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En el mundo de las finanzas y el trading, los conceptos de "riesgo" y "rentabilidad" son tan fundamentales como las estadísticas lo son en otros campos, como el béisbol. Sin embargo, lo que diferencia el enfoque financiero es el uso de herramientas matemáticas y estadísticas avanzadas para tomar decisiones informadas. Este enfoque, conocido como análisis cuantitativo o trading algorítmico, busca predecir el comportamiento de los mercados a partir de datos históricos y patrones. Si bien el concepto puede sonar complejo y alejado del público general, el principio detrás de esta estrategia es relativamente sencillo: usar los números para tomar decisiones más acertadas.

¿Qué es el análisis cuantitativo en el trading?

El análisis cuantitativo es una técnica que emplea el uso de matemáticas y estadísticas para desarrollar modelos que ayuden a predecir el movimiento de los precios de los activos financieros. Es similar a la sabermetría en el béisbol, donde se analiza el rendimiento de los jugadores a través de estadísticas complejas para tomar decisiones sobre alineaciones y estrategias. En el mundo financiero, los traders utilizan algoritmos y modelos matemáticos para analizar grandes volúmenes de datos del mercado (precios, volúmenes, tendencias históricas) y hacer predicciones sobre la dirección futura de los precios de las acciones, bonos, divisas, entre otros.

La importancia de los datos y las probabilidades

Al igual que en el béisbol, donde cada jugada está envuelta en un mar de probabilidades, el mercado de valores también está regido por la incertidumbre y la probabilidad. Cada decisión de compra o venta en los mercados está basada en probabilidades: ¿Es más probable que una acción suba o baje en los próximos días? ¿Qué patrones históricos pueden predecir estos movimientos? Los analistas cuantitativos no pueden predecir con certeza qué ocurrirá en el futuro, pero su trabajo consiste en reducir el margen de error y aumentar la probabilidad de tomar decisiones acertadas.

Las herramientas más comunes de análisis cuantitativo incluyen el análisis de series temporales, que estudia la evolución histórica de los precios de los activos, y modelos de regresión, que intentan identificar la relación entre diferentes variables (como la rentabilidad de una acción y los índices macroeconómicos). Al igual que los sabermétricos identifican patrones de comportamiento en los jugadores de béisbol, los analistas cuantitativos buscan patrones en los movimientos de los precios para realizar predicciones.

Más allá de los indicadores tradicionales

En el mundo del trading, existen indicadores clásicos como las medias móviles, el índice de fuerza relativa (RSI) y las bandas de Bollinger, que son utilizados por traders para evaluar el mercado. Sin embargo, el análisis cuantitativo va más allá de estas herramientas tradicionales. Los modelos avanzados consideran miles de datos simultáneamente y tienen en cuenta factores complejos como la volatilidad, el sentimiento del mercado, las noticias económicas, y hasta las fluctuaciones de los tipos de interés.

Una de las grandes ventajas del análisis cuantitativo es su capacidad para identificar señales de trading que los humanos no podrían detectar fácilmente. Esto es lo que hace que los algoritmos y modelos predictivos sean tan populares en los mercados financieros. Por ejemplo, mediante el análisis de correlaciones entre diferentes activos, un algoritmo puede detectar una tendencia a la alza en un mercado antes de que los analistas tradicionales lo noten, lo que otorga a los traders una ventaja estratégica.

De las métricas dependientes a las métricas independientes

Al igual que en el béisbol, donde las estadísticas tradicionales pueden ser dependientes (es decir, influidas por factores externos como la posición de un jugador en la alineación), en el trading también existen métricas tradicionales que pueden no reflejar la verdadera naturaleza del mercado. Por ejemplo, los indicadores como el precio de una acción o el volumen de operaciones son útiles, pero no siempre nos dan la imagen completa del rendimiento de un activo.

En el análisis cuantitativo, se utilizan métricas más sofisticadas e independientes para predecir los movimientos futuros. Un concepto similar al WAR en el béisbol es el Value at Risk (VaR), una medida que calcula el riesgo de pérdida en una inversión dentro de un horizonte temporal determinado. Además, existen modelos como el alpha y el beta, que miden la rentabilidad de un activo en relación con el mercado en general, lo que ayuda a evaluar el riesgo y la eficiencia de una inversión.

El impacto del análisis cuantitativo en el trading

El impacto del análisis cuantitativo en el trading y la inversión es profundo. Empresas como Renaissance Technologies, Two Sigma y AQR han popularizado el uso de modelos algorítmicos para gestionar grandes volúmenes de dinero y obtener rendimientos superiores al promedio del mercado. En lugar de depender de la intuición o de las emociones, los traders cuantitativos se apoyan en datos objetivos para tomar decisiones rápidas y precisas.

Este tipo de trading también ha dado lugar al fenómeno de alta frecuencia (high-frequency trading), en el que los algoritmos realizan miles de operaciones por segundo, aprovechando las pequeñas fluctuaciones del mercado para generar ganancias. La rapidez y precisión de estos algoritmos hacen que el análisis cuantitativo sea una herramienta invaluable para los inversores modernos, que buscan aprovechar cada oportunidad que el mercado les ofrece.

Un futuro más preciso en los mercados financieros

Al igual que la sabermetría ha transformado el béisbol al hacer más precisas las decisiones estratégicas, el análisis cuantitativo está revolucionando la forma en que se operan los mercados financieros. Si bien los humanos seguirán desempeñando un papel crucial en la toma de decisiones, las máquinas y los algoritmos continúan ganando terreno al permitir predicciones más informadas y un manejo más eficiente de los riesgos.

El futuro del trading parece estar cada vez más interconectado con la ciencia de los datos, y los traders que dominen el uso de herramientas estadísticas avanzadas tendrán una ventaja significativa en los mercados. Si bien el análisis cuantitativo no elimina la incertidumbre inherente a los mercados financieros, ofrece una manera más precisa de navegar ese océano de probabilidades, minimizando los riesgos y maximizando las oportunidades de éxito.

Conclusión

El uso de estadísticas avanzadas y análisis cuantitativo en el trading es el equivalente a la sabermetría en el béisbol: una forma de tomar decisiones más fundamentadas, basadas en datos duros y probabilidad, en lugar de confiar en la intuición o el azar. Así como en el béisbol, donde la sabermetría permitió descubrir nuevas formas de valorar a los jugadores y mejorar el rendimiento de los equipos, el análisis cuantitativo está cambiando la manera en que los inversores y traders interactúan con los mercados. En ambos casos, los números no solo cuentan una historia, sino que nos ayudan a anticipar el futuro con mayor precisión.

Proverbios 15:22: "Los planes fracasan donde no hay consejo, pero con muchos consejeros se logran."

Mateo 7:21
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos."

La Bolsa y los Mercados de Valores son componentes esenciales de la economía global, donde se compran y venden activos financieros que pueden variar desde acciones de empresas hasta commodities y divisas en el mercado de Forex. Sin embargo, la naturaleza de estos mercados está imbuida de elementos aleatorios o "random", que a menudo influyen en las decisiones de los inversores y en el desempeño general de las inversiones.

Concepto de Aleatoriedad en los Mercados Financieros

La palabra "random", que en inglés se traduce como "aleatorio", describe fenómenos que no siguen un patrón predecible y cuyos resultados son inciertos. En el contexto de la Bolsa y los Mercados de Valores, esta aleatoriedad puede observarse en las fluctuaciones diarias de los precios, donde factores externos como noticias económicas, cambios en la política, y eventos geopolíticos pueden desencadenar movimientos inesperados en el mercado.

Por ejemplo, un anuncio inesperado de una fusión o adquisición puede llevar a un aumento repentino en el valor de las acciones de una empresa, mientras que un escándalo puede provocar una caída brusca. Estos acontecimientos aleatorios son un recordatorio de que el mercado es sensible a una amplia gama de influencias que no siempre se pueden anticipar.

Commodities: Un Mercado de Variables Aleatorias

Los commodities, o productos básicos, son bienes fungibles que se comercian en mercados específicos. Estos pueden incluir desde productos agrícolas, como trigo y maíz, hasta recursos naturales, como petróleo y gas. El comercio de commodities está especialmente influenciado por factores aleatorios, como las condiciones climáticas, las políticas gubernamentales, y los cambios en la demanda global.

Por ejemplo, un evento meteorológico inesperado, como un huracán que interrumpe la producción agrícola, puede llevar a un aumento significativo en los precios de los commodities. Los traders que buscan aprovechar estas fluctuaciones deben estar preparados para responder rápidamente a noticias y eventos que podrían afectar el mercado de manera impredecible.

Forex: El Mercado de Divisas y su Naturaleza Aleatoria

El mercado de Forex, o mercado de divisas, es uno de los mercados más grandes y líquidos del mundo, donde se intercambian diferentes monedas. La aleatoriedad en este mercado es aún más pronunciada, dado que está sujeto a una variedad de influencias, incluyendo decisiones políticas, informes económicos, y acontecimientos geopolíticos que pueden cambiar de forma repentina.

Los operadores de Forex utilizan análisis técnico y fundamental para intentar predecir movimientos de precios, pero incluso las predicciones más fundamentadas pueden verse afectadas por factores aleatorios. Por ejemplo, la publicación de un informe económico importante puede desencadenar movimientos bruscos en las tasas de cambio, y los traders deben estar preparados para enfrentar la incertidumbre que esto conlleva.

La Influencia de la Tecnología y el Uso de "Random"

El uso de la palabra "random" se ha popularizado en muchas áreas, incluyendo la tecnología y la programación. En el ámbito de la programación, particularmente en Java, el término se utiliza para describir la generación aleatoria de números. Esta funcionalidad se aplica en múltiples contextos, desde la creación de juegos hasta la simulación de eventos en análisis financiero.

Sin embargo, su extensión a áreas fuera de la tecnología a menudo resulta innecesaria. Por ejemplo, al referirse a una elección de inversión aleatoria, no hay razón para utilizar la palabra "random"; se puede simplemente decir que se ha hecho una selección al azar. La proliferación de este término puede diluir el significado preciso y la riqueza del idioma español.

Conclusión

La Bolsa y los Mercados de Valores son espacios donde lo aleatorio juega un papel crucial en la toma de decisiones de inversión. Tanto en el comercio de commodities como en el mercado de Forex, la imprevisibilidad puede llevar a oportunidades, pero también a riesgos significativos. A medida que la tecnología avanza, la terminología relacionada con lo aleatorio se vuelve más común, pero es fundamental recordar que en español existen términos adecuados para describir situaciones de aleatoriedad sin recurrir a anglicismos innecesarios.

Comprender la naturaleza aleatoria de los mercados financieros puede ayudar a los inversores a navegar mejor en un entorno lleno de incertidumbre y a tomar decisiones más informadas.


La falacia del jugador es un fenómeno cognitivo bien conocido que refleja cómo los seres humanos pueden malinterpretar la naturaleza de los eventos aleatorios y las secuencias de sucesos. Esta falacia se manifiesta en dos formas opuestas pero igualmente incorrectas: la creencia de que un evento aleatorio tiene menos probabilidad de ocurrir porque ha ocurrido recientemente y la creencia de que un evento tiene más probabilidad de ocurrir porque no ha ocurrido en un tiempo prolongado.

Explicación de la Falacia del Jugador

La falacia del jugador se basa en una percepción errónea de la independencia de los eventos aleatorios. En realidad, cada evento aleatorio es independiente de los anteriores. Por ejemplo, en un juego de ruleta, la probabilidad de que la bola caiga en rojo o negro en cada giro es siempre la misma, independientemente de los resultados anteriores. Sin embargo, las personas a menudo tienden a creer que si un resultado (como el rojo) ha ocurrido varias veces consecutivas, entonces el otro resultado (negro) tiene más probabilidad de ocurrir en el siguiente giro para "compensar".

Ejemplos Históricos de Secuencias Extraordinarias

Para ilustrar la persistencia de esta falacia a lo largo de la historia, podemos observar casos notables como los siguientes:

En los Estados Unidos, se registró una notable secuencia en un casino donde la bola cayó en el número rojo 32 veces consecutivas. Este evento es impresionante y estadísticamente poco probable, pero no indica que el rojo tenga más probabilidad de salir en futuros giros.

En contraste, en el Casino de Montecarlo, hace más de 100 años, se observó una secuencia donde el número negro salió 26 veces seguidas. Esta racha también fue excepcional, pero no significa que el rojo deba salir más frecuentemente para equilibrar el historial.

Casos Singulares en Puerto Rico

Un ejemplo particularmente interesante ocurrió en 1959 en Puerto Rico, en el hotel San Juan, donde el número 10 salió seis veces seguidas en la ruleta. Este evento, aunque notable, no indica ninguna predicción sobre futuros resultados. Cada giro de la ruleta sigue siendo independiente y la probabilidad de que el número 10 salga en el siguiente giro es siempre la misma, sin importar cuántas veces haya salido antes.

La Naturaleza de la Probabilidad

La probabilidad es una herramienta matemática poderosa que nos permite entender y predecir eventos en situaciones aleatorias. Sin embargo, es crucial comprender que la probabilidad no tiene memoria. Cada evento aleatorio es único e independiente de los anteriores. Por lo tanto, la creencia de que los eventos aleatorios están influenciados por eventos pasados es fundamentalmente incorrecta y es la base de la falacia del jugador.

Conclusión: Un Recordatorio sobre la Aleatoriedad

En resumen, la falacia del jugador es un recordatorio importante de cómo nuestra intuición a menudo puede engañarnos en situaciones que involucran aleatoriedad y probabilidad. Aunque es natural buscar patrones y tendencias en los resultados pasados, es esencial recordar que los eventos aleatorios no tienen memoria ni previsibilidad basada en eventos anteriores. Cada lanzamiento de moneda, giro de ruleta o sorteo de lotería es una oportunidad completamente nueva y las probabilidades se mantienen constantes en cada ocasión. Así, entender y reconocer la falacia del jugador nos ayuda a adoptar una visión más precisa y fundamentada de los eventos aleatorios en nuestras vidas.




A menudo, los inversores y empresarios se enfrentan a diversos cisne negro: desde eventos geopolíticos como el Brexit hasta pandemias y crisis económicas. Sin embargo, su labor no se asemeja a la fortuna en un casino, sino que implica un análisis profundo de las empresas y sus perspectivas a largo plazo. La demanda de los clientes puede variar en situaciones adversas, pero esto no convierte la inversión en un juego de azar.

Los inversores, ya sean particulares o profesionales, comparten la responsabilidad con los empresarios de seleccionar proyectos empresariales en los que puedan confiar. Este enfoque va más allá de las fluctuaciones en las pantallas; se trata de evaluar el valor real de las empresas y su capacidad para generar rendimientos sostenibles.

La Bolsa como mercado de activos financieros

La analogía entre la bolsa y un mercado de carne es esclarecedora. Así como en una lonja nos fijamos en la carne en lugar de las pantallas, en la bolsa deberíamos centrarnos en las empresas y no en las fluctuaciones de las cotizaciones. Las empresas, al igual que el mercado, tienen características únicas que determinan su valor.

Comprar acciones es comparable a adquirir participaciones en un negocio. No es una apuesta, sino una inversión fundamentada en el análisis de las características de la empresa. Si bien el análisis de empresas puede ser más complejo que el de la carne, la premisa básica es la misma: entender lo que se está comprando y compararlo con otras alternativas.

Desmitifica la percepción de los mercados financieros no es un casino.

La percepción generalizada de los mercados financieros como pantallas con números en constante movimiento contribuye a la idea errónea de que invertir es similar a jugar en un casino. Este enfoque superficial se asemeja a considerar que las competiciones de Béisbol son solo los resultados en los periódicos, sin comprender el juego en sí.

Es esencial entender que las bolsas son mercados de activos financieros, donde los vendedores (empresas que necesitan financiación) ofrecen activos a los inversores (particulares con ahorros). Aunque haya más intermediarios y operaciones frecuentes, la esencia es la misma que en cualquier mercado: intercambio de bienes, en este caso, participaciones en empresas.

Conclusión: Invertir con conocimiento o delegar en profesionales

La clave para desmitificar la percepción de la bolsa como un casino es comprender que se trata de un mercado de empresas, no de azar. Al invertir, es crucial centrarse en el análisis de las empresas en lugar de dejarse llevar por las pantallas. Aquellos que no tengan el tiempo o conocimiento para realizar este trabajo pueden optar por delegar la selección de inversiones en profesionales de confianza o tomar la decisión sensata de no invertir.

En última instancia, la bolsa es un lugar donde las empresas buscan financiación y los inversores encuentran oportunidades para participar en proyectos sólidos. Despojada de la percepción errónea, la bolsa revela su verdadera naturaleza: un mercado donde la información y el análisis son las herramientas clave para el éxito.

 **Rompiendo Mitos: La Bolsa no es un Juego de Azar, es un Mercado de Oportunidades**

 La percepción popular sobre la bolsa a menudo la compara con un casino, donde la suerte parece ser el factor determinante entre ganar o perder. Este concepto ha llevado a muchos a creer que invertir en el mercado financiero es poco más que arriesgar el dinero en una ruleta con probabilidades inciertas. Sin embargo, desentrañar este mito revela que la bolsa es, en realidad, un mercado de oportunidades fundamentadas en el análisis y la toma de decisiones informadas. 

**El Juego de Azar vs. Inversión Razonada** 

Es comprensible que la volatilidad en las cotizaciones de las acciones y la aparente imprevisibilidad de los movimientos del mercado hayan contribuido a esta analogía con el casino. La idea de que las inversiones dependen principalmente de la suerte ha alejado a muchos potenciales inversores, dejando una sensación de riesgo innecesario. 

 Sin embargo, la realidad es que la bolsa no es un juego de azar. La clave está en distinguir entre la especulación sin fundamentos y la inversión basada en el análisis. Los inversores exitosos no confían en la suerte, sino en la comprensión profunda de las empresas en las que invierten y en la evaluación de su potencial a largo plazo. 

La Bolsa como un Mercado de Empresas**

 Contrariamente a la noción de un juego de azar, la bolsa es un mercado donde las empresas buscan financiación y los inversores tienen la oportunidad de participar en su crecimiento. Al invertir en acciones, se adquieren partes de empresas reales, cada una con su propio desempeño financiero, estrategia y perspectivas. Este enfoque requiere análisis, investigación y entendimiento, en lugar de depender de la fortuna.

 **Riesgos, pero también Oportunidades**

 Es innegable que toda inversión conlleva riesgos. Las fluctuaciones del mercado, eventos geopolíticos y otros factores pueden afectar el rendimiento de las inversiones. Sin embargo, asumir que la bolsa es puramente un juego de azar es simplificar en exceso un sistema complejo. La gestión de riesgos, la diversificación y la atención a los fundamentos de las empresas son prácticas que diferencian la inversión informada de una apuesta ciega.

 **Educación como Antídoto** 

 La falta de comprensión del funcionamiento de la bolsa y la inversión ha alimentado el mito del azar. La educación financiera emerge como un antídoto fundamental. Comprender cómo analizar empresas, interpretar informes financieros y evaluar el mercado brinda a los inversores la capacidad de tomar decisiones informadas, en lugar de depender de la suerte. 

 **Conclusión: La Bolsa es un Juego de Conocimientos, no de Azar**

 En última instancia, la bolsa no se parece al casino cuando se aborda con conocimiento y estrategia. Cambiar la percepción de la bolsa como un juego de azar a un mercado de oportunidades requiere desafiar los mitos y enfocarse en la realidad. La inversión informada, basada en el entendimiento profundo de las empresas y el mercado, es la clave para desmitificar la bolsa y abrir las puertas a un mundo de posibilidades financieras.

 Cuando yo diga al impío: 'Ciertamente morirás', si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano. (Ezequiel 3:18)"

La frecuencia con la que ocurre un evento gobernado por el azar se aproxima cada vez más a su probabilidad teórica, cuanto mayor es la cantidad de eventos que tenemos en cuenta en nuestro experimento.

La ley de los grandes números es un teorema fundamental de la teoría de la probabilidad que indica que, si repetimos muchas veces (tendiendo al infinito) un mismo experimento, la frecuencia de que suceda un cierto evento tiende a ser una constante.

Es decir, la ley de los grandes números señala que, si se lleva a cabo repetidas veces una misma prueba (por ejemplo, lanzar una moneda, tirar una ruleta, etc.), la frecuencia con la que se repetirá un determinado suceso (que salga cara o sello, que salga el número 3 negro, etc.) se acercará a una constante. Esta será, a su vez, la probabilidad de que ocurra este evento.

Origen de la ley de los grandes números La ley de los grandes números fue mencionada por primera vez por el matemático Gerolamo Cardamo, aunque sin contar con ninguna prueba rigurosa. Posteriormente, Jacob Bernoulli logró hacer una demostración completa en su obra “Ars Conjectandi” en 1713. En los años 1830’s, el matemático Siméon Denis Poisson describió con detalle la ley de los grandes números, lo que vino a perfeccionar la teoría. Otros autores también harían aportaciones posteriores.

 

Ejemplo de la ley de los grandes números Supongamos el siguiente experimento: lanzar un dado común. Ahora consideremos el evento de que nos salga el número 1. Como sabemos, la probabilidad de que salga el número 1 es de 1/6 (el dado tiene 6 caras, una de ellas es el uno). ¿Qué nos dice la ley de los grandes números? Nos indica que, a medida que vamos aumentando el número de repeticiones de nuestro experimento (hacemos más lanzamientos del dado), la frecuencia con la que se repetirá el evento (nos sale 1) se acercará cada vez más a una constante, que tendrá un valor igual a su probabilidad (1/6 o 16,66%). Posiblemente, en los primeros 10 o 20 lanzamientos, la frecuencia con que nos sale 1 no será del 16%, sino otro porcentaje como 5% o 30%. Pero a medida que hacemos más y más lanzamientos (digamos 10.000), la frecuencia en que aparece el 1 será muy cercana al 16,66%. En el siguiente gráfico, vemos un ejemplo de un experimento real en donde se lanza un dado repetidas veces. Aquí podemos ver cómo se va modificando la frecuencia relativa de sacar un determinado número.

Tal como indica la ley de los grandes números, en los primeros lanzamientos, la frecuencia es inestable, pero a medida que aumentamos el número de lanzamientos, la frecuencia tiende a estabilizarse a un cierto número que es la probabilidad de que ocurra el suceso (en este caso, números del 1 al 6 ya que se trata del lanzamiento de un dado).

Mala interpretación de la ley de los grandes números Muchas personas interpretan mal la ley de los grandes números, creyendo que un evento tenderá a compensar a otro. Así, por ejemplo, creen que dado que la probabilidad de que salga el número 1 en el lanzamiento de un dado debe ser cercana a 1/6, cuando el número 1 no aparece en los primeros 2 o 5 lanzamientos, es muy probable que aparezca en el siguiente. Esto no es cierto, pues la ley de los grandes números solo se aplica para muchas repeticiones, por lo que podemos estar todo el día lanzando un dado y no alcanzar la frecuencia de 1/6. El lanzamiento de un dado es un evento independiente y, por ende, cuando aparece cierto número, este resultado no afecta al próximo lanzamiento. Solo después de miles de repeticiones podremos comprobar que la ley de los grandes números existe y que la frecuencia relativa de que nos salga un número (en nuestro ejemplo el 1) será de 1/6. La mala interpretación de la teoría puede llevar a personas (sobre todo, jugadores de apuestas) a perder dinero y tiempo.

La probabilidad de que la bola caiga en un número en la ruleta americana es de 1/38 (hay 36 números + cero + doble cero), por lo que es una gran coincidencia cuando aparece el mismo número una y otra vez. En 1959, en Puerto Rico, se registró la racha más larga en el hotel San Juan, al ganar el número 10 en seis ocasiones seguidas. 35×35×35×35×35×35= 1,838,265,625.

La marca de caer en el mismo color en forma consecutiva se logró en Estados Unidos, al caer la bola 32 veces consecutivas en el rojo. Por su parte, el negro “solo” ha salido en 26 ocasiones seguidas y eso fue hace más de 100 años en el Casino de Montecarlo.

La ruleta más grande se encontró en el Casino Du Liban, en Líbano (2017). Se controla a distancia de forma electrónica, ya que tiene un área de 8.75 metros cuadrados y se ubica en el techo del salón.

En enero de 2017, el empresario Pedro Grendene Bartelle se llevó 3.5 millones de dólares después de jugar a la ruleta francesa en el Hotel Conrad en Uruguay. Es considerada como una de las mayores ganancias en la historia de este juego, luego de que la pelota se detuviera en el 32 rojo.

El inglés Ashley Revell tiene el récord de la mayor victoria en un solo giro: en 2004 apostó todos sus ahorros (135,300 dólares) en una sola jugada a que la bola caería en el rojo. Para su buena suerte, así fue y se fue a casa con más de 270,000 dólares.

  • Un suceso aleatorio tendrá más probabilidades de suceder si no ha ocurrido en un lapso de tiempo.
  • Un suceso aleatorio tendrá menos probabilidades de suceder si ha ocurrido en un cierto período.

“Falacia de Montecarlo”: es la creencia errónea de que si algo sucede con mayor frecuencia de lo debido durante un período determinado, la consecuencia será que en un futuro próximo esa frecuencia se reducirá al mínimo. De la misma manera, si algo sucede con menos frecuencia de lo normal durante cierto período, consecutivamente sucederá más frecuentemente en el futuro (por lógica se piensa que tiende a equilibrarse).

Bernoulli propuso estimar la probabilidad desconocida de un evento a partir de la frecuencia con que este se producía en un gran número de ensayos independientes, y demostró que esa estimación se acercaba más y más al valor real a medida que aumentaba el número de ensayos.

Luego de finalizar el estudio de este módulo, estarás capacitado para:

  1. Determinar el espacio muestral generado en un experimento.
  2. Determinar si un evento dado de un espacio muestral es simple o no.
  3. Distinguir entre probabilidad empírica, teórica y subjetiva.
  4. Identificar cuándo un evento es seguro, posible o imposible que ocurra.
  5. Determinar la probabilidad asociada a un evento simple.
  6. Realizar experimentos sencillos con materiales concretos para hallar la probabilidad de un evento de forma empírica o experimental.
  7. Determinar el suceso más probable a partir de una información dada.
  8. Realizar predicciones basadas en observaciones o recopilación de datos.
  9. Resumir, representar e interpretar los resultados de un experimento en tablas de forma clara y organizada.
  10. Utilizar los resultados de experimentos simples de probabilidad para predecir eventos futuros.
  11. Explicar por qué la probabilidad de un evento es un número entre 0 y 1, inclusive.
  12. Representar e identificar los posibles resultados para eventos de experimentos simples en forma organizada (diagramas de árbol, gráficas y tablas de frecuencia) y expresar la probabilidad teórica para cada resultado.
  13. Utilizar datos experimentales con tablas y representaciones gráficas para estimar la probabilidad de un evento en la cual se desconoce la probabilidad teórica.
  14. Utilizar encuestas y experimentos simples para interpretar resultados y comunicar conclusiones.

 


 
Las ideas equivocadas que encierra este error lógico son las siguientes:

Tal y como ya hemos mencionado, el principal engaño dentro de la falacia del jugador consiste en creer que un evento aleatorio pasado condiciona el resultado de un evento aleatorio futuro. Sin embargo, existen algunas otras ideas erróneas encerradas dentro de ella. Estas son las siguientes:

  1. Un suceso aleatorio tiene más probabilidad de ocurrir porque no ha ocurrido durante un periodo de tiempo.

Ejemplo: Si volvemos al caso del dado, esta falacia nos puede llevar a pensar que si al lanzar el dado 10 veces nunca ha salido el número 3, es más probable que salga en la siguiente tirada. Pero en realidad, sacar este número o cualquier otro tiene la misma probabilidad.

  1. Un suceso aleatorio tiene menos probabilidad de ocurrir porque ha ocurrido durante un periodo de tiempo. En este caso ocurre el fenómeno contrario. Si en una serie de tiradas de dados, el número 3 ha aparecido en numerosas ocasiones, la falacia del jugador nos lleva a pensar que en la próxima tirada es menos probable que este aparezca.
Otra forma de verlo es en el momento de adquirir un billete de lotería. Habitualmente, las personas se sienten reacias a comprar billetes con números repetidos. Por ejemplo, cualquier persona escogerá antes el 74398 que el 01011. El motivo es que la falsa lógica nos hace pensar que es muy poco probable que salgan tantos números repetidos o seguidos.
  1. Un suceso aleatorio tiene menos probabilidad de ocurrir si ocurrió recientemente. Para esta falacia, podemos valernos del ejemplo de las loterías. Si en el sorteo de la lotería anterior el número ganador fue el 18245, es muy posible que los jugadores de lotería caigan en el engaño de que este no volverá a salir en el próximo sorteo. Sin embargo, la realidad es que, aunque parezca extraño, existen las mismas posibilidades.

  2. Un suceso aleatorio tiene más probabilidad de ocurrir si no ocurrió recientemente.

    Finalmente, esta falsa creencia es el equivalente contrario a la anterior. En esta ocasión, la falacia del jugador nos lleva a pensar, por ejemplo, que si en el juego de la ruleta durante la última tirada la bola cayó en el color rojo, es más probable que ahora caiga en el negro.

    ¿Qué consecuencias tiene esta falacia? A pesar de que, una vez explicados, cualquier persona puede pensar que ella no caería en este tipo de engaño, resulta extraordinario observar cómo este tipo de falacia nos afecta y condiciona mucho más de lo que pensamos.

    Estos pensamientos erróneos aparecen de manera inconsciente. Una de las características de esta falacia del jugador es que las personas pensamos que somos mejores calculando probabilidades de lo que realmente somos.

    El absoluto convencimiento de las ideas erróneas anteriores puede llevar a las personas a perder grandes sumas de dinero o incluso bienes. No olvidemos que los juegos de azar pueden resultar adictivos y que cada vez existen más juegos de apuestas y de azar en los que la persona puede participar sin moverse del salón de su casa.

    Si a la adicción que estos juegos generan le sumamos el hecho de que ninguna persona está libre de la influencia de la falacia del jugador, obtendremos como resultado un gran número de personas perdiendo grandes sumas de dinero sin ser conscientes de los errores de pensamiento que les están llevando a ello.

     La marca de caer en el mismo color en forma consecutiva se logró en Estados Unidos, al caer la bola 32 veces consecutivas en el rojo. Por su parte, el negro “solo” ha salido en 26 ocasiones seguidas y eso fue hace más de 100 años en el Casino de Montecarlo.

     En 1959, en Puerto Rico, se registró la racha más larga en el hotel San Juan, al ganar el número 10 en seis ocasiones seguidas. 35×35×35×35×35×35= 1,838,265,625.

Era verano y era 1913. En la ruleta del casino de Montecarlo, salió NEGRO 15 veces consecutivas y los jugadores allí reunidos comenzaron a apostar a ROJO, porque ya tocaba. Pero no, aquel día de verano monegasco, salió NEGRO 26 veces seguidas, lo que supuso una ganancia de millones de francos para el casino.

¿Quién no ha escuchado esas historias, algunas reales y otras ficticias, pero todas apasionantes, sobre inversores, operadores, gurús, jugadores y demás integrantes de la fauna financiera, construyendo fortunas inconmensurables en las bolsas del mundo?

Dan Zanger, un individuo que empezó a operar en el Nasdaq con su propio dinero, consiguió incrementar 11.000 dólares hasta 42 millones en tan solo dos años. Entre los años 1998 y 2000, aprovechando la burbuja tecnológica e invirtiendo en compañías tecnológicas de alta volatilidad.

 Un tal Paul Tudor Jones haciéndose multimillonario en pocos minutos, mientras el índice Standard & Poor´s 500 perdía en Nueva York un 20% en un solo día, aquel lunes negro de Octubre de 1987; o el húngaro George Soros apostando en contra de la libra esterlina y embolsando mil millones de dólares en unas pocas jornadas del verano de 1992, son solo tres de las más resonantes y recientes anécdotas que atraen, aún hoy, a miles de especuladores y aventureros en busca de salvarse de por vida.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo, que trabajé por más de diez años en tres diferentes casinos como crupier de craps y ruleta, puedo explicarlo con más vehemencia debido a la experiencia que adquirí en aquellos años en el mundo del juego y el entretenimiento. Hasta aquí, tenemos una comparación muy simple entre el mercado y los casinos, de la cual inferimos que en esencia son similares. Según nuestra comparación, identificamos nuestro rol en el mercado en función del casino. Es decir, los especuladores son apostadores. Si este es el caso, ¿vale la pena invertir nuestro dinero en el mercado de valores?



 

 

 

 

 

 

 

Por supuesto que sí, pero bajo ciertas condiciones. Para entenderlo mejor, volvamos a la comparación con el casino. ¿Quiénes obtienen beneficios constantes en este negocio? Los dueños del casino. ¿Cómo lo logran? Inclinando la probabilidad a su favor. Y aquí radica el éxito de un trader: en tener una estrategia que coloque la probabilidad a su favor. No es más complejo que eso, pero tampoco es menos importante.

Básicamente, tomando como referencia la analogía entre el mercado y un casino, el trading puede ser visto como un juego o un negocio. Uno puede adoptar la mentalidad del dueño o simplemente ser un apostador. El éxito en esta profesión dependerá en gran medida de cómo cada uno de nosotros ve al mercado y cómo nuestras perspectivas nos influyen en nuestras decisiones, ya sea por diversión o con fines comerciales.

El apostador en el trading reacciona al mercado de manera impulsiva, basado en las emociones que el mercado le genera. En contraste, el dueño de un negocio lo aborda de manera deliberada. Este enfoque implica planificación, investigación, diseño de estrategias y su posterior prueba. El objetivo es invertir la probabilidad, desafiar las estadísticas y lograr, de esta forma, vivir del trading.

Decía Mark Douglas que la profesión más parecida al trading es el juego profesional: ellos saben gestionar el riesgo de sus posiciones, tienen claro que, para ganar, necesitan disponer de una ventaja estadística y que es imprescindible que sean disciplinados.

Gestionar el riesgo: money management.

Ventaja estadística: sistema de trading.

Disciplinados: gestión emocional.

Tres atributos que se necesitan tanto para ganar al casino como para ganar en los mercados financieros:

Los traders profesionales necesitan una ventaja estadística para ganar, porque los resultados de cualquier operación tomada de forma independiente son aleatorios. Atención a este tema: cuando un trader entra en el mercado, el resultado de su operación es completamente aleatorio y NO depende de su análisis. Esto es así porque, para que la operación vaya a su favor, OTROS participantes tienen que aparecer y mover el precio, y también porque basta con un solo trader para poner el precio en su contra.

Así que, para ganar, lo que se necesita es un sistema que arroje una ventaja estadística. De esta manera, a la larga, las operaciones positivas serán superiores a las negativas y se ganará más de lo que se perderá. Así ganan los casinos, los jugadores profesionales y los traders.

Ahora bien, es igual de importante el manejo del riesgo (money management) y la aplicación disciplinada del plan de trabajo (la gestión emocional y la aplicación del Trading Plan).

Estos son los elementos que permiten ganar.

Deja de buscar la fórmula mágica, ¡el Santo Grial! Hay muchas compañías que venden sistemas o programas que dicen predecir las tendencias, pero la verdad es que si funcionase de verdad no lo venderían. El único secreto es trabajar de forma muy dura. El mercado de valores es un casino, sí; pero no como muchos suelen pensar.

Apocalipsis 6:3 dice: "Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: 'Ven y mira'. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada."

 

 

 

Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios”. Hebreos 13:16


Burton G. Malkiel está enamorado de la hipótesis de los mercados eficientes y lo cuenta de varias maneras en “Un paseo aleatorio por Wall Street”. El libro es una defensa del “por qué” nadie puede ganar a los mercados.

Ni el análisis fundamental, ni los instrumentos técnicos sirven. Los precios futuros de las cotizaciones no se adivinan, sino que ya incorporan toda la información disponible.

Según Malkiel, aún no se ha inventado la fórmula mágica que pronostique correctamente los precios y rechaza los estudios que lo intentan. Aunque sus creadores sean respetables académicos que alguna vez haya cruzado por los pasillos de alguna facultad.

Increíblemente, a pesar de esta actitud de negación contra cualquier matemática aplicable a los mercados financieros, Malkiel deja una variable intacta: la “Beta”.

La Beta es un indicador que sirve para interpretar el riesgo de un activo financiero y es el resultado de la correlación existente entre la variación de los precios de una acción y el movimiento del mercado. Si la Beta de una acción es 1, significa que la variación de la cotización es la misma que el conjunto del mercado, representado por el índice S&P 500, por ejemplo. Si la Beta es -1, la correlación de los precios del activo respecto a la cotización del mercado es negativa porque ambos precios, históricamente, se han movido en diferentes direcciones.

Según este cálculo, las acciones de Microsoft no incorporan un riesgo excesivo. La Beta es 1,29 y demuestra que, históricamente, los precios oscilaron casi al mismo ritmo que el S&P 500. Si la bolsa cae, Microsoft también lo hará.

Confiar en la Beta para gestionar el riesgo de una cartera significa condicionar los beneficios futuros en función de los precios del pasado. Si ni el análisis técnico, ni el fundamental, sirven porqué los datos que se usan para sacar conclusiones ya son obsoletos, la Beta también es una variable equivocada.

Malkiel, a pesar de conocer las debilidades de la Beta para gestionar el riesgo, la recomienda. Es la mejor de las peores opciones. Otros académicos, como Nassim N. Taleb, avisan que esta actitud es absurda. La Beta funciona en el ámbito universitario, pero no para gestionar carteras. ¿Por qué aplicar un cálculo de gestión que funciona mal? En el mundo real, nadie pretende pilotar aviones comerciales con el permiso de conducir camiones.

Taleb cuenta en “El Cisne Negro: El impacto de lo altamente improbable” la Paradoja del Pollo. Es la misma paradoja que Bertrand Russell usaba para desacreditar el uso de los historiales de datos para pronosticar los eventos futuros. En su ejemplo usaba un pavo, y también sirve perfectamente para desacreditar la Beta como un posible indicador fiable para gestionar el riesgo futuro.

El Pollo Inductivo

Bertrand Russell desacreditaba la recopilación de datos históricos para pronosticar los eventos posteriores, lo que se conoce como método inductivo. Por eso usaba la siguiente paradoja.

Según el filósofo, un pollo llega a una nueva granja y un granjero le da de comer a las 9 de la mañana. El animal, observador, no se pregunta por qué esas atenciones de su amo, sino que se apunta cada dato que observa; “el amo me da de comer”.

El día siguiente la actitud del granjero es la misma, le deja una bandeja llena de comida. Y así, cada día. Aunque llueva, su amo se comporta de la misma forma, por la mañana el animal tiene la comida preparada.

Después de una recopilación de un gran abanico de datos, el método inductivo del pollo es incapaz de pronosticar que el día 25 de diciembre el campesino le dejará de alimentar y lo convertirá en la comida de fiestas. A la mierda su teoría.

Que el granjero le corte la cabeza con un hacha es un fenómeno contra todo pronóstico, altamente improbable para el pollo, que tendrá un impacto sin precedentes en su vida. Como con la Beta, lo que sucedió en el pasado no tiene ningún tipo de influencia en el presente, y mucho menos en el futuro.
 Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.




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