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Vencer al Azar

El movimiento de las cotizaciones es emocional, volátil y cambia constantemente. En un mercado tan caprichoso como la bolsa de valores los precios se mueven al azar con demasiada frecuencia. Este hecho es INNEGABLE. Podemos aceptarlo como tal y trabajar con ello o pelearnos constantemente contra la cruda realidad.

El mercado es aleatorio

Está claro que panorama tan poco alentador requiere de un paliativo: pensar que el mundo es más ordenado y uniforme de lo que parece.

Es lógico y necesario que sea así.


Las personas necesitamos sentir la ilusión de poder controlarlo todo

Necesario porque las personas necesitamos sentir la ilusión de poder controlar nuestras vidas.

Lógico porque nuestro cerebro es producto de la evolución y está creado para ver más orden del que realmente hay. Aunque esto pudo ser de mucha ayuda en circunstancias en las que vivieron nuestros más remotos antepasados, lo cierto es que no lo es a la hora de predecir el movimiento de las acciones.

El análisis Técnico no es la caja de Pandora

Los patrones del mercado residen principalmente en los ojos de quien los mira

Los patrones del mercado residen principalmente en los ojos de quien los mira. Y hay uno o varios patrones distintos por cada persona.

Esta es un arma muy peligrosa. Muy peligrosa porque a veces se encasquilla y otras el tiro sale por la culata.

Estamos programados para simplificar fenómenos muy complejos y variados, de forma que siempre moldeamos la realidad. Una vez creamos una teoría buscamos evidencias que la confirman, lo que se conoce como el “prejuicio de la confirmación”, por eso el Análisis Técnico funciona tan bien a toro pasado.

Es la eterna lucha entre correlación y casualidad. El hecho de que dos eventos coincidan no significa que el primero es causa del segundo. Y mucho menos que lo mismo vaya a suceder en el futuro.

Más asombroso resulta que no analicemos - bajo las mismas premisas - cuántas veces no se cumplen los pronósticos en esos mismos gráficos.

El precio marca el camino

No eres tú, es el precio el que marca el camino. Hay momentos en que los gráficos dejan de ser un caos y parecen cobrar sentido. Eso hasta que los precios se dan la vuelta y todo vuelve a ser nuevamente caótico.

Pronosticar es una cosa, predecir el futuro otra muy distinta.

Pronosticar es una cosa, predecir el futuro otra muy distinta. Si crees que puedes hacerlo también creerás ser adivino. Si es así mejor deja que sea Rappel quien invierta por ti, ahorrarás tiempo.

Cuestiona tus creencias y convicciones

Cuestiona tus teorías. Te hará dudar y dedicar más tiempo a eliminar malas costumbres y menos a intentar adivinar qué hará el mercado mañana. De esta forma no trataremos de controlar lo que no es posible controlar y nos centraremos sólo en aquello que está a nuestro alcance; como los objetivos, los riesgos y nuestro comportamiento.

Tampoco olvides que quedarse helado delante de la pantalla sin hacer nada es lo mismo que escoger la opción de resignarse a dejarse llevar por la marea. Dios quiera entonces que sea alcista.

Atrévete a decir NO LO SÉ

Se suele decir que “los pronósticos nos dicen más del pronosticador que del pronóstico.” Y no hay ejemplo mejor que las noticias financieras: si la economía va bien y los precios bajan es que falla la confianza, si va mal y suben es que las expectativas son buenas. Y nos inyectan dosis de esta droga cada 24 horas, una vez y otra.

Si actúas con demasiada confianza te pondrán precio a ti

No importa si has seguido la opinión de algún “experto”, recibido información “privilegiada” o detectado la señal infalible. Si actúas con demasiada confianza serás capaz de creer que esa posición que no para de bajar se recuperará en un par días. Cuando llegue ese momento ya será demasiado tarde, el precio te lo habrán puesto a ti.

Atrévete a decir: no lo sé. Sustituye “estoy seguro” por “es posible que”. Eso significa que es posible que estés equivocado. Si no luchas contra la esperanza ella acabará por destruirte a ti. Porque te levantarás un día en que tendrá lugar un ataque terrorista, se desplomarán las acciones y la curva no podrá explicarte nada de nada.

Simplemente reconoce que no sabes qué pasará mañana

Simplemente reconoce que no tienes la certeza absoluta de que mañana vaya a suceder lo que esperas.

Dos medidas para dejar de jugar a la ruleta de la fortuna

Emplea una buena técnica de gestión monetaria, diversifica y sé muy tacaño con los deslizamientos, comisiones y márgenes de tus stop loss.

Adquiere el control de tu disciplina operativa. Deberás asumir que los errores serán en mayor número que los aciertos y que, aun así, las posiciones ganadoras deberán compensar las perdedoras. Eso sólo se consigue cortando rápidamente las pérdidas y dejando correr las ganancias. Nada nuevo en teoría pero todo un reto en la práctica.

Juan 10:10

10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia

"Cristo viene"

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¿QUÉ SON LOS GAPS EN LOS GRAFICOS DE PRECIOS EN LOS MERCADOS DE VALORES?


Los gaps, que se pueden traducir como huecos, son zonas del chart en las que no se ha cruzado ninguna operación, es decir áreas en las que la curva de cotizaciones forma un hueco o salto entre dos sesiones consecutivas. Generalmente los gaps de producen cuando entre dos sesiones ha aparecido alguna noticia, rumor o simplemente sentimiento capaz de modificar intensamente el comportamiento de los inversores.


 Si la noticia es positiva los nuevos compradores no encuentran nadie que quiera vender a los precios anteriores, y la nueva cotización esta mucho más alta que la ultima, dejando entre ambas un hueco o gap. Por el contrario si la noticia es negativa, la avalancha de vendedores no encuentra ningún comprador que esté dispuesto a pagar los anteriores precios y cae fuertemente antes de que se produzcan las primeras compras, dejando también un hueco o gap entre la cotización de la sesión anterior y la cotización de la sesión actual.

Existen tres tipos de gaps: gaps de ruptura, gaps de continuación y gaps de agotamiento. Los gaps de ruptura suele ocurrir al final de una figura chartista (por ejemplo la ruptura de un triángulo) o cuando se supera una línea de resistencia, y suele marcar el principio del movimiento. Suelen ir acompañados de un fuerte volumen de negocio, como es habitual en las rupturas fuertes de las figuras chartistas y es una buena señal de compra. Los gaps de continuación suelen producirse hacia la mitad del movimiento esperado después del gap de ruptura. A veces se producen varios gaps de continuación prácticamente a continuación uno de otro, lo que es señal de la fortaleza del movimiento, y debe interpretarse como una señal de continuidad del movimiento. 


Los gaps de agotamiento aparecen al final del movimiento, después de los correspondientes gaps de ruptura y de continuación, constituyendo una buena señal bajista. Los gaps por si solos constituyen figuras chartistas con pobres señales de compra o venta, pero son muy interesantes para confirmar otras figuras o análisis chartistas. Por eso es que muchos noveles traders, se preguntan cuándo han dejado una orden de mercado pendiente; ya sea de compra o venta ¿porque esta operación ha abierto con perdida a veces de más de cincuenta Pips? Eso pasa cuando suceden Gaps y los Brokers se aprovechan,si tu orden es perdedora te la ejecutan si es lo contrario no lo hacen…
 

Estos fue lo que sucedió con la apertura de las acciones de FACEBOOK , que hubo ejecución de acciones a precio de 42 y 44 dólares cuando ya las acciones habían descendido al precio de apertura, estafando los banco de inversiones los inversionista con billones de dólares ; por eso las demandas colectiva contra Facebook, NASDAQ Stock Market y los principales Bancos de inversión
 

Salmos 27:4 Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo.

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 UN MATEMÁTICO INVIERTE EN LA BOLSA

Dos teóricos del mercado eficiente, la hipótesis de que toda la información relevante sobre la Bolsa está contenida en la cotización de las acciones, están dando un paseo cuando ven un billete de 100 euros tirado en la acera.
 
"¿Lo cogemos?", pregunta uno.
"¿Para qué?", responde el otro. "Si fuera auténtico, ya lo habría cogido alguien".

Ése es precisamente el problema de la hipótesis del mercado eficiente, un engranaje básico del tablero bursátil. Cuanta más gente se cree la hipótesis, menos gente intenta ganar dinero analizando de verdad las empresas y los sectores, ya que esas complejidades del mundo exterior se pueden leer directamente en las cotizaciones de sus acciones, y todo el mundo tiene acceso a esa información. Pero, cuanta menos gente analiza la realidad, peor se entera la Bolsa de lo que pasa ahí fuera, y por tanto la cotización de las acciones deja de ser un índice fiable de la realidad.

UN MATEMÁTICO INVIERTE EN LA BOLSA

La conclusión es una paradoja de manual de lógica: si la hipótesis del mercado eficiente es verdadera, no se la cree casi nadie. Si se la cree mucha gente, es falsa. O, retomando el chiste, si la hipótesis fuera auténtica, ya la habría cogido alguien.

Es una de las mil historias, paradojas y experimentos mentales que John Allen Paulos, profesor de matemáticas de la Universidad de Temple, en Filadelfia, y brillante explorador de los ángulos matemáticos de la vida cotidiana, utiliza para explicar el universo complejo, peligroso y un punto chulesco de los mercados de valores en su último libro, Un matemático invierte en la Bolsa.

Allen Paulos ya había publicado Un matemático lee el periódico (en la misma colección), donde demostró ser un lector de prensa entregado y perspicaz. Pero en la Bolsa ha perdido hasta la camisa. Nunca había comprado acciones, pero recibió una suma inesperada -no aclara si por las ventas de su anterior libro-, la puso en una "cuenta mental separada" y se enamoró de WorldCom, "la primera empresa de comunicaciones mundiales para la generación digital", según su propia publicidad. "Como sabemos", escribe ahora el matemático con la irritación del perdedor, "WorldCom es hoy sinónimo de fraude empresarial. Me dejé seducir por los escritos líricos sobre el telecosmos y las glorias de las comunicaciones de banda ancha". (He aquí otra vez su faceta crítica con el periodismo).
El libro de Allen Paulos tiene algo de ajuste de cuentas con los mercados, pero es sobre todo una audaz, divertida y transparente exploración de las claves matemáticas de la Bolsa.

John Maynard Keynes -el mejor economista del siglo XX, según el autor- equiparaba el funcionamiento de la Bolsa con el de un concurso de belleza popular en sus días. Un periódico publicaba las fotos de cien beldades para que sus lectores eligieran a cinco. Luego le daban el premio al lector que hubiera votado a las cinco ganadoras. Por tanto, la gente no votaba a las beldades que más le gustaban, sino a las que creía que más le iban a gustar a los demás. Allen Paulos cita a Keynes: "Los jugadores tenían que anticiparse a lo que la opinión media esperaba que fuese la opinión media". Un metajuego.

La Bolsa también lo es. "Estimar el comportamiento de los inversores es tan importante en ocasiones como estimar el de las inversiones", afirma el autor. Ello hace al mercado proclive a las regresiones infinitas, como un juego de espejos. Un ejemplo es el índice de confianza del consumidor (ICC), que es "un reflejo indirecto de las creencias de la gente sobre las creencias de los demás". Otro es el "conocimiento compartido", un principio básico de cualquier mercado limpio. Es la información que todos los inversores conocen y saben que los demás conocen y que los demás saben que los demás conocen, etcétera. Las traiciones a este principio, por cierto, están detrás de algunos movimientos bruscos e impredecibles del mercado.

Los movimientos también pueden deberse al azar. En un mercado realmente eficiente, lo único que puede mover las cotizaciones es una novedad imposible de prever, puesto que las novedades posibles de prever ya han sido traducidas al lenguaje de las cotizaciones. Como dice Allen Paulos, ningún periódico publicó en 1890: "Sólo faltan 15 años para que se descubra la relatividad".

Pero su principal argumento contra la hipótesis del mercado eficiente no tiene nada que ver con las matemáticas. Los asesinos de esa hipótesis son "los escándalos contables de Enron, Adelphia, Global Crossing, Qwest, Tyco, WorldCom, Andersen y muchas otras empresas de esta vergonzosa galería de la infamia, que hacen difícil creer que la información que se tiene sobre un título bursátil se transforme rápidamente en información conocida por todos". Una ecuación, ciertamente, no puede resolverse si se ignora el número de incógnitas.
He aquí un libro de matemática económica que puede leer con gusto un poeta. No le evitará perder, pero le revelará por qué ha perdido, y los poetas saben que el conocimiento es poder.

Traductor del Blogs

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