratitud el capitán se puso de pie. -Abra usted la puerta –le dijo George con mucha seguridad-. He conocido a mi Señor por cincuenta y dos años y en todo ese tiempo no recuerdo una sola ocasión en que no haya respondido a mis oraciones. 

Le puedo asegurar que la niebla se ha disipado. El capitán abrió la puerta despacio. Se asomó a cubierta y después regreso al camarote de George con el rostro pálidecido de asombro. - Se ha ido – dijo con voz apenas audible-. Tal como usted oró a Dios, la niebla se ha disipado. 

George Müller confió en Dios de una manera plena y poco frecuente. Su fe y su generosidad establecieron un modelo de vida para los cristianos de todas las generaciones. George Muller (1805-1898) "Dios me ha dado un campo de misión aquí mismo y viviré y moriré en él". 

 George Muller se quedó mirando a la niña mendiga. NO tenía mas de 5 años y llevaba custas a su hermanito. Su madre murió a causa de la epidemia de cólera que azoto Inglaterra, y su padre nunca regreso de la mina. En medio de la enlodad calle, esta niña pequeña presto su rostro a los numeroso huerfaonos de Bristol. 

 A pesar de la precariedad de alimentos y dinero para cubrir las necesidades de su propia familia, George Mullr abrió su corazón y su hogar. El Club del Desayuno de la Casa Muller, sostenido por la provisión de Dios, pasó de 30 niños a llenar 5 grandes edificios que fueron hogar de mas de 10.000 niños huerfanos. George Muller confió en Dios de una manera plena y poco frecuente. 

Su fé y su generosidad establecieron un modelo de vidapara los cristiano de todas las generaciones. George Müller Abigail era la hija más pequeña de una pareja de padres que temían a Dios. Su primera oración infantil fue dicha en las rodillas de George Müller, el gran hombre de fe del siglo XIX. Un día, la pequeña, que tenía sólo 3 años de edad, le dijo: «Me gustaría que Dios respondiese mis oraciones de la misma forma que responde las suyas». «Él responderá», fue la respuesta inmediata de Müller. 

Tomando a la pequeña en su regazo él repitió la promesa de Dios: «Todo cuanto pidieres en oración, creed que lo recibisteis, y lo recibiréis». «Ahora, Abbie, ¿qué es lo que deseas pedir a Dios?». «Yo quiero lana», dijo ella. Entonces él, juntando las manos en actitud de oración, dijo: «Ahora, repite lo que yo voy a decir: «Por favor, Dios, manda lana para Abbie» – «Por favor, Dios, manda lana para Abbie», repitió la niña, y saltando, corrió para jugar, perfectamente satisfecha. De repente ella volvió, y, subiendo a sus rodillas, dijo: «Por favor, Dios, manda en colores variados». Al día siguiente ella se llenó de gozo y alegría al recibir una caja que vino por el correo, con una gran cantidad de ovillos de lana de colores variados. 

Su profesora, que estaba fuera realizando una visita, encontró los ovillos de lana y pensó que a su alumna podrían gustarles. Primeros años George Müller fue uno de los mayores hombres de oración de toda la historia. Andrew Murray escribió sobre él: «Del mismo modo que Dios colocó al apóstol Pablo como un ejemplo en su vida de oración para los cristianos de todos los tiempos, así también puso a George Müller, en tiempos más recientes, como una prueba para Su iglesia, de que él continúa respondiendo siempre la oración, en forma literal y maravillosa». Nació en Alemania en el a ño 1805, y su juventud estuvo marcada por la maldad y el despilfarro.

 De niño tuvo una fuerte inclinación por el engaño y el robo, razón por la cual llegó a estar encarcelado durante veinticinco días. En noviembre de 1825 conoció al Señor en una sencilla reunión en una casa, a la cual, sorprendentemente, se hizo invitar por un amigo cristiano. Desde entonces comienza a manifestarse un profundo vuelco en su manera de ser y de vivir, aunque no sin severas pruebas y fracasos. Su padre quería hacerle pastor luterano, pero él quería hacerse misionero. Cinco veces se ofreció para enrolarse, pero cada vez hubo obstáculos en el camino, permitidos por el Señor. 

Finalmente solicitó su admisión en la «Sociedad Londinense para la Evangelización de los Judíos». Fue aceptado, y se trasladó a Londres en marzo de 1829, aunque nunca llegó a ejercer allí. Por ese tiempo había comenzado un despertar entre muchos creyentes, quienes a la luz del Nuevo Testamento «Dios todavía está vivo, y hoy, como hace millares de años atrás, él oye las oraciones de sus hijos, y ayuda a quienes confían en él». «Definitivamente, ¿usted piensa que Dios dejaría de lado una oración de toda una vida? orando por un familiar perdido en el mundo».


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