Nicolás Maquiavelo, fue el autor del famosos libro "El Príncipe", un clásico que a menudo se le recomienda leer a los ejecutivos junto con el Arte de la Guerra de Sun Tzu.
Pero claro, algunos lectores, pueden sentirse algo defraudados al
encontrar un libro en el que se habla de cómo debía ser la gestión de un
príncipe hace cientos de años, buscando la mejor forma de conquistar
nuevos reinos y someter a sus habitantes, al mismo tiempo que debía
protegerse de su propio ejército.
Pero en esas líneas, que en ocasiones muestran un libro enfocado a la política, sí que se pueden extraer algunas lecciones para el liderazgo
y la manipulación de los súbditos, donde en ocasiones únicamente
debemos, al igual que con Sun Tzu, cambiar la palabra "príncipe" por
"empresario o líder", "súbditos y soldados" por "empleados", y
"enemigos" por "competencia".
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Estatua de Nicolás Maquiavelo |
Y ahí encontraríamos algunas lecciones de negocios y una parte
del liderazgo negro, que si bien hoy día podría parecer que está
desfasado al venderse el nuevo líder como una especie de sirviente al
servicio de empleados, hay algo que aún no se ha quedado desfasado, y a
lo que Maquiavelo hace referencia; la naturaleza humana del hombre, el
cual, en muchos caso estará al acecho para intentar derribarnos en
cuanto tenga oportunidad. Y ese tipo de víbora la podemos encontrar en
nuestro propio círculo.
Aquí extraemos algunos de los mejores fragmentos del libro que podrían
ser útiles o no para el actual liderazgo en los tiempos de hoy. Una cosa
os puedo garantizar, y es que en todo el libro no dice ni una sola
tontería.
Sobre si es mejor ser amado o temido.
Un líder debe ser amado y temido, pero según Maquiavelo, ambas cosas no se pueden conseguir.
1. ... Los hombres tienen menos
cuidado a la hora de ofender a un príncipe que se haga amar que a uno
que se haga temer; porque el amor es un vínculo de gratitud que los
hombres, perversos por naturaleza, rompen cada vez que pueden
beneficiarse; pero el temor es un miedo al castigo, y ese miedo nunca
desaparece.
Sobre ser un líder cruel.
2. Un líder no debe preocuparse
de que lo acusen de cruel, siempre y cuando su crueldad tenga por
objetivo mantener unidos y fieles a sus súbditos; porque con pocos
castigos ejemplares será más clemente que aquellos que por clemencia
dejan crecer los desórdenes.... y es sobre todo un líder nuevo el que
no debe evitar los actos de crueldad, pues toda dominación, trae consigo
infinidad de peligros, entre ellos los enemigos.
¿Por qué es mejor ser temido?
3. ...Como el amar depende de la
voluntad de los hombres y el temer de la voluntad del líder, un líder
debe apoyarse en lo propio y no en lo ajeno, pero siempre teniendo
cuidado de no ganarse el odio.
(Para Maquiavelo, el que nos teman
dependen de nosotros. Nosotros podemos infringir temor, pero, en cambio,
no puedes obligar a nadie para que te ame, y por eso es mejor el que
nos teman antes de buscar el que nos amen. Pero nos pueden temer sin
llegar a odiarnos, pues no siempre se odia a todo aquel que tememos. El
temor puede causar respeto, mientras que el odio puede causar deseos de
venganza, y por eso hay que evitarlo)
4. ...Una regla que rara vez
falla: "El que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina;
porque es natural que el que se ha vuelto poderoso recele de la misma
astucia o de la misma fuerza de quien le ayudó a hacerse poderoso.
Sobre la innovación.
5. El innovador se transforma en
enemigo de todos los que se beneficiaban de las leyes antiguas, y no se
granjea sino la amistad tibia de los que se beneficiarán con las nuevas.
Tibieza en éstos, cuyo origen es, por un lado, temor a los que tienen
de su parte la legislación antigua, y por otro, la incredulidad de los
hombres que nunca se fían de las cosas nuevas hasta que ven sus frutos.
6. ... pues se engaña quien cree que entre personas eminentes, los beneficios nuevos hacen olvidar las ofensas antiguas.
(Es decir, si hoy has ofendido o dañado a
alguien, aunque mañana le compenses o le proporciones una recompensa,
ésta persona no olvidará la anterior ofensa o daño)
El trabajo con mercenarios.
7. El príncipe cuyo gobierno
descanse sobre soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo,
porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes
entre los amigos pero cobardes cuando se enfrentan a los enemigos;
porque no tienen disciplina, y ya durante tiempos de paz, despojan a su
príncipe tanto como sus enemigos en tiempos de guerra, pues no tienen
otro amor o pasión que la paga del príncipe, la cual, por otra parte, no
es suficiente como para que deseen morir por él.
(Si cambiamos las palabras príncipe por
empresario, soldados por trabajadores y mercenarios por trabajadores sin
otra motivación o cultura además del dinero, tendremos el mismo
problema en cualquier empresa.)
La preparación.
8. Aquel que en un principado no
descubre los males sino una vez nacidos, no es verdaderamente sabio;
pero ésta es una virtud que pocos tienen.
(Es comparable a ese viejo dicho en los
negocios que dice: "hay que ver y atacar un problema antes que éste se
convierta en una emergencia)
9. .... El estar desarmado te
hace despreciable, porque entre una persona armada y otra desarmada no
hay comparación posible, pues no es razonable que la persona armada
obedezca a la persona desarmada, ni que un príncipe desarmado se sienta
seguro ante servidores armados, y por otra parte, un príncipe que no
entienda de cosas militares, no puede ser estimado por sus soldados.
10. .... un príncipe jamás debe
dejar de ocuparse del arte militar, y durante tiempos de paz debe
ejercitarse más que en tiempos de guerra; lo cual puede hacer de dos
formas: con la acción y con el estudio.
(Sin lugar a dudas, lo mejor para
enfrentarse a cualquier lucha, tanto si hablamos de ejércitos como de
competencia empresarial, es estar lo más preparados posibles, conocer a
tu enemigo y el terreno donde te mueves, pues aquí entraría la famosa
frase de Sun Tzu: "Toda batalla es ganada antes de ser librada", y es
que las batallas no se ganan durante la batalla en sí, sino durante el
tiempo que te estás preparando para la batalla.)
La planificación.
11. Filopémenes, tenía entre
otros méritos, el de que en tiempos de paz únicamente pensaba en cosas
que incumbían a la guerra. Cuando iba de paseo con sus tropas, siempre
preguntaba: "Si el enemigo estuviera en aquella colina y nosotros aquí,
¿de quién sería la ventaja?, y si quisiéramos retirarnos ¿cómo
deberíamos proceder?, ¿cómo los perseguiríamos a través de estas
montañas si fueran ellos los que se quieren retirar?, él siempre exponía
todos los escenarios que podían darse en el campo de batalla, y por eso
siempre supo guiar a sus ejércitos; pues nunca se le presentó un
escenario en el campo de batalla que no tuviera ya previsto.
La importancia de estudiar a los mejores.
12. ... el príncipe debe estudiar
la historia, debe examinar las acciones de los hombres ilustres, ver
cómo han actuado en la guerra, analizar el por qué de sus victorias y
sus derrotas para evitar éstas y lograr aquéllas.
(Fijarse, estudiar y aprender de otros
empresarios que han tenido éxito, nos dará las claves de lo que debemos
hacer para alcanzar la meta que nos hemos puesto, del mismo modo que
fijarnos en los fracasos de otras personas, nos dará las directrices de
aquello que debemos evitar hacer.)
13. ... no permanecer nunca
inactivo en tiempos de paz, sino, por el contrario, hacer acopio de
enseñanzas para valerse de ellas en la adversidad, a fin de que, si la
fortuna cambia, lo halle preparado.
Sobre las virtudes y competencias.
14. No es necesario que un líder
posea todas las virtudes que se le requieren, pero es indispensable que
aparente poseerlas, y hasta me atreveré a decir ésto: el tenerlas y
aplicarlas es perjudicial, mientras que el aparentar tenerlas es
útil.... es indispensable pues, que tenga una inteligencia capaz de
adaptarse a todas las circunstancias, y que no se aparte del bien
mientras pueda, pero que, en caso de que fuera necesario, no titubee en
entrar en el mal.
Sobre la objetividad y neutralidad.
15. ... El abrazar a un partido
es siempre más conveniente que el permanecer neutral, porque en caso de
guerra, si no te has definido por ninguno de los dos bandos, siempre
serás presa del vencedor, sea quien sea, porque el vencedor no quiere
amigos sospechosos que no le ayudaron en la adversidad, mientras que el
vencido no puede ofrecer ayuda a quien no luchó junto a él en la
adversidad.
(Y lo cierto es que todo el mundo dice
gustarle las personas objetivas, imparciales y neutrales, cuando en
realidad, esa virtud de ser objetivo, a menudo es una de las más
perjudiciales, porque por mucho que te veas como amigo de los dos,
realmente eres el enemigo de ambos).
La importancia del equipo.
16. La primera opinión que se
tiene del buen o mal juicio de un príncipe, se funda en base a los
hombres que lo rodean. Cuando no elige personas competentes y fieles, no
podrá considerarse prudente a un príncipe cuyo principal error lo
comete en la elección de las personas que lo rodean.
(tanto en los negocios, como en la vida, la calidad de las personas de las que te rodeas, predicen tu éxito)
17. .... No hay mayor error que
decirle a tus hombres que no te ofenden al decirte la verdad; porque
resulta que, cuando todos pueden decir la verdad, éstos faltan al
respeto, por lo que un líder con buen criterio debe elegir a unos pocos
hombres de su confianza y que únicamente ellos puedan decirle la verdad
sin adornos.