En un anterior artículo publicábamos el punto de vista de la psicóloga Angela Lee Duckworth, la cual decía que a partir de un nivel aceptable de cociente intelectual, ya no hay ninguna ventaja apreciable en el éxito de las personas. Para ella, las agallas y la autodisciplina, eran más importantes que la inteligencia.
Jeff Bezos - Amazon |
Ese rasgo es el control cognitivo; ¿y qué es exactamente el control cognitivo?.
Goleman se refiere a ciertas habilidades en las que cualquier persona puede trabajar, como sería el control de los impulsos, la gestión de las emociones negativas, y sobre todo, el ser capaz de sacrificar la gratificación inmediata por un objetivo de largo plazo.
Tras diferentes estudios realizados por la Universidad de Pennsylvania,
se pudo observar cómo los alumnos con más altas calificaciones no eran
necesariamente los de más alto coeficiente intelectual, sino aquellos
que siguieron luchando a pesar de los reveses y fracasos.
En un estudio en el que participó el propio Goleman se monitoreó a más
de 1.000 niños durante 30 años, y han alcanzado el éxito a sus 30 años,
no los que tenían un alto coeficiente intelectual, sino aquellos que
mejor se controlaban a sí mismos y sus impulsos; aquellos que eran
capaces de analizar fríamente las situaciones. Es decir, aquellos que
tenían el mejor control cognitivo.
Una vez nos vamos al mundo de la empresa, lo cierto es que ser más
inteligente te puede hacer conseguir el trabajo, pero la inteligencia
emocional será la que te hará un profesional de éxito.
En una empresa lo importante suelen ser las habilidades técnicas y el
conocimiento sobre la tarea para la que te contratan, aunque, tanto el
conocimiento como las habilidades, son muy similares con respecto a tus
compañeros y competidores. ¿Por qué con la misma inteligencia, mismas
habilidades y mismos conocimientos, unos son profesionales mediocres y
otros acaban sobresaliendo?
Digamos que la diferencia entre unos y otros estaría en el uso de la
inteligencia, en el dominio de otro tipo de técnicas y el incorporar
ciertos rasgos, que forman lo que Goleman llama las características distintivas.
Éstas serían la confianza en uno mismo, el luchar por los objetivos a
pesar de los contratiempos, la comodidad ante la presión, la persuasión de personas y la habilidad de colaboración.
Claro que sin subestimar las habilidades sociales, que como ya vimos, son mucho más importantes que el trabajar duro.
Según explica Goleman en su libro "Focus", entre el 80 y el 90 por
ciento del éxito en puestos de alta dirección, se reduce a estas
habilidades y competencias distintivas; no hay más.
No hay comentarios: