anuncia la obra de sus manos.”
(Salmo 19:1)
La Zanahoria se parece a los ojos. La pupila, el iris y las líneas de alrededor se ven con la misma disposición. Alimentarnos con zanahorias,fortalece y sana la visión.
La Naturaleza nos habla de Dios -
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento
anuncia la obra de sus manos.”
(Salmo 19:1)
El que no se detiene a admirar la belleza de un atardecer, está muerto en vida. Se está perdiendo el más maravilloso espectáculo de luz y sombra, de colores cambiantes, de reflejos y nubes sobre el horizonte, y se pierde también el mensaje silencioso de Dios al corazón del que está presto a escuchar.
Contemplar los atardeceres es casi un ritual diario en mi familia. Recuerdo que de niña me subía al techo de mi casa solo para estar más cerca del cielo y ver el atardecer en todo su esplendor. Mi madre nos enseñó a amar y a respetar la naturaleza, a apreciar la belleza del arcoirirs, de las gotas de rocío sobre las hojas, de las flores silvestres, de las aves, de un cielo estrellado y de un atardecer. Aprendimos a disfrutar del sonido de las olas y de la música del viento al chocar con las ramas y las hojas de un árbol. Contemplar la naturaleza es como escuchar un poema sin palabras, disfrutar de la más excelsa sinfonía, o como estar situado en el mismo centro de una gigantesca pintura multidimensional y multiforme en constante cambio. Es la obra prodigiosa de un de un Ser que lo ha creado todo por amor:
“Y vio Dios qu era bueno”.
Sin embargo, todo ese éxtasis emocional que nos produce la contemplación de la naturaleza se quedaría corto si lo limitáramos al puro deleite de los sentidos. Contemplar la naturaleza nos puede llevar a trascender al mundo de lo espiritual. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”, dice el Salmo 19:1. La naturaleza entera nos habla de Dios y nos ayuda a estar más concientes de El y de Su grandeza.
Cada vez que veo un atartedecer me maravillo. No puedo hacer otra cosa que exaltar a Dios. El concierto de colores que disfrutan mis ojos me traslada del mundo de los sentidos al mundo del espíritu, de lo que se ve a lo que no se ve, y cuando el telón se descorre y vislumbro aunque sea por un segundo el mundo de lo eterno, me quedo sin palabras. Pienso entonces que “... si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.” (2 Corintios 3:11) ¡Cuán maravilloso ha de ser entonces el paisaje en la eternidad!
Aprendamos a apreciar la hermosura de la naturaleza. Saquemos tiempo para mirar al cielo y descubramos el mensaje de Dios, el Artista Supremo.
"Cristo viene"
Quiere información para construir un sitio como este gratis, para llevar el evangelio al mundo…
“Suscríbete a mi Blogs si eres tan amable y Cortez” gratuitamente, arriba a la derecha dónde dice: SUBSCRIBIRSE VÍA E-MAIL
.
Para que reciba
cada artículo que se publica y todas las informaciones que necesite.
No hay comentarios: