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Por qué no usar la MARTINGALA: Es una estrategia perdedora

  El martingale fue introducido por el matemático francés Paul Pierre Levy y se hizo muy popular en el siglo XVIII en el mundo de las apuestas. La estrategia simplemente se basa en doblar la apuesta tras una operación perdedora. La mayor parte del trabajo teórico del martingale fue realizado por Joseph Leo Doob, matemático estadounidense interesado en conseguir un 100% de rentabilidad de esta estrategia.
En nuestra primera entrada vamos a hablar sobre una atractiva estrategia para ganar dinero, y explicaremos por qué NO usarla.
La estrategia Martingala es una estrategia para apostar la cuál a priori promete ganar dinero de forma segura y sin riesgos. Para los que no la conozcáis empezaré el post describiendo en que consiste esta interesante estrategia. 
Para esta estrategia necesitamos un juego de apuestas en el que la probabilidad de ganar sea del 50% y el factor de beneficio sea de 2, es decir, que en el caso de victoria las apuestas se doblasen. A modo de ejemplo valdría un caso tan sencillo como dos jugadores apostando 1 euro a cara o cruz, donde cada jugador tiene un 50% de posibilidades de ganar y en caso de victoria se llevase la apuesta del contrincante, aunque para este caso vamos a tomar un ejemplo más práctico: la ruleta del casino.
Tomemos cualquier apuesta que cubra la mitad de los números de la ruleta, como pueden ser el rojo/negro, par/impar, alto/bajo… En este artículo consideraremos el ejemplo del formato de apuesta rojo/negro.
Supongamos que la ruleta no tiene el número cero, el cuál no cuenta ni como rojo, ni como negro, ni como par, ni como impar. Esta ruleta imaginaria cumpliría los requisitos para la martingala ya que para cada apuesta la probabilidad de ganar es del 50% ya hayamos elegido rojo o hayamos elegido negro, y el casino nos daría el doble de lo apostado en caso de victoria. La estrategia consiste en lo siguiente:

Elijamos un color, por ejemplo el rojo y hagamos una unidad de apuesta sobre ese color, por ejemplo un euro. En caso de que ganemos, el casino nos dará el doble de lo apostado, es decir, dos euros, lo que supondría un beneficio total de un euro. En caso de perder, volveremos a apostar sobre el mismo color, pero esta vez el doble del caso anterior: es decir dos euros. Si tuviéramos suerte y saliera el rojo, el casino nos daría el doble de lo apostado, es decir, 4 euros a lo que si le restamos los dos euros que acabamos de jugar, más el euro de la primera partida, formaría un beneficio total de 1 euro. En caso de que volviera a salir negro, seguimos con la misma táctica y apostaremos el doble de la apuesta anterior, esta vez 4 euros al color rojo. Si esta vez saliese el rojo, el casino nos pagaría 8 euros, a lo que si le restamos los 7 euros apostados nos formaría un beneficio total de un euro. En caso de perder seguiríamos apostando el doble al rojo.
Como vemos, podemos ir doblando la última apuesta hasta que en la ruleta salga por fin el color rojo. En cualquier caso el beneficio total es de un euro, por lo que jugando tantas veces como nos haga falta, podemos conseguir ganar tanto dinero como queramos. Total, ¿en algún momento acabará saliendo el color rojo verdad?
Esta estrategia parece atractiva y promete hacernos ricos a costa de los casinos. Pero la realidad es diferente y vemos que son los casinos los que se hacen ricos a costa de los clientes. ¿Por qué no funciona esta estrategia? ¿Al fin y al cabo la estrategia nos asegura el beneficio de un euro para todas y cada una de las partidas verdad?
Pues la respuesta, es que esta estrategia sí que nos haría ricos en los casinos si no fuera porque hay ciertos detalles que se nos están pasando por alto:
1.  Por un lado, estamos dando por hecho que podremos doblar tantas veces como nos haga falta, cuando realmente no es así. Las mesas siempre tienen un límite de apuestas, por lo que en el caso de que tengamos la suficiente mala suerte para sobrepasar ese umbral, no podremos recuperar todo lo invertido. Por ejemplo, una casa de apuestas donde el límite de apuestas sea 900 €, y hayamos empezado a apostar con unidades de 5 €, si tuviéramos la mala suerte de tener 9 negros seguidos, no tendríamos oportunidad para recuperar los 1279 € invertidos.
2.  Por otro lado, también damos por hecho que el dinero del jugador es infinito, cuando en realidad no es así. El valor de las apuestas crece exponencialmente, lo que significa que podemos encontrarnos ante cifras realmente altas en poco tiempo. Los humanos solemos tener dificultades para asimilar el exponencial, ya que al significado de doblarse no le damos demasiada importancia cuando las cifras son pequeñas, pero puede llegar a asustar mucho cuando las cifras en juego son altas. En un caso exagerado en el que hayamos tenido la tan mala suerte para que tengamos la necesidad de apostarnos 100.000 €, el caso de perder implicaría tener otros 100.000 € en nuestras manos.
3.  También es importante considerar la ley de los grandes números. Según esta ley, “Las secuencias largas de varios resultados negativos acaban apareciendo a largo plazo”. Es decir, por muy improbable que sea un suceso, acabará sucediendo si esperamos el tiempo suficiente. Cabe decir que en el casino de Montecarlo hay registros de sucesiones de 26 negras seguidas, la cual su probabilidad es de 1 entre 10 millones de veces, y nos exigiría tener un presupuesto de por lo menos 67 millones de euros, si hubiéramos decidido usar la estrategia martingala aquel día.
4.  Por último, hemos de decir que en la ruleta de los casinos, también tenemos el número cero, el cual juega en favor del casino. Este número no cuenta ni como rojo, ni como negro, ni como par, ni como impar… Este distorsiona un poco el ejemplo teórico inicial a favor del casino. Es decir, ganaríamos con cada uno de los 18 números rojos que hay en la ruleta y perderíamos con cada uno de los 18 números negros de la ruleta más el número cero, que siempre es para el casino. En este caso la probabilidad de victoria sería de 18/37, o dicho de otra manera del 48.65%.
Analicemos ahora un caso real. ¿Qué pasaría si un día fuésemos al casino con 63 € en la cartera?
Pues bien, 63 € nos dan un margen de perder 6 partidas consecutivas. La probabilidad de que perdamos un euro sería de 19/37 o dicho de otra manera de 0.514. La probabilidad de que perdamos todo nuestro dinero, es igual a la probabilidad de perder 6 veces consecutivas, o lo que es lo mismo 0.514 multiplicado por sí mismo 6 veces, es decir, de 0.018. Aproximadamente el 1.8% de las veces.
Por otro lado, ganaremos un euro cada vez que no pase lo descrito anteriormente, es decir, el 98.2% de las veces.
Teniendo en cuenta esta información podemos calcular la esperanza de beneficios para este caso concreto:
1 x 0.982 - 63 x 0.018 = -0.173 €
Cuando ganamos, ganamos un euro y esto sucede el 98.2% de las veces, mientras que si perdemos, perdemos 63 euros y esto pasa el 1.8% de las veces, lo cual crean una esperanza de beneficios de -0.173€ por euro apostado.
Queda demostrado que la martingala por muy atractiva que parezca, no es rentable a largo plazo, por lo que no os animo a practicarla en los casinos.


Mira qué sucede cuando salieron 17 número rojos seguido, estaría arriesgando una fortuna.


 MARTINGALA:

Para apostar, la apuesta progresiva que vas a utilizar es la siguiente: 1 – 2 – 4 – 8 – 16 – 32 – 64 – 128 – 256 – 512 – 1024 – 2048 – 4096 – 8192- 16384- 32768- 65535- 131072


21,25,30,34,19,18,30,16,25,12,

3,18,23,30,25,27,5,6
 La mecánica del sistema, naturalmente, implica una apuesta inicial; cada vez que la apuesta da resultado perdedor, la apuesta se dobla consecutivamente hasta que tengamos una operación ganadora. Al haber ido doblando sucesivamente tras las operaciones perdedoras, el resultado de la operación ganadora arriesgamos 131,072 dólares para ganar 1

  Cuenta una leyenda que hacia 1.700 los habitantes de un bellísimo pueblo del mediterráneo francés, se juntaron para formar un equipo que les hiciese ganar dinero en el casino del pueblo vecino más culto, prospero e importante. Para ello, se formaron equipos de juego, con un fondo común de dinero, que viajaba hasta  el casino con una estrategia de juego muy simple. Ellos doblarían la apuesta en el juego cada vez que perdieran. Fueron la mofa del casino y de la región, y como eran bastantes paletos, no pasaban desapercibidos en el casino, cada vez que los asiduos , veían a alguno de ellos, comentaban "ahí va un Martingala", en referencia al pueblo de donde venían y con ello conseguían hacer reír a todos, como en un chiste de Lepe.

Cristo Viene Ya

««Los pensamientos de una persona en los cielos, hablan más fuerte que sus obras en la tierra». Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. La persona que ora tiene que tener la absoluta convicción de que Dios escucha sus plegarias y de que el Eterno puede hacer todo lo que desee cada vez que lo desee. .

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