
Pero el año pasado, Mohammed bin Salman, príncipe heredero sustituto del trono de Arabia Saudita, vio un yate que lo deslumbró.
Mientras se encontraba de vacaciones en el sur de Francia, el príncipe vio un yate de 440 pies (135 metros) cerca de la costa. De inmediato envió un ayudante con la misión de comprar el barco, que era propiedad del magnate ruso Yuri Shefler. El acuerdo se llevó a cabo apenas en cuestión de horas, en un precio aproximado de 500 millones de euros ($550 millones), de acuerdo a The New York Times.
Pese a este arrebato de derroche por demás contradictorio, el príncipe bin Salman, de 31 años, está intentado revertir la tradición de su país, reinventar la economía y consolidarse en el poder. En menos de dos años desde que asumió cargos importantes dentro del gobierno saudí, ha realizado cambios radicales que han impactado a la nación más rica del mundo árabe.
El ascenso del príncipe bin Salman ha roto décadas de tradición de la familia real. Nunca antes en la historia de este país un príncipe heredero había tenido tanta relevancia en el gobierno. Mucho menos un sustituto.

El príncipe bin Nayef tiene importantes conexiones con Washington, pero lo cierto es que las autoridades estadounidenses comienzan a dudar quién será el próximo gobernante de Arabia Saudita.
Muchos jóvenes saudíes admiran a bin Salman por ser un representante enérgico que ha intentado medidas nunca antes vistas en la nación para contrarrestar la caída del petróleo.
Otros lo ven como un hambriento advenedizo que ha realizado movimientos muy radicales en un gobierno demasiado tradicionalista.

El príncipe Mohammed bin Salman a la izquierda, junto con su primo el príncipe Mohammed bin Nayef. Fayez Nureldine/AFP-Getty Images
El heredero enfermo
A inicios de este año bin Nayef estuvo durante algunas semanas enclaustrado y casi incomunicado en la villa familiar en Argelia. Se ventiló que bin Nayef sufre de diabetes y además se recupera de otros problemas de salud que surgieron como consecuencia de un atentado terrorista al que sobrevivió.Esta ausencia generó muchas dudas y comentarios en Arabia Saudita y en el exterior. Algunos dijeron que otra de las razones por las cuales bin Nayef se alejó de los focos durante un tiempo se debe a las tensiones que existen con bin Salman.
No se sabe a ciencia cierta qué tipo de relación tienen ambos príncipes. Bin Nayef siempre ha querido mantener un bajo perfil, mientras que bin Salman se ha esforzado en todo momento por ser el centro de atención.
“Para la Familia Real Saudí no hay nada más importante que las sucesiones. Es importante también para los aliados regionales e internacionales”, comentó Joseph A. Kechichian, investigador principal del Faisal Center de Investigación y Estudios Islámicos en Riad.Entre las acciones más radicales que ha tomado el príncipe bin Salman desde que sirve como Ministro de Defensa es la guerra que ha llevado a cabo en Yemen para desalojar a los rebeldes chiitas. El conflicto ha generado hambruna entre parte de la población y le ha costado miles de millones de dólares al gobierno saudí.
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