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Vencer al Azar

Juan carela
Dilan Popepscu, era un exitoso gerente de uno de los más prestigiosos hoteles de Francia, sus empleados lo llamaban el Señor "P". Este hombre tenía la particularidad de estar siempre de buen humor. Aún en las circunstancias mas difíciles,  él sorprendía a todos con su irrenunciable  optimismo.  Era un gerente único.

Durante una entrevista, un periodista le dijo con asombro: "No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo hace?", el Señor P le respondió: "Cada mañana cuando me levanto, me digo a mí mismo, Dilan, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o de mal humor. Y yo, elijo estar de buen humor".

“Claro que a mí también me pasan cosas desagradables, pero es entonces cuando pienso:  ante esta situación, puedo escoger entre ser la víctima o descubrir lo que ese problema tiene para enseñarme. Lo mismo hago cuando alguien viene a mí para quejarse, puedo ser parte de su queja, o enseñarle el lado positivo. ¿Y sabe que?,  escojo mostrarle lo bueno que tiene vivir. Cada uno es responsable por elegir que actitud va a tomar en la vida"

Al terminar la nota, el periodista se fue pensando: “Es muy fácil ser positivo cuando se tiene buena salud y dinero.” 

Pocos días después, el periódico local relataba la historia de un asalto realizado por un grupo armado. Los ladrones no solo habían robado en la casa de Dilan, sino que también y antes de retirarse, le habían disparado.
El periodista, fue a visitarlo y le preguntó: ¿cómo se siente Señor P.? el hombre aun indispuesto le respondió:  “Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía dos opciones. Podía elegir entre vivir y morir. Y una vez más elegí la vida y aquí estoy” “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las caras de los médicos, realmente me asusté podía leer en sus ojos: este es un hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión. "¿Qué hizo, entonces?, le preguntó el periodista, "en ese instante y ahora mismo, sigo escogiendo vivir...“.

El periodista decidió publicar la historia de aquel hombre cuya frase al pie de la pagina decía: “Un gran hombre logró vivir gracias a la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud.”
Dilan, como cualquier hombre, alternó entre buenos y malos momentos, pero en él había algo que lo hacía diferente, su actitud frente a la vida. El sabía que no podía elegir el tiempo adecuado para que un problema se le presentara, pero lo que sí podía elegir era la actitud que iba a adoptar frente a ellos.
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Deuteronomio 30:19
Quizás las circunstancias que te rodean no son de las mejores, pero siempre puedes elegir con que actitud las vas a enfrentar.

Puedes tomar la actitud de sentirte derrotado o impotente ante el problema o por el contrario puedes elegir creer en las promesas de Dios para tu vida,  tomando una actitud positiva que te permitirá vencer las dificultades.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:29

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Me subí a mi auto, tomo el volante; de regreso a casa… después de haber terminado un culto de evangelización y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.

Alcancé a frenar a todo lo que daba, el vehículo se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros.

Después de esto, el conductor del auto contrario, el tipo que casi causó el accidente, un hombre tez blanca, con pronunciada calvicie, de unos cuarenta años de edad asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarme una cantidad horrible de insultos y majaderías…

Todavía recuperándonos del susto, los hermanos que iban conmigo, uno que estaba sentado al costal derecho del asiento trasero, sumamente enojado queriendo sacarme de mis casillas al ver que de una forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

El estaba furioso y confundido, pero no se quedo con las ganas y me pregunto: por qué yo me ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar mi vehículo y posiblemente hasta enviarnos al hospital o la morgue.

Entonces, la presencia de Dios cubriéndome, al frente a mi izquierda observo un camión de basura, con mi vista puesta fijamente en el hueco donde se echa la basura, con voz pausada le conté lo que ahora yo llamo “La Ley del Camión de Basura”.

Mire, y con mi dedo índice apuntando al camión _le dije: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, me contesto, ¿y eso qué tiene que ver?

-Pues, así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, odio, engaño y decepción.

Tan pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de este momento comienza a pensar qué tan a menudo permite que esos Camiones de Basura te atropellen; y pregúntate así mismo cuán a menudo recoge esa basura y la esparce a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.

Así que prométete que ya jamás lo va a permitir. Comienza a ver camiones de basura y así como el niño de la película “El Sexto Sentido” decía que veía a los muertos, bueno ahora así ve a los Camiones de Basura. Ve la carga que traen, los ve que te quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como yo te lo recomiendo, no te lo tome personal, tan sólo sonríe, saluda, deséales lo mejor y sigue adelante.

Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.

En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.

Prov.15:1
“La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.”
1 Tesalonicenses 5:16
Estad siempre gozosos.
Salmos 16:11
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Isaías 65:18
Más os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo alegría y gozo

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Cuentan que un grupo de ranas viejas viajaban por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del agujero. Cuando el grupo de ranas vio cuan hondo era el hoyo le dijeron a sus compañeras que estaban en el fondo que, para efectos prácticos, se debían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.

Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a los que las demás decían y se rindió, se desplomó y murió. La otra continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir.

Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.

“¿No escuchaste lo que te decíamos?” fue lo primero que preguntaron las otras ranas una vez que vieron fuera a su compañera.

La rana les explicó que era sorda y que ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más por salir del hoyo.

Como estas ranas, puedes estar enfrentando una situación que parece imposible de solucionar, puede que haya gente que te diga que es inútil todo lo que haces y que te rindas, tal vez tu hayas estado cuestionando a Dios por tu situación y pensado que lo que haces no tiene sentido y que es mejor dejarse morir como la rana que se quedó en el fondo del hoyo.

Pero esos no son los planes de Dios para ti. Sigue luchando, no te rindas. Puede ser que otras personas, en tu misma situación o en una similar, hayan decidido dejarse morir pero tú no estás solo, recuerda que: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” Romanos 8:37

No escuches lo que la gente tiene que decir, cree en la promesa de Dios, en su fidelidad y sigue saltando porque Él nunca falla y te ha asegurado la victoria.

Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.¨
Nadie puede hacer que usted preste un buen servicio a sus clientes… esto porque un buen servicio es una alternativa que te hace diferentes a los demás… Harvey Mackay, nos cuenta una maravillosa historia acerca de un taxista que prueba este punto. El estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto.

Cuando un taxista se acerco, lo primero que Harvey noto fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer muy bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros, zapatos impecables y muy bien planchados, el taxista salió del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi a Harvey.

Le alcanzó un cartón plastificado y le dijo: yo soy Wally, su chofer, mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión. Después de sentarse, Harvey leyó la tarjeta: Misión de Wally: “Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable… Mi amigo Harvey quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, limpio sin una mancha y una fragancia de olor agradable al olfato!!.

Mientras se acomodaba detrás del volante, Wally le dijo, “Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado. Mi amigo bromeando le dijo: “No, preferiría una soda’ Wally sonrío y dijo: “No hay problema tengo un conservador con Coca Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja. Casi tartamudeando, Harvey le dijo: “Tomare la Coca Cola dietética”

Pasándole su bebida, Wally le dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo el Wall Street Journal, Time, Sport Illustrated y USA Today…” Al comenzar el viaje, Wally le pasó a mi amigo otro cartón plastificado, “Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio” Y como si esto no fuera demasiado, Wally le dijo a Harvey que tenía el aire acondicionado prendido y si la temperatura estaba bien para él. Luego le aviso cual sería la mejor ruta a su destino a esta hora del día.
También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si Harvey prefería lo dejaría solo en sus meditaciones….

“Dime Wally, le pregunto muy asombrado:¿ amigo siempre has atendido a tus clientes así?” Wally sonrió a través del espejo retrovisor.

“No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos dos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca de Wayne Dyer un “Gurú” del desarrollo personal. El acababa de escribir un libro llamado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás muy rara vez te frustraras.

El decía, “Para de quejarte” Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Sed un águila. Los patos hacen bulla y se quejan, las águilas se eleven encima del grupo. Esto me llego aquí, en medio de los ojos, dijo Wally. Dyer estaba realmente hablando de mí.

Yo estaba todo el tiempo haciendo bulla y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos.

Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios. Se nota, que los cambios se han pagado, le dijo Harvey. Si, seguro que si, le dijo Wally.

Mi primer año de águila duplique mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique.

Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen reserva a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista confiable para que haga el servicio.

Wally era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal. Posiblemente haya contado esta historia a más de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron.

Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería. Wally el taxista tomo una diferente alternativa. El decidió dejar de hacer bulla como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.

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Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Salmo 37:5

El testimonio de Susan Smart revela que en su último vuelo, estaba practicando una maniobra a 5.000 pies de altura cuando perdió el control del avión Cessna 150 que piloteaba sola, entonces comenzó a dar vueltas incontrolablemente hacia el vacío. Después de varios segundos de pánico recordó las palabras de su instructor: “Si alguna vez comienzas a dar vueltas en un Cessna 150, suelta los mandos. Está hecho para volar solo”.

Susan se gritó así misma varias veces: – ¡Suéltalo! Finalmente quitó las manos de los mandos y se tapó los ojos. Después de desviarse y bajar en declive un rato, el avión volvió a su vuelo normal. Ella descendió más de un kilómetro, pero finalmente sobrevivió por haber obedecido a su instructor.

Como seres humanos se nos hace difícil confiar en Dios cuando todo en nuestra vida da vueltas sin control. Nuestros sentimientos nos piden a gritos que sucumbamos al pánico, que dudemos de las promesas de Dios, que ignoremos su intervención y que tratemos de resolver los problemas sin Él. Pero esto es imposible, porque solo con su dirección somos capaces de enfrentar cualquier prueba y salir victoriosos.

Si sientes que te encuentras en este estado, hoy es el día indicado para que le permitas a Dios tomar el control de tu vida y así cumplir su maravilloso propósito en ti. Él tiene el poder para hacer lo que tú no puedes. Dios te ama y no te dejará. Si pones tu confianza en Él, no te defraudará.

En las horas más oscuras de tu vida, aprende a confiar en Dios. Por más que la adversidad parezca arrasar tus sueños, recuerda que Dios no perdió el control de la situación, Él continúa al mando de todo y te llevará al destino seguro.

Cuando la vida de alguien agrada al Señor, hasta sus enemigos están en paz con él. Proverbios 16:7 

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“¿Qué se necesita para ser feliz en una relación?” es la pregunta que plantea el doctor Mark Goulston, psiquiatra, consultor empresarial, y conferencista internacional, quien propone algunos consejos para mejorar la vida en pareja.

 Si bien no existe un secreto mágico para lograrlo, Goulston plantea que su experiencia le ha hecho notar que las parejas más felices suelen tener ciertos hábitos que contribuyen a su bienestar.

1. Van a la cama al mismo tiempo
Según Goulston, las parejas felices suelen resistir a la tentación de ir a acostarse en diferentes momentos. “Van a la cama al mismo tiempo, incluso si uno de los dos se levanta luego para hacer cosas mientras su pareja duerme”, dice, añadiendo que “cuando tocan su piel aún sienten un pequeño hormigueo, a menos que uno o ambos estén tan agotados como para sentirse sexualmente excitados”.

2. Cultivan intereses comunes
Cuando la pasión baja sus niveles, es común que las parejas se den cuenta que tienen pocos intereses en común. Por ello, no hay que restarle importancia a las actividades que pueden desarrollar y disfrutar en conjunto, dice el experto.
“Si los intereses comunes no están presentes, las parejas felices los desarrollan”, señala, recomendando también tener actividades por separado, para que la relación no se vuelva demasiado dependiente.

3. Caminan de la mano o van uno al lado del otro
En lugar de que uno de los dos se vaya quedando atrás porque camina más lento o se detiene a ver algo, Goulston recomienda andar cómodamente al lado de la pareja, y mejor aún si se toman la mano. Si uno quiere parar a observar alguna cosa, es mejor hacerlo juntos, o se pierde el sentido de compañía.

4. Confían y perdonan
En los desacuerdos o discusiones rutinarias que no llegan a resolución, las parejas felices no se desgastan, se perdonan mutuamente y confían el uno en el otro, en lugar de guardar rencor y mantenerse de mala gana en la relación.

5. Se centran más en lo que su pareja hace bien que en lo que hace mal
Si comienzas a buscar cosas malas en tu pareja, siempre encontrarás algo. Si haces lo contrario, es decir, buscas lo bueno, también hallarás cosas. “Todo depende de lo que quieres buscar. Las parejas felices acentúan lo positivo”, dice el experto.

6. Se abrazan al reencontrarse después del trabajo o actividades
“Nuestra piel tiene una memoria de “buenas caricias” (amor), “malas caricias” (abuso) y “sin caricias” (descuido). Las parejas que se saludan con un abrazo mantienen su piel bañada por “buenas caricias”, afirma Mark.

7. Dicen “te amo” y “que tengas un buen día” todas las mañanas
Es una manera de cultivar la paciencia y la tolerancia, pues es una buena forma de empezar un día que depara problemas, dificultades y otras molestias que podrían darse en el trabajo.

8. Dicen “Buenas noches” cada noche, independientemente de cómo se sientan
“Esto le dice a tu pareja que, sin importar lo mal que estás con él o ella, aún quieres estar en la relación. Dice que lo que tú y tu pareja tienen es más grande que cualquier incidente perturbador”, explica el psiquiatra.

9. Llaman o envían un pequeño mensaje a su pareja durante el día
Llamar o enviar un pequeño mensaje preguntando como va el día del otro, es un hábito de las parejas felices, dice Goulston. Ayuda a mantener la complicidad y conexión aún cuando no se ven, y permite estar más en sintonía cuando se ven después del trabajo. Puedes saber si tu pareja está teniendo un día horrible o tuvo un gran logro que pueden compartir cuando se reencuentren.

10. Se sienten orgullosos de estar con su pareja
A las parejas felices les gustan verse juntos y cuando están en público suelen darse la mano, apoyar su mano sobre el hombro, espalda o rodilla del otro, etc. Muestran la conexión que existe entre ellos, a veces sin darse cuenta.

Goulston indica que un hábito es un comportamiento discreto que para transformarse en automático, necesita un poco esfuerzo para mantenerlo y cultivarlo. En este sentido, dice que aquellos que tienen problemas de pareja, pueden seleccionar uno de los puntos señalados y llevarlo a cabo. Además, si en un comienzo no funciona, aconseja no desesperarse y simplemente retomarlo.

Jeremías 1:15 dice “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”


Cuando la vida de alguien agrada al Señor, hasta sus enemigos están en paz con él. Proverbios 16:7

"Cristo viene"  
“A Dios sea la gloria, honrará y honor por los siglos de los siglos
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Cuenta una historia que un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes, quien intrigado le preguntó: ¿Hacia dónde te diriges?
Sin dejar de caminar, la oruga contestó: Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el saltamontes dijo, mientras su amigo se alejaba: ¡Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar? Tú, ¡una simple oruga! Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. La oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron al pequeño gusanito desistir de su sueño: ¡No lo lograrás jamás! – Le dijeron -, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar: Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. La tumba que había construido era todo un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió “por querer realizar un sueño irrealizable”.
Una mañana, en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se reunieron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos.

Aquella coraza dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos a una mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
Nuestra vida es así, Dios nos da sueños y muchas veces la gente cree que estamos locos, que es mejor desistir, que si antes nadie lo logró, nosotros tampoco podremos hacerlo, que es una meta muy grande para nosotros, que no tenemos posibilidades económicas, físicas o de cualquier otro tipo.

Al final, es nuestra decisión si decidimos abandonar nuestro sueño o continuamos. Muchas veces, cuando la gente da por muerto nuestro sueño, cuando creen que fue una locura haberlo intentado, cuando nuestras fuerzas ya no nos acompañan y pareciera que hemos fracasado, que hemos llegado al final… Dios empieza a escribir el inicio de nuestra nueva historia.
No escuches a la gente, sigue adelante. Si Dios te dijo que tiene grandes cosas para ti y si te dio sueños; prepárate, ponte en marcha y permite que El sea quien guie tu vida y quien te de una nueva historia.

Pon tu esperanza en Jesús, el único que nunca falla y que quiere lo mejor para ti.
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras”. Salmos 73:28
Juan carela

Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total.

Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio, maloliente, tocaba un viejo violín.

Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa.

El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma displicente y aburrida con que tocaba ese violín.

Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical.

Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron menos que reír de buena gana.

La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo.

Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con cierto recelo.

Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas.

Y entonces, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.

Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto.

La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones. Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría.

El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: “¡¡Ese es mi violín!! ¡¡Ese es mi violín!!”. Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto.

La vida nos da a todos “un violín”. Son nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras actitudes. Y tenemos libertad absoluta de tocar “ese violín” como nos plazca.
Sé nos ha dicho que Dios nos concede libre albedrío, es decir, la facultad de decidir lo que haremos de nuestra vida. Y esto, claro, es tanto un maravilloso derecho, como
una formidable responsabilidad.

Algunos, por pereza, ni siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente actitudes si hemos de ejecutar un buen concierto.

Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a nadie.

Esa es la gente que hace su trabajo de la forma: “hay se va…”, Que piensa en términos de “me vale…”, y que cree que la humanidad tiene la obligación de retribuirle su pésima ejecución, cubriendo sus necesidades.

Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente ninguna obligación de ganárselos.

La verdad, por dura que pueda parecernos, es otra.

Tú y yo, y cualquier otra persona, tenemos que aprender tarde o temprano, que los mejores lugares son para aquellos que no solamente afinan bien ese violín, sino que aprenden con el tiempo también a tocarlo con maestría.

Por eso debemos de estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, sea cual sea. Y aspirar siempre a prepararnos para ser capaces de realizar otras cosas que nos gustarían.
La historia está llena de ejemplos de gente que aún con dificultades iníciales llegó a ser un concertista con ese violín que es la vida. Y también, por desgracia, registra los casos de muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese violín, ser mendigos musicales.

La verdad es que Dios nos concedió “libre albedrío”. Tú puedes hacer algo grande de tu vida, o hacer de ella algo mediocre. Esa es tu decisión personal.

LO NEGATIVO: Negarnos a afinar bien nuestro violín de la vida. Y quejarnos de que la gente no disfrute la melodía que sacamos de él.

LO POSITIVO: Comprender que, nos guste o no, solamente prosperáremos si afinamos bien ese violín, y aprendemos a sacar de él las mejores melodías.

Colosenses 3:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

Colosenses 3:17
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias á Dios Padre por él.”

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Cuando el cielo este gris, acuérdate cuando lo viste profundamente azul.
Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor, revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han brotado.
Si esto has tenido, lo puedes volver a tener y lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás, acéptalos tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, y sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida, detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imagines; ¡Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar!.
No hay carga que se nos dé y no tengamos la capacidad de llevar.
Busca siempre vivir el presente aprendiendo del pasado, no cargues con situaciones y problemas que ya han pasado.
Piensa en esto:
¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años? Probablemente ahora sea nada.
Ahora, si dentro de 10 años tus problemas actuales no van ha ser nada, ¿Por qué vivir tristes por ellos?
Por sobre todo, acuérdate de tu Creador. Él siempre se acuerda de tí.
__________________________
Recuerda el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: "Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos." Deuteronomio 4:10
No tengas temor de ellas; recuerda bien lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto. Deuteronomio 7:18
Cristo viene
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“A Dios sea la gloria, honrará y honor por los siglos de los siglos
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John D. Rockefeller es conocido como uno de los hombres más ricos del mundo, sin embargo, ni con todo el dinero que poseía pudo estar exento de la enfermedad.

Mientras acumulaba su gran fortuna y atravesaba la edad de los 45 años, empezó a sentirse bastante enfermo, en busca de algún remedio, visitó bastantes centros médicos alrededor del mundo, pero ninguno pudo encontrar una cura para sus malestares.  
Un día decidió visitar a un pastor, amigo de su familia para encontrar consuelo, pues creía que le faltaba poco tiempo de vida. Después de haberle contado cómo se sentía, el pastor lo llevó a una ventana y le preguntó. “¿Qué ves?”, el moribundo hombre respondió, “veo gente”, entonces el pastor lo llevó ante el espejo y volvió a preguntarle. “¿Y ahora qué ves?”,  al instante le respondió, “me veo a mí mismo.” Entonces el pastor le dijo: “Pues, en la ventana como en el espejo, hay solo un cristal, la diferencia es que el del espejo se halla recubierto por una capa de plata y, a causa de la plata, no se ve al prójimo, sino solo se ve uno a sí mismo”.
Al salir de ese lugar aquel moribundo meditó bastante en el ejemplo que le había dado aquel pastor y empezó a cambiar el rumbo de todos sus negocios dedicándose a la filantropía y a crear fundaciones de ayuda para gente pobre. Con el tiempo John Rockefeller empezó a sentirse mejor de salud y llegó a vivir 98 años.
Al final, entendió el verdadero significado de hacer un gasto  y obtener un ingreso, pero lo más importante, comprendió que la verdadera enfermedad que lo consumía era la avaricia.
Cuando una persona hace su propio presupuesto, únicamente considera dos tipos de cuentas básicas, gastos e ingresos. En el lado de los ingresos, registra todo lo que aparentemente da algún beneficio inmediato, y al lado de los gastos, muchas veces anota el diezmo, la ofrenda y si sobra algo, podemos dar para la caridad de algún necesitado; asumiendo que el dar, es igual a dinero perdido. Pero la verdad es que el diezmo y la ofrenda son las mejores inversiones que una persona puede hacer (Malaquías 3:10) y ayudar a alguna persona necesitada o pobre, como dice la biblia, representa un préstamo a Dios.

Proverbios 19:17 dice: “A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. “
Qué increíble, que el Creador del cosmos se acredite todo lo que se le da a una persona pobre y devuelva el bien que se le ha hecho.
Al igual que aquel millonario, quizás solo haga falta mirar por una ventana cristalina para ayudar a alguna persona necesitada, esto implicará reformular nuevamente nuestro presupuesto comprendiendo que dar al necesitado es una inversión bien hecha y no un gasto.
Salmos 41:1 “Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová.”

"Cristo viene"

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Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar 2012, sin ningún tipo de precaución. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta y se detuvo.

Al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, y carrocería de la puerta de su lujoso auto.

Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo.
Dio un brusco giro de 180 grados, y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de arruinar lo hermoso que lucía su exótico auto.

Salió del auto de un brinco, y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado, le gritó a toda voz:
-” ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú? ¿Qué crees que haces con mi auto?”

Y enfurecido, casi echando humo, continuó gritándole al chiquillo:
-” ¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte Muy caro!¡¿…Por qué hiciste eso?”
…-”Por favor, señor, por favor… ¡Lo siento mucho! No sé qué hacer”. Suplicó el chiquillo. “Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía…” Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo mientras señalaba hacia el otro lado del auto estacionado.
-¡”Es mi hermano”! Le dijo.

“Se descarriló su silla de ruedas, y se cayó al suelo… Y no Puedo levantarlo”.
Sollozando preguntó al ejecutivo:
“¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?
Está golpeado, y pesa mucho para mí solito… Soy muy pequeño.”
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó saliva, y un nudo se formó en su garganta.

Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla, y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial.
Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo, y este le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie…
“DIOS lo bendiga, señor… y muchas gracias” le dijo.

El hombre vio cómo se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano hasta llegar a su humilde casita…
Cuentan que el ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo… para recordarle el no ir por la vida tan distraído y tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.

Dios normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.

Gálatas 6:7-8 No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Se cuenta que en los años 20 cuando un sabio era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.

Después de varios días de viaje, El Sabio le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
“Si quiere”, le dijo el chofer, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”

El Sabio le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y el Sabio se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a este erudito, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a su amo. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contestó:
“La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda”.
Una cosa es inteligencia y otra es sabiduría. Una cosa es astucia, lo cual sin duda tenía este chofer y otra es la Sabiduría. La verdadera Sabiduría, solo viene de Dios, y comienza cuando le reconocemos como el Señor de todas las áreas de nuestra vida. ¿Ya lo hiciste tu Señor?
Exodo 31:3

Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte.
Exodo 31:6

Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado.
1 Reyes 10:8

Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.
Si te gusta compártela.

“Cincuentas razones para amar “
1. Primero ama tu prójimo como a sí mismo.
2. Empiecen el día amando a Jesús.
3. Desayuna con él en tu corazón.
4. Dile te amo señor cada instante.
5. Que sea de una forma espontánea y sincera.
6. Reconoce que sin el nadas puedes hacer…
7. Vive cada día como si fuera el último.
8. Háblales a alguien de Jesús.
9. Planta una semilla, da la buena nueva.
10. Sal a evangelizar una vez por semana.
11. Envía un mensaje de salvación.
12. Acepta y ama a los otros con sus defectos.
13. Proclama la grandeza de Dios por toda la casa.
14. Detente y deléitate en su presencia.
15. Cada pasos que de camínalo con Dios.
16. Disfruta su hermosa presencia.
17. Se sinceros al disculparse.
18. Se indulgentes.
19. Recuerda el día en que aceptaste a Jesús.
20. Ve de las manos con él.
21. Dile te amo con todas tus fuerzas.
22. Permite que el te tome en sus brazos.
23. Exprésele cuanto lo amas.
24. Brinda por su amor y compromiso.
25. Haz algo para el reino.
26. Permítale que él te dirija cuando te sienta turbado.
27. Ríete, gózate de su amor.
28. Aprecia su muerte en la cruz.
29. Has las tareas de las otras personas por un día.
30. Recuerda lo maravilloso que es Jesús.
31. Exprésate como hijos de Dios.
32. Niégate y tomas su cruz.
33. Escribe en tu diario de su amor.
34. Tranquilice los temores del otro.
35. Camina como Enoc camino con Dios.
36. pídale con fe.
37. Proclámalo a tus familiares.
38. Respeta tus hermanos en Cristo.
39. Considérate siervo inútil, cuando haya hecho la obra.
40. Da sin esperar recibir.
41. Da el amor que desea desea recibir.
42. Muestre interés en el problema del otro.
43. Predica a tiempo y fuera de tiempo.
44. Construye una fortaleza espiritual.
45. Alaba a Dios en espíritu y verdad.
46. Apártate en ayuna y oración.
47. Nunca deja de predicar.
48. Ponga a su pareja primero en sus oraciones.
49. Dale un beso de buenas noches a Jesús.
50. Da gracias por su maravilloso amor…
Allí estaba, sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda; gorra marrón, manos arrugadas sosteniendo un viejo bastón de madera; pantalones que arremangados dejaban libres sus pantorrillas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de lana tejido a mano. El anciano miraba a la nada. Y el viejo lloró, y en su única lágrima expresó tanto que me fue muy difícil acercarme, a preguntarle, o siquiera consolarlo.

Por el frente de su casa pasé mirándolo, al voltear su mirada la fijó en mi, le sonreí, lo saludé con un gesto aunque no crucé la calle, no me animé, no lo conocía y si bien entendí que en la mirada de aquella lágrima se mostraba una gran necesidad seguí mi camino, sin convencerme de estar haciendo lo correcto.

En mi camino guardé la imagen, la de su mirada encontrándose con la mía. Traté de olvidarme.

Caminé rápido como escapándome. Compré un libro y ni bien llegué a mi casa comencé a leerlo esperando que el tiempo borrara esa presencia…. pero esa lágrima no se borraba…
Los viejos no lloran así por nada, me dije.

Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios y decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido. Luego de vencer mi pena, logré dormir.

Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas y muy deprisa fui a su casa convencido de tener mucho por conversar.

Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre.
– ¿Qué desea? – Preguntó, mirándome con un gesto adusto.
– Busco al anciano que vive en esta casa. – Contesté.
– Mi padre murió ayer por la tarde – Dijo entre lágrimas.
– ¡Murió!- Dije decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nubló y los ojos se me humedecieron.
– ¿Usted quien es? – Volvió a preguntar.

– En realidad nadie – Contesté, y agregué – Ayer pasé por la puerta de su casa, y estaba su padre sentado, vi que lloraba y a pesar de que lo saludé no me detuve a preguntarle que le sucedía pero hoy volví para hablar con él pero veo que es tarde.
– No me lo va a creer pero Usted es la persona de quien hablaba en su diario.
Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicación.
– Por favor, Pase – Me dijo aún sin contestarme.

Luego de servir un poco de café me llevó hasta donde estaba su diario y la ultima hoja rezaba: “hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable… hoy es un día bello”.
Tuve que sentarme, me dolió el alma de solo pensar lo importante que hubiera sido para ese hombre que yo cruzara aquella calle.

Me levanté lentamente y al mirar al hombre le dije: – Si hubiera cruzado de vereda y hubiera conversado unos instantes con su padre…- Pero me interrumpió y con los ojos humedecidos de llanto dijo: – Si yo hubiera venido a visitarlo al menos una vez este último año, quizás su saludo y su sonrisa no hubieran significado tanto.

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Durante la segunda guerra mundial era costumbre en los Estados Unidos que una familia que tuviera un hijo sirviendo en el ejército colocara una estrella en la ventana frontal de su casa. Cuando esta estrella era dorada, entonces significaba que este había entregado su vida por su país.

Hace muchos años caminada un hombre con su hijo por las calles de Nueva York y al ver las ventanas llenas de estrellas preguntó a su papá sobre qué era esto, su padre le explicó lo que significaba y cómo estas familias que habían entregado un hijo por su país colgaban estas estrellas como un homenaje a sus sacrificios.

Finalmente llegaron a un lote vacío y pudieron observar el cielo iluminado de aquella noche, podía verse particularmente una estrella muy brillante en el cielo, el niño al ver este precioso espectáculo contuvo el aliento y afirmó:

Mira papá, Dios también debió haber dado también su Hijo, hay una estrella colgada en su ventana.
– Es verdad, hay una estrella en la ventana de Dios, ¿te das cuenta de lo que hizo Dios por nosotros?, entregó a su Hijo por toda la humanidad.

Cuando veas esta estrella en la ventana de Dios recuerda esto: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.

Porque tanto amó Dios al mundo, que dió a su Hijo unigénito,
para que todo el que cree en él no se pierda,
sino que tenga vida eterna.
Juan 3:16
Esta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta… Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta y le dijo: “has trabajado duro por cambiar tu carácter, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más serás el mismo. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices profundas en los seres que te aman especialmente, iguales como las que aquí ves.” Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, lo herirá y dejará cicatrices muchas veces irreparables en sus corazones, y esa cicatriz, perdurara por mucho tiempo o quizás, para siempre.

Una palabra ofensiva y dura, es tan o más dañina, como una ofensa física. Tú familia, tu cónyuge y tus hijos, son los que están más cerca de ti, y es la única que te ánima sin interés, y está contigo, especialmente en los momentos de desolación, de problemas, de enfermedad o divisiones familiares. Ellos te hacen reír te animan y te impulsan a que tengas éxito a que sigas adelante. Ellos te ayudan en todo, te protegen, comparten palabras de aliento, te instan a seguir adelante, elogian tus cualidades positivas, mostrándote tus errores, no te los esconden, te lo dicen para que los trabajes y los superes y siempre están dispuestos para abrir sus corazones.

Muestra a tu familia, primero, cuanto te importan, pídeles perdón sinceramente, ese perdón que proviene solo de un corazón restaurado por él Señor; pídele a Dios que te ayude a tener las palabras precisas que necesitan para ser restaurados, no solo las tuyas, háblales con amor, con paciencia y prudencia. Tú familia tus amigos y enemigos merecen una disculpa con arrepentimiento sincero, y recuerda que es un honor de Dios el que puedas pedir perdón a tus seres más queridos. Solo debes decir: “Por favor, perdóname si alguna vez, deje una cicatriz en la puerta de tú corazón”

Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.¨
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar. Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales. Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe. Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó. Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. Me gusta la gente que ama a su prójimo como a sí mismo, qué es el gran mandamiento; Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
Los días ya nos parecen más largos. El sol nos deja jugar un poquito más por la tarde. Escuchamos cantar a los pájaros desde muy temprano en la mañana. El frio del amanecer lo siento intensamente; miro hacia el cielo mis ojos contemplan la aurora boreal, mis oídos escuchan el vello canto del Ruiseñor… ¡Que linda es la creación de DIOS! Las flores, ¡sí! Las flores están mostrando sus más bellos colores…

¿Qué está sucediendo entonces? Amigos, El Invierno está haciendo su entrada.
¡Qué hermosa es esta estación!, ¿verdad?

El invierno como el resto de las estaciones tiene un único Creador y ese es Dios.
Dios no solo ha creado esta bella estación del año para que la disfrutemos sino todo
lo que vemos en la naturaleza. La Biblia nos dice que: Dios creó todo lo que hay en
el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver. Los hermosos
pájaros y las palomas, pero también las flores y todos los árboles frutales, los peces en el mar Dios los creo…

Pero alguna vez te pusiste a pensar qué Dios también fue quien te creo a ti mismo. Tus ojos, tu cabello, todo tu cuerpo, tu corazón y sus latidos, todo fue creado por Dios y lo hizo de una manera especial.

Pero aunque Dios te creo especial, a veces ni te acurdas de eso o simplemente paso que nadie te lo había dicho. Como tal vez nadie te dijo que a Dios no le agrada que hagamos cosas malas, como mentir, desobedecer o tener pensamientos malos y que todas esas actitudes nos separan de Dios.
Pero no desanime, y menos en días invernales. Dios tiene para ti una hermosa noticia y es que Jesús, Su Hijo quiere ser la persona que te lleve a disfrutar de la amistad con Dios, y no solo en este invierno sino en toda tu vida; Por Toda la eternidad.

La Biblia nos muestra estas palabras de Jesús: -Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre.

Lo que tenéis que hacer es creer y aceptar en tu corazón a estas palabras de Jesús.
Si lo crees, ahora mismo debes decírselo: “Querido Dios acepto a Jesús en mi corazón porque creo que es el único camino que me lleva a Dios. Amén”. ¡Qué así sea!

Ahora que hiciste esta oración eres un hijo de Dios, el libro de Dios, la Biblia dice que “a todos los que le recibieron a los que creen en su nombre, les dio el potestad de ser llamados hijos de Dios”.
Vamos corre a contárselo a tu prójimo el cambio que Jesús ha hecho en ti… en mi también!
Resultado de imagen para los dos violinista Joshua Bell
Imagínese a dos músicos: uno de ellos toca con un violín que vale más de 3 millones de dólares, y cuando actúa en un teatro lo llena a $ 100 dólares por entrada.
El otro, apenas si toca un instrumento muy elemental en las estaciones del tren, y gana las pocas monedas que le dan los que pasan por allí.
¿Cuál es la diferencia que hay entre ellos? ¿Cuál podrás ser la lección de vida?
Bueno, por lo menos en uno de los casos, no se encuentran diferencias entre ellos.
Esta es una historia extraordinaria que me sedujo desde que la escuché, un tiempo atrás.

La Historia de dos Hombres: Joshua Bell

Joshua Bell, que es un virtuoso violinista, quiso en una oportunidad hacer un experimento.
Él tomó su Stradivarius, valuado en más de 3 millones de dólares, fue a la estación de trenes de Washington, y tocó allí durante casi por una hora por unas pocas monedas que le tiraban como propina.

Es muy importante saber que Joshua Bell es realmente una estrella en el mundo de la música clásica. Justamente la semana anterior a ese experimento, había vendido todas las entradas del Symphony Hall in Boston, en donde las ubicaciones comunes costaban $ 100 dólares, y las especiales mucho más caras.

O sea, que se trataba del mismo músico, pero en ambientes muy diferentes.
Durante el tiempo en el que estuvo ejecutando su instrumento en la estación de trenes, pasaron más de 1.000 personas que lo escucharon. Solo 30 de esas personas le dejaron una propina en la caja abierta de su violín, de las cuales solo 6 se detuvieron para escucharlo: en total, él recaudó $ 34 dólares en propinas.

¡Esa no era una buena apreciación del gran maestro!
Por supuesto, hubo varias cosas puestas en juego allí.
Primero, muchas de esas personas iban apuradas a sus trabajos.
Segundo, así como el cotizado violinista sabía muy bien cómo llenar un auditorio importante, es probable que no supiera cómo destacarse siendo un violinista callejero… ¡y esa es una gran diferencia!

Y otra probabilidad era que aquellos transeúntes no supieran quien era él, o quizás pensaron no puedes ser él; es un imitador aunque se parece a él dirían algunos… una persona tan famosa no va estar tocando en una estación de tren por unas cuantas moneda…
Algo mas importante pasó con Jesús cuando vino y nació como humano siendo DIOS…

El fariseo y el sacerdote tampoco creyeron que era DIOS con nosotros, quien vino morir crucificado en una cruz para salvar la humanidad.

Hoy tampoco la mayoría de la humanidad cree en él, y aunque dicen creer no hacen su voluntad.
Jesús dijo: el que en mi cree, hace mí voluntad y también hay muchos cristiano que tampoco hacen su voluntad, no viven la palabra, no la predican ni siquiera por la red; se pasan el tiempo chateando y viendo cosas del mundo…

También nos preocupamos por tener experiencia con ángeles, con el mismo Jesús, queremos verlo, que nos hable a cada instante y ya el nos ha hablado a través de su palabra; es con el mismo Jesús que tratamos cuando tenemos una experiencia con el espíritu santo como lo estoy sintiendo cuando escribo estas palabras.

La trinidad es el mismo Dios, porque estar ansioso por ver ángeles tener una experiencia con ellos, cuando el espíritu santo es el mismo DIOS.

Cuenta la Leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir
a una luciérnaga; ésta huía rápido con miedo, de la feroz
depredadora, y la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día,
y ella no desistía, dos días y nada.
Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró
… y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?,
la serpiente respondió: No acostumbro a dar
este precedente a nadie, pero como igual te voy a devorar,
puedes preguntar.

1- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? – No, contestó la serpiente.

2- ¿Yo te he hecho algún mal? – No, volvió a responder.

3- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo? – ¡Porque no soporto verte brillar……..!

Así, muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no
he hecho nada malo? Sencillo: porque no
soportan verte brillar, avanzar, prosperar!!! La Envidia,
es el peor sentimiento que podamos tener.
Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar.

Cuando esto pase, no dejes de brillar,
continúa siendo tú mismo, sigue dando lo
mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no
permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando
y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta, tu esencia
permanecerá, pase lo que pase.
Moraleja:
No hay que envidiar al que brilla, simplemente hay que aprender de él.
!Confía en el Señor con todo tu corazón!
“El éxito se trata de tener tu conciencia limpia, tu dignidad invicta
y tu deseo de ser más no de tener más¨

Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Traductor del Blogs

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