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Vencer al Azar
En el panorama de los más ricos del mundo, Estados Unidos destaca con una abrumadora mayoría entre los primeros puestos. De los 22 multimillonarios más ricos, 16 son estadounidenses, demostrando el poderío económico concentrado en este país. Analicemos más de cerca a los primeros 10 y sus fortunas:
Estos magnates representan una concentración significativa de la riqueza mundial, con una mayoría destacada proveniente de Estados Unidos. Elon Musk lidera la lista con un impresionante patrimonio neto de 264 mil millones de dólares, impulsado por sus empresas pioneras en tecnología y exploración espacial, Tesla y SpaceX. Le sigue Jeff Bezos, con 216 mil millones de dólares acumulados principalmente a través de Amazon, aunque su fortuna fluctúa con los movimientos del mercado.
Bernard Arnault, de Francia, se sitúa en el tercer lugar con un patrimonio de 205 mil millones de dólares, gracias a su imperio en el sector del lujo, LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy). Mark Zuckerberg, fundador de Facebook (ahora Meta), continúa marcando presencia con 177 mil millones de dólares, seguido de Larry Page y Sergey Brin, cofundadores de Google, quienes aún mantienen una influencia significativa con patrimonios de 164 mil millones y 155 mil millones de dólares respectivamente.
Elon Musk.-1
- Patrimonio Neto: 264 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: +5.22 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Tesla, SpaceX
- País: Estados Unidos
Jeff Bezos.-2
- Patrimonio Neto: 216 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: -195 millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Amazon
- País: Estados Unidos
Bernard Arnault.-3
- Patrimonio Neto: 205 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: +4.58 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy)
- País: Francia
Mark Zuckerberg.-4
- Patrimonio Neto: 177 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: -5.04 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Facebook (Meta)
- País: Estados Unidos
Larry Page.-5
- Patrimonio Neto: 164 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: -508 millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Google (Alphabet)
- País: Estados Unidos
Bill Gates.-6
- Patrimonio Neto: 161 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: +1.26 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Microsoft
- País: Estados Unidos
Larry Ellison.-7
- Patrimonio Neto: 159 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: +1.80 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Oracle
- País: Estados Unidos
Steve Ballmer.-8
- Patrimonio Neto: 156 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: -318 millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Microsoft
- País: Estados Unidos
Sergey Brin.-9
- Patrimonio Neto: 155 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: -476 millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Google (Alphabet)
- País: Estados Unidos
Warren Buffett.-10
- Patrimonio Neto: 135 mil millones de dólares
- Cambio Reciente: +2.17 mil millones de dólares
- Fuente de Riqueza: Berkshire Hathaway
- País: Estados Unidos
Estos magnates no solo acumulan riqueza a través de sus empresas tecnológicas y financieras, sino que también influyen profundamente en las economías globales y en la dirección de las industrias clave. Con actualizaciones continuas en sus fortunas y una influencia significativa en diversos sectores, su impacto en el panorama económico mundial sigue siendo notable.
Este análisis refleja cómo la innovación, la inversión y la gestión estratégica han catapultado a estos líderes a las cimas de las listas de multimillonarios, consolidando así el dominio estadounidense en el ámbito de la riqueza global.
I. La suerte es constancia disfrazada:
A menudo, las personas atribuyen el éxito de alguien a la "buena suerte". Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es el constante esfuerzo y trabajo que esa persona ha invertido para llegar a donde está. Detrás de cada logro se encuentran horas interminables de práctica, aprendizaje y superación de obstáculos. La suerte, en muchos casos, no es más que la oportunidad que se crea a través de la dedicación y la perseverancia.
- Ejemplo: Un atleta olímpico no nace con una medalla al cuello. Años de entrenamiento riguroso, sacrificio y esfuerzo constante son lo que les permite alcanzar la cima de su deporte.
II. La casualidad es disciplina en acción:
Cuando vemos a alguien alcanzar el éxito debido a una "casualidad", lo que no se ve es la disciplina que los llevó a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. La disciplina es la fuerza que impulsa a las personas a tomar decisiones conscientes y a trabajar incansablemente para aprovechar las oportunidades que se les presentan.
- Ejemplo: Un empresario que encuentra una oportunidad de negocio aparentemente "casual" ha estado investigando, aprendiendo y preparándose durante años para estar listo cuando esa oportunidad llegue.
III. La genética es el resultado del sacrificio:
Es cierto que la genética puede influir en ciertos aspectos de la vida, como la salud o la apariencia física, pero incluso en estos casos, el sacrificio y el esfuerzo pueden superar las limitaciones genéticas. Las personas exitosas a menudo trabajan arduamente para maximizar su potencial, independientemente de su predisposición genética.
- Ejemplo: Un músico prodigio puede tener un talento innato, pero sin horas interminables de práctica y sacrificio, ese talento no se convertirá en maestría.
Conclusión:
La próxima vez que veas a alguien alcanzar el éxito y escuches palabras como "suerte", "casualidad" o "genética", recuerda que detrás de esas palabras hay una historia de esfuerzo constante, disciplina y sacrificio. Estos son los verdaderos motores del éxito. En lugar de envidiar a aquellos que han llegado lejos, toma inspiración de su dedicación y utiliza su ejemplo como motivación para alcanzar tus propias metas. La vida no se trata de suerte, casualidad o genética; se trata de lo que estás dispuesto a hacer para lograr tus sueños. Entonces, mientras otros hablan, tú sigue esforzándote. El éxito será tu recompensa.
Esta historia demuestra la veracidad de aquel antiguo adagio: «Donde hay una voluntad, hay un camino». Esto lo decía ese apreciado educador y clérigo, el fallecido Frank W. Gunsaulus, que comenzó su carrera de predicador en los corrales de ganado de la región de Chicago.
Mientras el doctor Gunsaulus estudiaba en la universidad, observó
muchos defectos en nuestro sistema educativo, defectos que creía que
podría corregir, si fuera director de un colegio.
Se propuso organizar un nuevo colegio donde llevar a cabo sus propias
ideas, sin los obstáculos de los métodos ortodoxos de la educación.
¡Necesitaba un millón de dólares para poner su proyecto en marcha!
¿Hacia dónde necesitaría tender las manos para obtener semejante suma de
dinero? Ésa era la pregunta que absorbió la mayor parte de las
reflexiones de ese joven y ambicioso predicador.
Pero no parecía que consiguiese progreso alguno.
Todas las noches se acostaba pensando en lo mismo, y al día siguiente se levantaba con la misma idea. Siguió dándole vueltas, hasta que se convirtió en una obsesión.
Al ser un filósofo además de un predicador, el doctor Gunsaulus
reconocía, tal como todos aquellos que tienen éxito en la vida, que un
propósito definido es el punto inicial desde donde se ha de comenzar.
Reconocía, además, que esa definición del propósito adquiere animación,
vida y poder cuando está respaldada por un deseo ardiente de traducir
ese propósito en su equivalente material.
Él conocía todas esas grandes verdades, y, sin embargo, no sabía dónde, ni cómo encontrar un millón de dólares.
El procedimiento natural hubiera sido ceder y olvidarse del asunto, diciendo: «Mi idea es buena, pero no puedo hacer nada con ella porque nunca podré procurar el millón de dólares que necesito para ejecutarla».
Eso es exactamente lo que la mayoría de la gente hubiese dicho, pero no es lo que el doctor Gunsaulus dijo.
Lo que dijo e hizo son cosas tan importantes que ahora se lo presento al lector, para que él mismo sea quien lo explique.
«Un sábado por la mañana me senté en mi habitación pensando maneras de conseguir el dinero necesario para llevar a cabo mis planes.
Durante
casi dos años había estado pensando, ¡pero no había hecho otra cosa que
pensar!» ¡Había llegado el momento de actuar, de la acción!
»En aquel momento decidí que reuniría ese millón de dólares en el plazo
de una semana. ¿Cómo? Eso no me preocupaba. Lo más importante era la
decisión de conseguirlo en un plazo determinado, y quiero destacar que
en el instante en que alcancé esa decisión, una extraña sensación de
seguridad se apoderó de mí, de una manera que jamás había experimentado.
Algo en mi interior parecía decir: “¿Por qué no has tomado esa decisión
antes? Ese dinero te ha estado esperando todo este tiempo”.
»Los acontecimientos se precipitaron. Llamé a los periódicos y anuncié que a la mañana siguiente pronunciaría un sermón titulado “Qué haría si tuviese un millón de dólares”.
»Me puse a trabajar de inmediato en el sermón, pero debo decir, con
franqueza, que la tarea no era difícil, porque había estado preparándolo
durante casi dos años.
»Mucho antes de la medianoche lo había terminado. Me fui a la cama y me dormí con un sentimiento de confianza, porque podía verme a mí mismo en posesión del millón de dólares visualizado como una realidad.
»A la mañana siguiente me levanté temprano, me metí en el baño, leí el
sermón y me arrodillé a orar para pedir que mi sermón despertara la
atención de alguien que me proporcionase el dinero que necesitaba.
»Mientras estaba orando volví a sentir la seguridad de que el dinero
estaba a punto de aparecer. En mi excitación, salí sin el sermón, y no
descubrí mi descuido hasta que estuve en el púlpito, dispuesto a leerlo.
»Era demasiado tarde para volver por mis notas, ¡y fue una suerte que no
pudiese hacerlo! En vez de las notas, mi propio subconsciente me
proporcionó el material que necesitaba. Cuando me puse de pie para
pronunciar mi sermón, cerré los ojos y hablé con todo el corazón y el
alma de mis sueños. No sólo hablé para mi audiencia, también me dirigí a
Dios.
Dije lo que haría con un millón de dólares, si alguien me pusiera esa suma en las manos. Describí el plan que había ideado para organizar una gran institución educacional, en la que la gente joven aprendería a hacer cosas prácticas, al mismo tiempo que desarrollaban sus mentes.
»Cuando terminé y me senté, un hombre se levantó lentamente de su
asiento, a unas tres filas de los asientos traseros, y se acercó al
púlpito. Me pregunté qué pensaría hacer. Entró en el púlpito, me tendió
la mano y me dijo: “Reverendo, su sermón me ha gustado. Creo que puede
hacer todo lo que usted ha dicho que haría si tuviera un millón de
dólares. Para demostrarle que creo en usted y en su sermón, si viene a
mi oficina mañana por la mañana, le daré el millón de dólares. Me llamo
Phillip D. Armour”.»
El joven Gunsaulus acudió a la oficina del señor Armour y le dieron el millón de dólares. Con ese dinero fundó el Armour Institute of Technology, que en la actualidad se conoce como Illinois Institute of Technology.
El millón de dólares necesario surgió como resultado de una idea. Detrás
de esa idea estaba el deseo que el joven Gunsaulus había abrigado en su
interior durante casi dos años.
Observe este importante hecho: consiguió el dinero al cabo de treinta y
seis horas de haber alcanzado la decisión definitiva de obtenerlo ¡y de
decidir un plan definido para ello!
No había nada nuevo ni peculiar en la vaga idea del joven Gunsaulus en
lo que se refería al millón de dólares, y en sus débiles deseos de
conseguirlo. Otros antes que él, y muchos más desde entonces, han tenido
pensamientos similares. Pero hubo algo muy especial y diferente en
cuanto a la decisión que alcanzó aquel sábado memorable, cuando dejó de
lado toda indecisión, y se dijo, convencido: «Conseguiré ese dinero en
el plazo de una semana».
Además, ¡el principio por el cual el doctor Gunsaulus obtuvo el
millón de dólares todavía tiene vigencia! ¡Está a su disposición! La ley
universal funciona hoy con tanta eficacia como cuando el joven
predicador la empleó de manera tan exitosa.
“Lo Que es la Fe”
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
Recuerda el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: "Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos." Deuteronomio 4:10
Agronegocios / A Aitor Zárate autor del libro "La simplicidad del primer millón" se le puede amar u odiar, pero lo que es seguro es que no deja indiferente a nadie.
7 libros en el mercado (La trampa del oso, Mueve tu dinero y hazte rico, Cambio de vida: cómo me hice rico, El factor K, Espabila y gana dinero con la crisis, La simplicidad del primer millón y En ruta con AZ) y 3 ideas emprendidas y desarrolladas (Sport Gestion, Prisma Gestion Group y FH Cambio de Vida).
Su particular filosofía de la vida y del dinero se resume a continuación (contenido extraído del libro "La simplicidad del primer millón"):
¡Tira a la basura la humildad! Pon en marcha lo que leas aquí en este libro. El resto es irrelevante. Prepárate para vivir de modo diferente a la mayoría, piensa y actúa para volver a ser nadie. Si sigues como hasta ahora, mal vas. Calcula en una hoja de papel en blanco cuánto dinero ha pasado por tus manos en tu vida. ¡No te desmoralices! Cambia tu esquema mental y conseguirás todo lo que seas capaz de imaginar. Siempre que vayas a gastar en algo piensa si es realmente lo que necesitas. No importa tu pasado, tú puedes ganar. ¡Muévete, haz caso a tu intuición y no prestes atención a los espectadores! Céntrate sólo en lo que puedas cambiar, y trabaja el desapego al resultado, siempre y en todo. Lo que más me molesta en esta vida es que alguien me descentre cuando estoy concentrado. ¡No lo hagas nunca! Graba tu eslogan en tu reloj. Céntrate y no pierdas de vista la primera fase del juego; conseguir el primer millón. El precio de la vivienda no debiera subir nunca. No lo merece. ¡Cambia de vida YA! Centra el tiro si quieres ganar dinero. Diversifica cuando llegues al primer millón. Si sabes dónde estás, el camino y el objetivo...¡Llegarás! Compra un cuaderno y escribe "El primer millón" en la portada. Busca un lugar cómodo, pon tu música preferida, aíslate de todo y de todos y escribe pormenorizadamente tu punto de partida. No olvides nada por insignificante que parezca. Recuerda, mientras traces tu punto de partida, que la ambición, a falta de una palabra mejor, es buena, necesaria y funciona. Clarifica y capta la esencia del espíritu de tu nivel de evolución. La ambición en todas sus formas: de vivir, de dinero, de amor, de saber. Una persona es lo que hace, no lo que piensa ni lo que dice que hace.
Eres el mejor producto que existe. Eres único y nunca te rindes. ¡NUNCA! Tick−tack, es el sonido de tu vida que se termina. No malgastes tiempo ni energía. ¡Gana dinero divirtiéndote! Calcula el precio por el que alquilas tu tiempo, tu ratio euro/hora. Cada vez que compres o hagas algo por dinero, calcula cuánto tiempo y energía te va a llevar conseguirlo. Ese es el tiempo que estás entregando por lo que quieres. ¡Piensa en lo que necesitas de verdad! No me hagas perder el tiempo.
Compra una agenda y un reloj digital, y úsalos para gestionar cada minuto de tu existencia. El uso del tiempo da la medida del éxito.
Toda batalla es ganada antes de ser librada. Calcula a cuánto asciende tu Gran Capital, la cifra que te permitirá no preocuparte nunca más por ganar dinero para vivir. No te marques un objetivo por encima de lo necesario, ya que no debes perder tiempo y energía en algo que no necesitas. Escribe y define con detalle cómo te ves a ti mismo siendo el ganador del juego "El primer millón". Será tu diapositiva positiva a partir de ahora. ¡Siéntete desde ya como si la diapositiva ya se hubiese hecho realidad!
Hablo de ser tan rico que no pierdas el tiempo. O millonario, o nada. Compra un paquete de post−it y comienza a rellenar tu panel PDA (PLAN−DIRECCIÓN−ACCIÓN, con su objetivo principal, de segundo nivel, de tercero, etc.) en la pared. Elige tus objetivos y no pienses en cómo vas a conseguirlos. Eso viene después.
El miedo es aire. Nunca me vengas con excusas. Márcate una dura penitencia cada vez que te sorprendas con miedo, quejándote o poniendo una excusa. Elimina lo superfluo. Un fin de semana, levántate a las 7 de la mañana, date una ducha fría, ponte ropa cómoda, desayuna ligero y comienza a tirar a la basura toda la ropa que no te hayas puesto en seis meses, libros que no te gusten, objetos inservibles, etc. Coge el teléfono móvil, abre la libreta de contactos y comienza a eliminar, uno a uno y sin compasión, todos los números inservibles y de personas que sean un obstáculo en tu carrera hacia el "Primer millón". Cuando lo hayas hecho, no vuelvas a coger una llamada de un teléfono que no tengas en la agenda. Si por casualidad te encuentras en la calle a alguno de tus "eliminados" y te pregunta por qué no le coges el teléfono, le contestas que justamente por ser él. Escribe tu "Kódigo" en una hoja en blanco, y cuélgalo junto a tu panel PDA hasta que te lo aprendas de memoria. El código no se transgrede nunca. No es cuestión de tener suficiente, es cuestión de tener lo necesario. Esto es un juego donde alguien pierde y alguien gana, siempre ha sido así. Elimina los pensamientos viejos y/o negativos y selecciona impecablemente los nuevos. Persigue obsesivamente el "K" (conocimiento) a través de la lectura y de experiencias interesantes y dáselo de comer a la mente y a tu subconsciente. El resultado será espectacular.
Piensa diferente y a lo grande, ignora a la multitud, defiende tus ideas, y olvida las viejas costumbres. Anota todas tus ideas en un cuaderno, incluso las más tontas, y arriesga como los niños. Dale a cada idea una palabra y pégala en tu panel PDA. Cuando las mires, se te ocurrirán cosas que te servirán como combustible para que tu subsconsciente te entregue nuevas ideas. Si pasa mucho tiempo en la pared sin que hayas hecho nada con ella, tírala. Nadie conoce el futuro. Eso significa que tienes las mismas oportunidades que cualquiera. Aprovéchalas. Tienes obligación de moverte. No dejes pasar el tiempo. ¡Muévete! No mañana ni la semana que viene. Hoy es el día. ¡Juega! Escribe las características que quieres que tenga tu hogar ideal, tu "madriguera", y cuélgalo en el panel PDA muy cerca de tu gran objetivo, ya que es un "post" de primer nivel.
Empieza hoy y ya a hacer ejercicio. Vigila tus comidas y no seas un "maldormido". Perfeccionismo y focus, dos palabras maravillosas. Coloca la palabra "focus" en el nivel uno de tu panel PDA y rodéalo de las acciones de entrenamiento que tendrás que realizar para mantenerte concentrado en lo que hagas el mayor tiempo posible. Si lees, apaga el móvil, no estás para nadie. Si estás con una persona, hazle sentir el más importante del mundo. Crea el hábito del "focus" para cualquier actividad. Quien espera el mañana se pierde el presente, se pierde la vida. Piensa, decide y actúa sin esperar nada de nada ni de nadie. Sigue tu plan. La comunicación es una cuestión de preguntas y respuestas y de direccionalidad. Si preguntas con dirección, exige que te contesten del mismo modo. Si te preguntan, contesta con dirección, o no contestes. Quien no actúe así, no te interesa. Hazlo así con todo el mundo. Si lo haces bien, ¡tú tienes el control!
Ante cualquier situación, pregúntate: ¿Cuál es el problema? Decide y soluciona sin parar, aunque te equivoques. Cuanto más te equivoques, más decisiones debes tomar. Si tienes dinero para comprar algo, ¿para qué quieres comprarlo? Si se desplaza, navega, vuela o es una casa, mejor siempre alquilar que comprar. La primera regla del mundo del dinero es no perder, la segunda ganar y la tercera aplicar de nuevo la primera (Warren Buffet). Olvídate de tu situación actual, coge una hoja en blanco y cuantifica con qué cantidad de gasto mensual estarías satisfecho. ¡Sé generoso! Piensa en cómo vas a gastar ese dinero con el mejor equilibrio entre ingresos, gastos, impuestos, tiempo y energía. Si te quedaste corto en el cálculo anterior, sustituye en el panel PDA el viejo "Gran Capital" por el nuevo. Elige una o varias maneras de ganar dinero. Tómate tu tiempo, planea cómo vas a convertirte en un experto, y ¡céntrate en ella!
Analiza y elige ya en qué productos vas a invertir. Luego comienza tu entrenamiento en esos productos. Nunca compres ningún producto que te ofrezca una entidad financiera. ¿Te gusta lo que haces en la actualidad, el tiempo que le dedicas, el dinero que ganas y lo que aprendes? ¿Quieres seguir trabajando por cuenta ajena toda tu vida? ¿Estás satisfecho con lo que tienes, material e inmaterial? ¿No? ¡Qué haces ahí entonces! Siguiendo a Sun−Tzu, si tu enemigo (el trabajo) es superior, evítale. Si estás enfadado (no te atreves), irrítale (prepara un plan para dejarlo). Si estás igualado (a punto de tomar la decisión de tu vida), combate (¡lánzate al cambio!). Y si no, recapacita, diseña tu panel PDA hasta que elimines el miedo y te lances.
Tonto es quien dice y hace tonterías. Nunca compres una casa como inversión, ni para alquilarla ni para venderla, ni para vivir en ella. ¡NUNCA! Si la tienes, intenta venderla. Sea como sea. Con el ladrillo, ¡tolerancia cero! Si quieres ser rico, ten liquidez. Si quieres ser pobre, ten deudas. Coloca un post−it en tu panel PDA que diga "eliminar deudas y no perder la liquidez". ¡Haz lo que quieras per observa lo anterior!
En el juego manipulas o te manipulan. ¿A qué grupo quieres pertenecer? No hagas caso a ningún broker o banco, no tienen nada que enseñarte. Prueba a gestionar tus inversiones sin ver la televisión, escuchar la radio ni leer la prensa. Nunca confíes en nadie que no haga lo que dice, y menos en el mundo del dinero. Nunca confíes en nadie que hable, analice y prediga mucho pero no gane dinero. Huye de los analistas, envidiosos y novatos. El mercado sube o baja, lo que resulta irrelevante. Lo importante es tu posición cuando eso ocurra. Coloca el post−it "inversión financiera" en tu panel PDA dependiendo de "dinero". Piensa en aprender a operar con futuros y divisas, elige cómo y con quién. Si desarrollas la habilidad de operar intradía podrás hacerlo con cualquier producto con simplicidad. Si no lo consigues, habrás aprendido un conocimiento sobre ti imposible de conseguir de otro modo. Hace ya dos años que opero sin gráficos. No, no estoy ciego. Si eres un novato, vuélvete loco con los gráficos al principio, pero piensa en el día en el que los tendrás que relativizar. Si ya tienes experiencia, relativízalos desde ya. El dominio total es inalcanzable. No lo quiero. Sólo quiero aprender y mejorar para conseguir tomar las decisiones adecuadas y gestionar el tiempo que me quede. Busca qué te apasiona y hazlo. Dedícate a ello en cuerpo y alma. Dicen que hay dos cosas inevitables: la muerte y los impuestos. Obviamente discrepo. Hay opciones para minimizar el pago de impuestos. Elige la que más te encaje, infórmate y aprende. Cuelga los impuestos en un lugar de nivel uno, alrededor de tu objetivo. ¡Prepárate para vivir al margen de la mayoría! Deselectrifícate. No quiero fama, poder ni dinero. Quiero hacer algo grande, divertido y transgresor. Hay algo que nadie me podrá quitar: lo que he hecho.
Un libro, una idea Una idea interesante de cada libro ."La simplicidad del primer millón".
No tengas temor de ellas; recuerda bien lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto. Deuteronomio 7:18
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¿Qué hace falta para ser un genio? Posiblemente algo de la determinación que este británico exhibe abiertamente, pero también una dosis considerable de inconformismo y espíritu transgresor. Las islas han alumbrado al menos a tres figuras relevantes de nuestro tiempo que han ido un poco más allá de lo establecido y marcado sus propias normas: Richard Branson, fundador de Virgin, Jony Ive, el creador de los productos estrella de Apple, y por qué no, este irreverente genio.
Ahora su apellido da nombre a un imperio presente en 65 países y que da empleo a más de 3.000 trabajadores. Y que, por descontado, le ha hecho multimillonario. ¿Cómo sucedió todo? La vida en torno a este personaje, nombrado, por cierto, caballero, es tan alocada como la historia de su fortuna. Si a Isaac Newton le cayó una manzana en la cabeza, Dyson vio la luz mientras pasaba el aspirador en el salón de su casa.
La vida en torno a este personaje, nombrado, por cierto, caballero, es tan alocada como la historia de su fortuna. Si a Isaac Newton le cayó una manzana en la cabeza, Dyson vio la luz mientras pasaba el aspirador en el salón de su casaAquel trasto hacía más ruido que otra cosa pero aspiraba muy poco. Intrigado, abrió la caja donde se ubica la bolsa y la sustituyó sin éxito. Y aquí, donde cualquier mortal hubiera optado por llevar el aparato al taller o propinarle una patada de frustración, nuestro hombre decidió indagar por qué aquello había perdido la capacidad de succión. Una curiosidad accidental que posteriormente le conduciría a forjar un imperio.
“Mi vida está llena de fracasos”
Pues bien, seguimos con el aspirador. Por aquel entonces el británico había visitado una fábrica con un ciclón industrial que separaba las partículas del aire empleando fuerzas centrífugas y de repente algo hizo clic en su cabeza: ¿por qué no replicar ese eficiente modelo en un aspirador? Y se puso manos a la obra.
No fue una tarea fácil: Dyson confeccionó hasta 5.000 prototipos hasta dar con el modelo definitivo, y es en este punto donde comienza a encajar la determinación de la que hacía gala en las carreras en la frase que abre el artículo. ¿Miedo al fracaso? Al contrario. Este luchador aprecia los reveses en la vida como una oportunidad de oro para avanzar y evolucionar: "Mi vida y mi día a día están llenos de fracasos", confiesa, "los fracasos son interesantes".
El aspirador G-Force había visto la luz por primera vez y, con la patente en la mano, el inventor comenzó un penoso deambular por los diferentes fabricantes con la idea de vender su producto, y ya se sabe, la arrogancia de los grandes suele ser mala compañera. Del "hay un tipo en la puerta con un aspirador nuevo que dice que es la bomba" al "¿un aspirador sin bolsa? jaja", y nuestro hombre volvió a casa con las orejas gachas.
Aquel producto era bueno y si nadie quería comprarlo, él mismo lo vendería. Había nacido Dyson Ltd. en junio de 1993 y los primeros pasos fueron muy duros: apenas vendía unidadesPero de nuevo su determinación le hizo levantarse: aquel producto era bueno y si nadie quería comprarlo, él mismo lo vendería. Había nacido Dyson Ltd. en junio de 1993 y los primeros pasos fueron muy duros: apenas vendía unidades. Se ve que la superior capacidad de succión no era un argumento suficiente para decir adiós al aspirador de toda la vida y arriesgarse con una marca desconocida.
Pero diez años más tarde todo cambió. No sólo basta con ser bueno sino que además hay que demostrarlo y el británico dio con la clave: a la gente no le preocupa mucho la eficacia, pero el vil metal sí. El eslogan de la casa cambió a "diga adiós a las bolsas de recambio" al tratarse el G-Force del primer aspirador que por sus características, no las necesitaba.
Y mano de santo. El ignorado aspirador pasó a convertirse en el más vendido en el Reino Unido y con unas tasas de crecimiento que cortaban el hipo. Los grandes que antes se reían socarronamente de aquel tipo larguirucho, ahora observaban con honda preocupación el movimiento y salieron al mercado con versiones similares. Copias descafeinadas que lo único que hicieron es engrandecer aún más la genialidad de Dyson, la empresa.
La senda del éxito estaba ya marcada a fuerza de tesón y talento, y la firma prosiguió inundando el mercado con productos transgresores, desde el ventilador sin aspas hasta el secamanos ultrarrápido que a buen seguro habrá visto en los baños de algún aeropuerto. El ninguneado nada ahora entre millones y como hemos apuntado, fue nombrado caballero.
Lo último que hemos sabido de este genio de espíritu inquieto es el anuncio de unos impresionantes planes expansivos en el ámbito del I+D, con la creación de un campus que dará empleo a cerca de 3.000 ingenieros dedicados a tiempo completo a innovar e idear nuevos productos, invirtiendo para ello la friolera de 250 millones de libras esterlinas. Este corredor de fondo no conoce los límites, así que con semejante fuente de recursos uno puede esperar cualquier cosa de su factoría.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
“No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia” (Isaías 41:10)
Todos hemos tenido una experiencia por la que hemos aceptado y aprendido. Hay lecciones en la vida que te dejan huella y solo depende de ti si te dejas derrumbar o si te vuelves una persona exitosa.
Creo que no existe una regla a seguir para alcanzar el éxito y los artículos que escribo son como un “plus” y un “empujoncito” para hacerlos pensar y que se decidan a hacer las cosas, pero todo siempre será depende de ti, de la meta que te hayas trazado y de tu objetivo a lograr.
Aquí tengo algunas pautas que te ayudarán a tener más claro el rumbo donde quieres seguir caminando y crezcas financieramente.
Exprésate en público
Si sabes hacerlo, muy bien, estás capacitado totalmente en poder expresarte con facilidad y sin miedo, pero si no lo estás, tienes que ponerlo en práctica, puede ser hablando solo (aunque crean que estás loco) o frente a un espejo, para que veas tus expresiones, tus gestos y tu postura al hablar.Pero para hablar ante público debes ser una persona ilustrada, que está segura de lo que está diciendo, tampoco puedes pararte en frente a improvisar o no saber nada de lo que vas a decir. Te recomiendo que leas mucho, periódicos, revistas, blogs, y sobre todo libros.
Aprende a vender
Aunque no sea tu fuerte o no sea la profesión que elegiste pues, tienes que aprender a hacerlo. Todo en esta vida se trata de eso, si es que quieres convencer a alguien para que se anime a comprar un nuevo producto, pues tienes que hacerlo o incluso si es que eres un publicista, tienes que vender tu idea a esa empresa para que te pueda contratar. Todo involucra negociar.Aprende a plantearte metas
Estas metas tienen que ser realistas y de corto plazo si es que recién se está empezando. El soñar y ser aventurero es bueno para la vida, pero también tienes que saber por dónde caminar.Si en verdad quieres llegar al éxito, primero comienza por algo pequeño, pero hazlo bien, conforme vayas avanzando puedes ir cambiando tu misión.
Aprende a ahorrar
El ahorrar es algo único y exitoso en la vida. Por más dinero que tengas, si no cuidas bien tu dinero, en un abrir y cerrar de ojos, se te podrá ir de las manos y quedarte sin nada.El dinero va y viene, pero si no ahorras, puede que jamás regrese.
Aprende a concentrarte en lo que realmente da valor a tu vida
Nadie dice que no puedas divertirte un fin de semana, pero que eso no sea una prioridad en tu vida. Las fiestas, los reality show, las redes sociales (en exceso) nunca te harán concentrar en el camino que quieres seguir.Si de verdad quieres crecer económicamente, debes poner límite a estas actividades que no hacen crecer tu dinero y mucho menos tus conocimientos.
“En lo secreto de Tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas” (Salmo 31:20)
Saca buenas ideas de libros
Lo que te recomiendo es que leas libros que aporten a tu conocimiento intelectual y cultural. No leas novelas o cosas de ficción, que de eso no se trata la vida y no es algo real.
Lee libros como de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter (Padre Rico, Padre Pobre), Spencer Johnson (¿Quién se llevó mi queso?) y del multimillonario empresario Donald Trump y sus consejos de financiación y empresas.
Comienza con lo que tienes: No con lo que te hace falta .
1. Conviértete en tu propio CFO
No puedes arreglar algo que desconoces, por lo que el primer paso es estar cociente de cómo están tus finanzas y a dónde va tu dinero. Tan pronto como empieces a entender la situación, serás capaz de solucionar los problemas.2. Elimina gastos
Identifica los gastos que no te están ayudando a alcanzar tu meta y córtalos. Puedes hacerlo como si se tratara de una dieta, 30 días sin Netflix ayudarán a tus finanzas y te darán tiempo para ser más productivo.3. Sé egoísta
Sé egoísta y cuida de ti mismo primero, una vez hecho esto podrás tener la flexibilidad para cuidar de los demás. El problema es poner a otros primero cuando no puedes ayudarte a ti.4. Sé desinteresado
Una vez que haz cumplido el consejo número tres, toma en cuenta lo siguiente: los empresarios más ricos dan y se centran en ayudar a los demás. Al hacerlo, más dinero regresa a ellos.5. Mejora tu puntaje de crédito
La mayoría de los gastos más grandes en la vida se compran a crédito; una casa y un negocio, por ejemplo. Por eso es importante empezar a cuidar de él. La manera de mejorar la puntuación de crédito radica en la conciencia, hay que evitar los créditos innecesarios.6 Define qué es riqueza para ti
En el diccionario “riqueza” se define como "una gran cantidad de dinero y posesiones" Sin embargo, cuando se le pregunta a alguien rico, la respuesta es diferente. Libertad, dinero, amor, familia, salud y otras cosas son más valiosas que el dinero. Y aunque el dinero es una herramienta importante para alcanzar esas cosas de una manera más sencilla, no debe ser el objetivo en sí mismo. Es importante tener esto muy claro.7. Añade otra fuente de ingresos
Las personas más ricas del planeta no dependen de un fuente de ingresos. Tienen numerosas fuentes que los protegen de los cambios en la economía.8. Ve a la biblioteca
Las personas más ricas —y más inteligentes— del mundo tienen algo en común: son ávidos lectores. En esta época es muy fácil tener acceso a las mentes más brillantes por medio de una biblioteca. Invertir en ti mismo es la mejor inversión que puedes hacer y la lectura hace justamente eso. Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su
valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Jeremías 9:23
Soichiro Honda nació en una familia humilde de Hamamatsu – Japon, en 1906.
Trabajó desde muy pequeño en la herrería de su padre. Terminó especializándose en la reparación de bicicletas. Su primer sueño era el de convertirse en un ingeniero mecánico.
En 1922, Soichiro dejó la escuela para buscar trabajo en Tokyo, logrando un puesto de aprendiz en un taller de autos.
A los veintiséis años fundó la Toukai Precision Machine Company, que se dedicaba a la producción de anillos de pistón. Al mismo tiempo cursó estudios en la “Escuela de Ingeniería de Hamamatsu”.
Soichiro tenía una meta que había desarrollado en su mente y en su corazón, deseaba obtener un contrato con TOYOTA, con el fin de distribuir los anillos de pistón que su fábrica producía.
Para obtener este contrato, Soichiro trabajo día y noche, dormía en el taller, comía muy poco, se sacrifico mucho con la fe de que podría perfeccionar su diseño y elaborar un producto que cumpliese todas las directrices de calidad que estipulaba TOYOTA.
Incluso vendió las joyas de su esposa para obtener el capital de trabajo suficiente para completar el proyecto.
Finalmente llego el día de mostrar sus anillos de pistón a TOYOTA, todo el sacrificio y el esfuerzo que había puesto Soichiro en este proyecto se encontraban en juego.
Desafortunadamente TOYOTA no estaba interesado en sus productos, ya que según ellos; no cumplían con sus estándares de calidad.
Cuando Soichiro regreso a la “Escuela de Ingeniería”, sufrió varias burlas de sus compañeros, todos se reían por su diseño fallido y por haber desaprovechado esa inigualable oportunidad.
Pero Soichiro se negó a darse por vencido. En lugar de centrarse en su fracaso, siguió trabajando hacia su meta.
Luego de dos años de trabajo duro y sacrificio, logro un espectacular crecimiento de su fábrica. Fue tal el crecimiento y en tan corto tiempo que TOYOTA puso los ojos en esta compañia. Luego de algunas negociaciones, Soichiro vendió su fábrica de anillos de pistón a la misma TOYOTA que le había negado un contrato dos años antes.
Con el dinero de la venta empezó a fabricar motocicletas, que alcanzaron rápidamente gran prestigio y popularidad.
En 1948 Soichiro fundó la Honda Motor Company.
La reputación de la compañía aumentó en 1949 con la fabricación de la motocicleta Dream, a la que siguió el modelo Cab que tuvo un éxito de ventas arrollador.
Cuando Edwin C. Barnes viajo de polizonte en un tren de mercancías en East Orange, New jersey, hace más de un siglo, quizá pareciese un vagabundo, ¡pero sus ideas eran las de un rey!
Mientras se dirigía desde los rieles del ferrocarril hacia la oficina de Thomas A. Edison, su cerebro trabajaba sin parar. Se veía a sí mismo de pie en presencia de Edison. Se oía pidiéndole a Edison la oportunidad de llevar a cabo la única obsesión imperiosa de su vida, el deseo ardiente de llegar a ser socio en los negocios del gran inventor.
¡El deseo de Barnes no era una esperanza! ¡No eran ganas! Era un deseo vehemente, palpitante, que lo trascendía todo. Era algo muy definido y definitivo.
Edwin C. Barnes
Pasaron cinco años antes de que apareciera la oportunidad que había estado buscando.
Para todos, excepto para él, sólo era una parte más del engranaje de los negocios de Edison, pero para Barnes en su interior, sintió que fue el socio de Edison cada minuto del día, desde el primero en que empezó a trabajar allí.
Es una ejemplificación notable del poder de un deseo definido. Barnes consiguió su objetivo porque deseaba ser socio de Edison más que ninguna otra cosa. Creó un plan con el que alcanzaría su propósito. Se mantuvo firme en su deseo hasta que éste se convirtió en la obstinación obsesiva de su vida y, finalmente, en un hecho.
Cuando viajó a Orange, no se dijo a sí mismo: «Trataré de convencer a Edison de que me dé algún tipo de trabajo», sino: «Voy a ver a Edison para explicarle que he venido a hacer negocios con él».
No se dijo: «Estaré alerta ante cualquier otra oportunidad, en caso de que no consiga lo que quiero en la organización de Edison», sino: «No hay más que una cosa en este mundo que estoy decidido a conseguir, y es asociarme con Edison en sus negocios. apostaré mi futuro a mi capacidad para conseguir lo que quiero».
No se planteó en ningún momento retroceder. ¡Tenía que triunfar o morir!
¡Ésa es toda la historia del éxito de Barnes!
Barnes y Edison
Comenzar un proyecto o emprendimiento con un deseo vivo y tenaz, es mucho más importante de lo que creemos. Si pudiésemos sondar nuestro espíritu y corazón, y calcular el vigor de nuestros deseos, podríamos predecir casi con exactitud: ¡El éxito o fracaso hacia nuestro objetivo!
Si nuestros deseos son pálidos y fofos, nuestro progreso corresponderá a ese tinte y a esa consistencia. Pero si ponemos empeño persistente en lograr nuestro fin y lo hacemos con la misma energía de un lobo que va tras su presa o como la noche se apodera del día, entonces nada en el mundo podrá derrotarnos.
“Persistencia ante la derrota”, es uno de los secretos para lograr el éxito en los negocios, pero si no está alimentado por un deseo vehemente, todo intento terminara en fracaso y nuestro espíritu emprendedor terminara disminuyendo en cada oportunidad fallida, hasta llevarnos a la derrota total.
El deseo de éxito se encuentra estrechamente ligado con la pasión que tenemos al realizar nuestro trabajo. Todo aquel que siente esa pasión, se entrega totalmente hacia sus sueños. Día y noche piensan en los problemas de su proyecto, duerme pensando en las tareas del día siguiente, se despierta motivado y desesperado en realizar sus actividades, cuando habla con su familia o amigos, defiende su proyecto con uñas y dientes, aunque los demás piensen que se le zafó un tornillo de la cabeza.
“La pasión hace que nos entreguemos totalmente hacia nuestros sueños”
Napoleon Hill en su libro “Piense y Hágase Rico”, ha establecido seis pasos para convertir en oro los deseos, este método le fue traspasado nada menos por el legendario millonario “Andrew Carnegie” a continuación comparto este método:
Seis pasos que convierte en oro los deseos:
1.- Fije en su mente la cantidad exacta de dinero que desea. No es suficiente decir “Quiero mucho dinero” Sea exacto en cuanto se refiere a la cantidad. (Hay una razón psicológica respecto a esta exactitud)
2.- Determine exactamente lo que está dispuesto a dar a cambio de dinero. (No existe cosa tal como “algo por nada”)
3.- Establezca una fecha definitiva en la que intenta poseer el dinero que desea.
4.- Forme un plan bien definido para realizar sus deseos y comience en seguida, en todo momento esté preparado a poner en práctica su plan.
5.- Escriba una declaración clara y concisa sobre la cantidad de dinero que piensa usted tener, defina lo que trata de dar a cambio por ese dinero y describa claramente el plan mediante el cual lo acumulará.
6.- Lea su declaración escrita en voz alta dos veces al día, una antes de acostarse por la noche y otra después de levantarse por la mañana. Al mismo tiempo que lee, vea, sienta y crea que ya está en posesión de ese dinero (Este paso le atribuirá confianza en si mismo)
Alentemos entonces nuestro entusiasmo y deseo, enumeremos los beneficios que tendremos al lograr nuestros objetivos. Pensemos lo que significaría en dinero, en confianza en nosotros mismos, pensemos como nos verán nuestros círculos sociales, nuestras amistades, nuestra familia, sintamos el orgullo que sentirán las personas allegadas a nosotros, cuando cumplamos nuestro objetivo.
“Los sueños se convierten en realidad cuando el deseo los transforma en acción concreta. Pida a la vida grandes dones y anime a la vida a que se le entregue a usted”
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