Charles De Ville Wells saltó a la fama mundial a fines del Siglo XIX y aún es mencionado en muchas crónicas por sus "hazañas", aunque estas no hayan sido para nada lícitas. Si bien nació en el Reino Unido, cuando tenía unas semanas, la familia se mudó de su casa a Francia, donde vivieron inicialmente en una pequeña ciudad cerca de Nantes y más tarde en Marsella.
Wells comenzó a trabajar en los astilleros y muelles de esa ciudad y en 1868 inventó un dispositivo para regular la velocidad de las hélices de los barcos y vendió la patente por 5.000 francos (aproximadamente cinco veces su salario anual). Alrededor de 1879, se mudó a París, donde abrió una oficina en la que captó fondos de potenciales inversores interesados en formar parte de una sociedad que construiría un ferrocarril con cabecera en Berck-sur-Mer en Pas-de-Calais. Claro está que este emprendimiento nunca se construyó, pues huyó con el dinero de sus clientes, por lo que fue llevado a juicio y condenado en su ausencia por un tribunal de París.
Ya radicado en Gran Bretaña, desde 1885 en adelante, se dedicó a tratar de persuadir a nuevos clientes para invertir en lo que, según él, eran valiosos inventos de todo tipo. Aunque prometió ganancias sustanciales, no hay evidencia de que ninguno de sus patrocinadores haya recibido un retorno de su desembolso. Incluso, según las crónicas de la época, en un caso puntual se estimó que la pérdida fue superior a las £19,000 de aquel entonces.
Pero sin dudas su mayor fama la alcanzó en 1891, momento en el que Wells ganó notoriedad al hacer saltar la banca varias veces en el Casino Monte Carlo, por lo que era común afirmar que "entró como jugador de ruleta y salió como leyenda".
El episodio en cuestión tuvo lugar en julio de ese año cuando acudió al casino con 4.000 libras que había defraudado a confiados inversores. Durante once horas de juego a la ruleta ganó aproximadamente un millón de francos, llegando a "saltar" la banca hasta en doce ocasiones. Además ganó 23 veces seguidas de una serie de 30 tiradas.
A fines de ese año repitió la hazaña volviendo a ganar un millón de francos en tres días de juego. En esa ocasión también ganó cinco veces seguidas un pleno al número 5.
La dirección del casino, entonces en manos de Francois Blanc puso detectives que le siguieran de cerca para tratar de descubrir su sistema, pues se creía que su juego se basaba en uno de los muchos existentes. Desde entonces la creencia popular ha tratado de explicar que sistema usaba Wells, algunos dicen que apostaba basándose en el sistema de martingala, que apelaba a duplicar la apuesta en caso de perder la anterior.
Otros opinaban que utilizaba el método de D'alambert, que utiliza el sistema del péndulo, pero ambos sistemas son fácilmente detectables por el casino que en aquella ocasión pese a sus numerosos intentos no pudo descubrir en que se basaba Wells para realizar semejantes ganancias.
Si bien algunos periódicos descartaron sus victorias como un truco publicitario, Wells afirmó haber usado un "sistema infalible" que había perfeccionado a lo largo del tiempo, pero su historial como estafador llevó a muchos observadores a creer que de alguna manera había encontrado una manera de engañar al casino.
No contento con lo hecho hasta ese momento, ya hacia fines de 1892, fue arrestado en Le Havre a bordo de su yate, el Palais Royal, y extraditado a Gran Bretaña para enfrentar cargos relacionados con su plan de patentes. Fue juzgado en Old Bailey en marzo de 1893, declarado culpable de 23 cargos de fraude y sentenciado a ocho años de prisión que cumplió en la prisión de Portland .
Un hecho que pinta de cuerpo entero a este personaje de novela, con un enorme poder de seducción, poco antes de recuperar su libertad interpretó "The Man that Broke the Bank at Monte Carlo" y "Home Sweet Home" en el órgano de la Capilla Católica Romana de esa ciudad.
El regreso
Años más tarde, en 1910, bajo el alias de "Lucien Rivier", volvió nuevamente a las andadas, esta vez fundando un banco privado en París que prometía pagar intereses al 365% anual. En poco tiempo logró captar fondos de unos 6.000 inversores que depositaron unos 2 millones de francos. Como en toda pirámide, obviamente los pagos a los primeros clientes eran cubiertos con las nuevas inversiones que "Rivier" recibía en cantidades cada vez mayores.
Pasó algún tiempo hasta que comenzaron las sospechas y a partir de algunas denuncias de parte de clientes frustrados y furiosos, las autoridades francesas comenzaron a investigar sus asuntos,poniendo en evidencia que se estaba en presencia de una estafa. Ante una situación que se estaba poniendo "espesa" Charles Wells huyó a Gran Bretaña con el dinero de sus clientes.
Las autoridades francesas decidieron hacer una profunda investigación de la cual surgió que la maginitud de la estafa era notable por su escala, tanto en términos del número de inversores que perdieron dinero como de la cantidad de sus pérdidas totales. Ante esta situación, el Sûreté montó una operación con el fin último de tratar de descubrir quién era realmente el famoso "Lucien Rivier" y llevarlo ante la justicia.
Tal es así que comenzaron a rastrearlo y finalmente lo ubicaron en Gran Bretaña donde fue arrestado en enero de 1912. Luego de un juicio bastante agitado por la cantidad de damnificados y testigos que presentaron su testimonio, un tribunal de París lo sentenció en noviembre de 1912 a cinco años de prisión.
Pero si algo bueno surgió de todo esto es que como resultado directo de sus estafas, el gobierno francés comenzó a introducir controles en los bancos privados, incluyendo un estricto procedimiento de investigación para saber quienes eran sus propietarios.
Una vez que salió de prisión, prácticamente desapareció de la vida pública e incluso algún misterio rodeó la muerte de Wells, ya que los informes varían según la ubicación. La mayoría de ellos indican que murió en París, pero no se ha encontrado evidencia firme de esto. Las fuentes también difieren en el año de su muerte, pero la mayoría considera que fue en el año 1922.
“Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran.»
ResponderEliminar– Séneca
“Lo única que puedes saber sobre la suerte es que, tarde o temprano, cambia.»
ResponderEliminar“En el juego, muchos deben perder para que pocos ganen.»
ResponderEliminarGeorge Bernard Shaw, dramaturgo irlandés
ResponderEliminarBendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad. Amén y amén. Salmo 41.13
Wells ganó notoriedad al hacer saltar la banca varias veces en el Casino Monte Carlo
ResponderEliminarJugar a la lotería: Es el camino más común que ocupa la gente para convertirse en millonario. Sin embargo, hay más probabilidades de que sufras algún accidente camino a comprar el boleto y muera que sacarte en si el Loto.
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