Las energías que nos aporta el desayuno influyen en nosotros y en nuestro rendimiento. Actualmente tendemos a otorgar mucha más importancia a comidas como el almuerzo o la cena, y en ocasiones hay veces que incluso eliminamos el desayuno de nuestra dieta diaria. Todo ello va creando desequilibrios en el organismo que a la larga, van pasando factura haciendo que nuestro cuerpo adquiera unos hábitos muy contraproducentes en cuanto a nuestra administración de energías durante el día (fatigas, cansancios prolongados pese a dormir mucho, etc) o a la adaptación a rutinas de ejercicio o dietas.
Consumir un desayuno equilibrado es de suma importancia. Con esto no se quiere decir que debamos pegarnos el atracón padre, ni mucho menos. Pero hay que tener en cuenta que el típico vasito de cola-cao o café únicamente es muy insuficiente. Se dice que el desayuno debe aportar en torno a un 20% de las calorías que se consumen durante el día. Algunos alimentos que debemos incluír en nuestro desayuno deberían ser:
-Los lácteos normalmente estos nunca suelen faltar ya que la leche es algo que tenemos establecido como un estándar en el desayuno, pero también puede venir por yogures, quesos o incluso mantequillas y margarinas (aunque sin abusar).
-El pan (ya sea blanco, normal, integral...), galletas y cereales son también buenos alimentos, ya que al ser ricos en hidratos de carbono se transforman en glucosa por nuestro cuerpo cuando los comsumimos.
-Las frutas debería ser otro de los alimentos que no debe faltar en un buen desayuno, ya sea en forma de piezas de fruta habituales o en zumos naturales. Nos aportan vitaminas, minerales y nutrientes indispensables.
Una vez en conocimiento de todo esto, ya sabéis. Cuando nos decían que "el desayuno es la comida más importante del día", no era una broma.
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