Viene el lobo. Al lobo le hemos visto ya las orejas en varias ocasiones, lo que pasa es que el jardinero sube la altura del seto para que dejen de asomarle por encima. Y tengan presente que el lobo en el cuento siempre acaba viniendo.
Anteriormente, los millonarios y corporaciones que deseaban invertir sus ganancias en la bolsa, buscaban un buen broker o gestora de inversión. Estas empresas encargadas de gestionar el capital de miles de personas y empresas, debían contar con “superdotados” en finanzas, con personas frías e intuitivas.
Estas personas, probablemente pasen a la historia, pues se calcula que el 75% del volumen que se mueve en los mercados, ahora no depende de personas, sino de algoritmos.
Desde hace un tiempo atrás, nos está llegando un rumor, y es que probablemente exista una empresa estadounidense fabricando máquinas de inversión enfocadas al particular capaz de comprar y vender acciones por sí solas. Algunos pensaréis que eso ya existe en la actualidad, pero no. No hablamos de programas informáticos que nos den recomendaciones de compra y venta, sino de programas, que por sí solos, hagan todo el trabajo. Digamos que lo único que debería hacer el inversor es encender el programa o máquina en la hora de apertura de la bolsa y pasar a recoger los beneficios al cierre de la jornada.
¿Cómo sería posible este tipo de inversión?
Es sencillo, las mayores entidades financieras y empresas bursátiles de Wall Street, hace años que contrataron a cientos de matemáticos, físicos y programadores para crear el “Algoritmo perfecto”, un programa capaz de detectar la tendencia del mercado en menos de un segundo y enviar la orden de compra o venta por sí sola. El programa dice qué acciones vender, qué cantidad, cuál comprar, y en qué preciso momento, etc…
No es ciencia ficción, pues esos programas nos consta que ya están siendo usados desde hace años.
Concretamente se han producidos fallos en el algoritmo, provocando una alarma de CAOS financiero y global durante cierta tendencia brusca de la bolsa; e Incluso se abrió una investigación para buscar al culpable de algún tipo de rumor que hiciera bajar el valor de la bolsa, cuando en realidad ha sido el propio algoritmo que cometió algún error y decidió vender o comprar acciones por valor de miles de millones de dólares.
Cuando el algoritmo hace una operación, otros algoritmos asociados toman acción llevando los valores automáticamente en la misma dirección, comportándose en la misma tendencia “extrema”. Esta situación es percibida por los traders de todo el mundo, los cuales, como es evidente también comienzan a actuar. Lo cual ningún inversor sabe lo que estaba ocurriendo. Llevando el mercado al CAOS…
El caso es que las máquinas existen, se usan y podrían fabricarse para el inversor particular en breve (a precio alto y probablemente con altas comisiones por beneficios).
¿Significa esto que el pequeño inversor saldrá perjudicado?
Sinceramente, creo que el pequeño o mediano inversor que siga usando su cabeza, no tiene por qué salir afectado, todo lo contrario. Hablamos en un anterior artículo sobre el método del “azar” en las inversiones, contra el método de inversión moderno (máquinas), y hasta ahora, los dinosaurios de la inversión continúan obteniendo altas rentabilidades venciendo incluso a las rentabilidades obtenidas por los programas informáticos.
Los algoritmos podrían volver la inversión bursátil muy predecible, ya que un programa, por muy buen algoritmo que tenga, no sabe realmente lo que yo voy a hacer, en cambio, aún no sabiendo lo que un algoritmo hará, sí que podremos saber qué harán el conjunto de algoritmos una vez el mercado adquiera una tendencia, por lo que sinceramente, tomando el punto de referencia de pánico de inversores y actuación ante una tendencia bajista de un algoritmo, podría ser más predecible que nunca el saber cuándo debemos entrar en el valor e incluso en qué momento acabará la bajada de los valores.
Todo son suposiciones, aunque ha llegado el momento, suponiendo que todo el mundo invirtiera en función de recomendaciones de algoritmos, probablemente tuviera más éxito la persona que estudiara el comportamiento de los algoritmos ante situaciones concretas. El tiempo lo dirá.
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