Consideremos un físico matemático bastante desagradable que cada tarde
frecuenta el mismo bar, se sienta en el mismo sitio y parece estar
hablando a una silla vacía a su lado, como si hubiese alguien. El
camarero es consciente de la situación y el día de San Valentín, cuando
el físico parece especialmente absorto en la conversación, le pregunta
por qué está hablando al vacío. El físico, en tono de burla, le echa
en cara que no sepa nada de mecánica cuántica. «No existe el vacío. Las
partículas virtuales entran y salen de la realidad y existe una
probabilidad no nula de que se materialice una mujer guapa y, cuando
eso ocurra, quiero estar aquí para pedirle una cita». El camarero se
queda desconcertado y le pregunta por qué no se lo pide a alguna mujer
real de las que están en el bar. «Nunca se sabe. Tal vez alguna
acepte». El físico le responde con desprecio: «¿Sabe usted hasta qué
punto es improbable que esto suceda?».
Ventas al descubierto, compras al margen y economía doméstica
En Wall Street es fácil oír la siguiente frase: «Aquel que vende algo
que no tiene, tiene que comprarlo o ir a la cárcel». Es una clara
referencia a las «ventas al descubierto», es decir, la venta de unas
acciones de las cuales el vendedor no dispone, con la esperanza de que
bajará la cotización y podrá comprarlas más adelante a mejor precio. Es
una práctica muy arriesgada, pues la cotización puede subir de golpe
mientras tanto y, sin embargo, muchos operadores fruncen el ceño ante
esta práctica por una razón muy distinta. Consideran hostil o
antisocial apostar a favor de la caída de un título. Se puede apostar a
que un caballo determinado gane una carrera, pero no a que un caballo
se rompa una pata. Un simple ejemplo bastará para mostrar que el
mecanismo de las ventas al descubierto puede constituir una corrección
necesaria en un mercado a veces excesivamente optimista.
Jim Simons, el matemático multimillonario
A la edad de 40 años, Jim Simons lo tenía todo para hacer Historia en
el mundo de las Matemáticas en Estados Unidos. Ganador del Premio
Oswald Veblen de Geometría, ya había una teoría con su nombre: la
Chern-Simons.
Entonces, Simons decidió que quería ser multimillonario. Hoy, 23 años
después, tiene una fortuna estimada en 10.600 millones de dólares, o
sea, 7.900 millones de euros. Todo gracias a su 'hedge fund',
Renaissance Technologies. Un fondo que no sólo es el que mejores
retornos ha dado en la última década, sino que demuestra el estado de la
economía y las finanzas actuales: entre sus 275 empleados no hay un
solo economista. La mayor parte de su plantilla son programadores,
físicos y matemáticos. Y así Simons ha convertido lo que se llama
'trading de alta frecuencia' (o, según sus iniciales en inglés, HTF) en
una máquina de hacer dinero.
Así que, para entender a Simons hay que comprender primero dos
términos: uno, hedge fund; el otro, 'trading de alta frecuencia'. Que no
se asuste nadie. En realidad, son dos cosas muy sencillas. Y, si los
periodistas, los políticos y los académicos las explicáramos más a
menudo, todo el mundo entendería mucho mejor eso de 'los mercados'...
La bolsa reclama físicos y matemáticos
Físicos y matemáticos trabajan en la bolsa. Hace ya tiempo que el
olfato sirve de poco en los mercados financieros, donde los
profesionales más cualificados muchas veces proceden del mundo
científico. Tentados por ingresos elevados, los reyes de la ciencia han
encontrado una salida práctica a la excelencia teórica, han transformado
su mundo de fórmulas en un puente con el mundo real, una fábrica de
predicciones que se transforman (salvo imprevistos) en dinero y
beneficios.
"Sueldo inicial en el primer año entre 125.000 y 250.000 euros, en
función de la experiencia", es la tentadora oferta de Renaissance
Technologies a aquellos físicos y matemáticos interesados en cambiar de
aires y sustituir el mundo de Sheldon Cooper (el de 'Big Bang Teory')
por el de 'El Lobo de Wall Street'. Una apuesta que lleva a trasladarse a
Nueva York a diseñar programas informáticos capaces de avanzarse a lo
impredecible, una entelequia equivalente a la conjugar las leyes del
universo con las de teoría cuántica pero de manera más prosaica.
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Juan Carela
La bolsa reclama físicos y matemáticos
- miércoles, agosto 18, 2021
- Juan Carela Cristo Viene Ya
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Cristo Viene Ya
««Los pensamientos de una persona en los cielos, hablan más fuerte que sus obras en la tierra». Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. La persona que ora tiene que tener la absoluta convicción de que Dios escucha sus plegarias y de que el Eterno puede hacer todo lo que desee cada vez que lo desee.
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