La decisión del jefe de la policía Mayor General, Eduardo Alberto Then de mandar la uniformada a los cultos, en las iglesias, es la decisión más sabia, jamás ejecutada por algún jefe de policía en nuestro país.
Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. El pueblo de Dios no debe temer que la policía asista a los cultos, fue el Dios el todo poderoso que ilumino la mente del Mayor General, Eduardo Alberto Then para que tomara esa sabia decisión para contrarrestar la delincuencia que azota nuestro país.
Dios, como creador de todas las cosas, conoce a cada uno de nosotros, por lo cual, de Él es que viene nuestra protección, si somos guardados es por Su gracia y poder.
El Señor es nuestra luz y salvación, sólo en Él podemos confiar todos los días, solo Él es quien nos da la sabiduría y la valentía para poder continuar. Cada día ilumina nuestro caminar para que podamos ver más claro y no tropecemos ante los problemas que se presentan.
Alberto Then: Haz lo que Dios te dices que hagas, nada más, nada menos, no se trata de un juego; estas en la voluntad de Dios o estas fuera de ella…
Levanten sus ojos y miren hacia arriba, ¿Quién creó todo eso? El que hace salir su ejército de estrellas una por una y a todas llama por su nombre. Porque nada escapa a su gran fuerza y poder. Isaías 40:26
Jeremías 23:29 ¿No es mi palabra como fuego —declara el Señor— y como martillo que despedaza la roca?
Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad. Amén y amén. Salmo 41.13
Salmos 127:1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia
Isaías 40:15 He aquí, las naciones son como gota en un cubo, y son estimadas como grano de polvo en la balanza; he aquí, El levanta las islas como al polvo fino.
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes".
La guerra espiritual es la continua batalla entre los ejércitos y las fuerzas del diablo. El Ejército de Dios está formado por Sus ángeles. Son espíritus creados por Dios para que le sirvan, estando sujetos a éste voluntariamente. Como espíritus creados, tienen dos características:
Son eternos y, Tienen libre albedrío (determinación).
Por esta razón Lucifer, (Lucero o Luzbel) un ángel prominente de Dios, descrito
por Ezequiel como un Querubín (comparado con el Rey de Tiro), (28:12-19);
y por Isaías dirigiéndose el rey de Babilonia, como Lucero de la mañana
(14:12-19), dijo:
“Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de
Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la
cresta de las más altas nubes, seré semejante al “Altísimo”
Se rebeló contra Dios, y fue echado del lugar de privilegio del que gozaba,
junto con los ángeles que le siguieron. Así se convirtió en Satanás y Diablo,
como “Príncipe de este siglo”
Y comenzó una guerra en el cielo: “Miguel (un arcángel de Dios) y sus ángeles pelearon con Satanás y sus ángeles, pero estos no prevalecieron, ni fue hallado nunca más el lugar de ellos en el cielo.
Y fueron arrojados a la tierra el gran dragón, la serpiente antigua que
se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo y sus ángeles junto
con él”
Apocalípsis 12: 7-9
Comenzó su lucha “con sus sagaces armas
espirituales”, engañando a Eva; quien a su vez hizo caer también a Adán.
Fue su triunfo sobre el hombre. Su primera batalla ganada, adueñándose del
señorío de todo lo que Dios había entregado al primer Hombre.
¿Cuándo entró Satanás en el mundo creado?
La Biblia no es muy explícita en relación a
su obra anterior a la rebelión, sin embargo estudiando Isaías 14:12-15 y
Ezequiel 28:12-16 podremos aceptar algunos hechos supuestos en relación
a este personaje.
Dice ISAÍAS 14:17,
“Los que te ven, te clavan la mirada y reflexionan en cuanto a tu destino: ¿Y
éste es el que sacudía a la tierra y hacía temblar a los reinos, y el que
dejaba el mundo hecho un desierto, el que arrasaba sus ciudades y nunca dejaba
libres a los presos?
Es probable que entrara después de que
Dios creara los cielos y la tierra (GÉNESIS 1:1); pero antes “de que
la tierra estuviera desordenada y vacía y las tinieblas estuviesen sobre la faz
del abismo” (GÉNESIS 1:2)
Con sus ángeles instaló su gobierno y organizó su ejército de la misma manera
como él había conocido cuando estaba con Dios: Príncipes, Potestades,
Gobernadores, Huestes. Y contra estos son lo que tenemos lucha. Son enemigos de
Dios, pero no pueden luchar contra Él.
Esta lucha, aunque no sea visible, es real; sus estragos se producen en las
almas de seres humanos dotados de libre albedrío. Si se tratara simplemente de
una cuestión de poder, el Dios Todopoderoso podría dominar al príncipe de las
tinieblas en un momento. Pero la lucha por las mentes y los cuerpos continúa
debido a que el desequilibrio de la lucha depende de la voluntad humana.
El adversario, que odia todo lo que se parezca remotamente a la imagen de Dios,
también aborrece al hombre e intenta controlarlo.
Echemos un vistazo a los detalles de esta lucha
En el versículo 12 de Efesios,
nos dice que la lucha no es contra sangre y carne.
Una de las más grandes demandas de la Iglesia es saber distinguir entre la
lucha espiritual, otras de tipo social, personal o político. De otra manera,
creyentes individuales y grupos de creyentes son fácilmente arrastrados a
entablar batalla contra adversarios humanos, en lugar de luchar por medio de la
oración contra las invisibles maniobras del infierno que está detrás de la escena.
Sobre las bases de este pasaje se anuncia la responsabilidad asignada a la Iglesia de participar en la batalla de la oración, con el propósito de que el mal sea obligado a retroceder de esa forma, imponiendo la voluntad de Dios.
Conociendo al enemigo
Una de las principales informaciones a tener
en cuenta cuando un ejército entra en guerra es “LA SITUACIÓN”
La situación incluye una serie de datos que son indispensables para preparar el
Plan de Acción.
Uno de estos datos son: EL ENEMIGO.
¿Quién es, o quiénes son? ¿Cuántos son? ¿Cómo están armados o que poder tienen? ¿Cómo están preparados?
Son Ángeles caídos.
Dice que son Principado, Potestades, Gobernadores de las tinieblas de este
siglo, Huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Evidentemente Satanás, debió tener presente de que manera estaba organizado el
ejercito espiritual de Dios, del que formaba parte. Y lo imitó.
Por eso trataremos de ir descubriendo, contra quienes debemos luchar, no solo
para defendernos, sino también para atacarles, hacerlos retroceder, perseguir
hasta que dejen libres las posesiones robadas.
Por que con el poder que Dios nos ha dado, tenemos asegurada la victoria, ya
que “ni la puerta del Hades prevalecerá contra la Iglesia”
Debemos mantenernos firmes, puesto que la victoria ha sido lograda por
Jesucristo en la cruz
Principados
Es un territorio. No se refiere a persona o
se espiritual, sino al territorio que está bajo su responsabilidad.
Son poderes espirituales del mundo invisible (sean buenos o malos)
Los malos luchan contra la posición celestial de los santos. En Daniel 10:13,
vemos unos de los ejemplos más claros del Antiguo Testamento. Ejércitos de
demonios se oponen a los propósitos de Dios. Las luchas terrenales a veces
reflejan las que tienen lugar en los cielos. Ajustemos nuestras luchas
espirituales HOY, a la situación ACTUAL en la que vivimos en todo el mundo.
El “príncipe de Persia” era la cabeza de las fuerzas espirituales que
comandaban el principado de Persia, luchando especialmente contra el pueblo de
Dios.
Algunos Ángeles tienen influencias sobre determinadas naciones. El gobernante
de Persia, un ángel malvado cuya habitación estaba en los lugares celestiales
(el dominio invisible), intentó retener a los cautivos israelitas para que no
regresaran a su tierra natal. Esto nos revela el gran dominio que tales
principados y potestades de las tinieblas pueden ejercer sobre las naciones. En
este mismo capítulo encontramos otros “príncipes” angelicales que gobiernan
naciones: uno bueno, Miguel, gobierna y guarda las actividades de Israel (versículo
13). “El príncipe malo de Grecia” (vs. 20), quien, tal y como
fue profetizado, finalmente impuso su predominio sobre “el príncipe de Persia”
La guerra de Miguel en las regiones celestiales debía estar dirigida contra
Persia y después contra Grecia. Cada una de estas naciones iba a tener poder
sobre el pueblo de Dios. Persia y Grecia estuvieron representadas por
“príncipes” demoníacos. Pero Dios es el Señor del pasado, del presente y del
futuro, y todos los hechos están registrados en el “libro de la verdad".
Potestades y Gobernadores
Tenían dominio sobre una jurisdicción. Se
refiere al grado o nivel angélico. Autoridad, derecho. Los diferentes grados de
los Ángeles caídos del ejército de Satanás, no implican mayor autoridad ni
dominios especiales sobre nosotros.
Por ello no debemos sentirnos amedrentados.
Huestes
Las huestes de Satanás se dedican a
obstaculizar y obstruir la obra de Cristo y a poner fuera de combate a los
soldados individualmente.
Cuanto más efectivo sea un creyente para el Señor, tanto más experimentará los
salvajes ataques del enemigo.
El mandamiento a tener en cuenta, es que “seamos fortalecidos en el Señor, y en
los ilimitados recursos de su fuerza”
El tiempo en que estamos viviendo
Esto también forma parte de la situación. Si
nos ubicamos en el Antiguo Testamento, veremos que las guerras que enfrentaba
el pueblo de Dios, eran con armas físicas y principalmente con la ayuda
espiritual de él. La realidad de la lucha espiritual nos motiva a aprender
cuando sabio es tener una preparación apropiada. Los pasajes de la escritura
que estamos estudiando contienen la instrucción clásica y completa para
prepararnos para una batalla espiritual, la lucha en las “regiones celestes”;
en “el reino invisible de los conflictos espirituales” que siempre nos rodean.
Comprendemos, naturalmente, que lo decisivo en esta batalla espiritual no está
bajo nuestro control, sino en el del Señor. Por medio del poder de la oración (Efesios
6:18), cuando estamos equipados con recursos espirituales (2 Corintios
10:3-5 Y Efesios 6:12-17), se nos da todo el armamento
potencial necesario. También se nos da la garantía de la victoria final (Mateo
16:18), abalada por la resurrección de Cristo de entre los muertos (Apocalípsis
1:18)
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