Las
millas de viajero frecuente son lo máximo para quienes adoran la
primera clase en los aviones y conocer nuevos destinos alrededor del
mundo. Sam Huang se incluye en ese grupo. Es un bloguero viajero que con mucha frecuencia suele adquirir los mejores asientos del avión a muy bajo costo.
Su última hazaña fue canjear 67.500 millas de American Airlines por un billete de ida desde Chicago a Hong Kong. El billete de primera clase en la emblemática aerolínea de Hong Kong Cathay Pacific cuesta normalmente $10,000 (€9,183), pero Huang pagó solamente $130 (€119), incluyendo el impuesto de $75 (€69) por reservar a última hora. Y tomó un montón de fotos de su lujosa aventura.
La cabina de primera clase en la que viajó Huang está compuesta solamente por seis asientos y se sorprendió por el “nivel de sofisticación y elegancia a cada paso”, según escribió en su blog TopMiles, dedicado a las experiencias de viaje. “El servicio era de primera categoría y prestaron atención a todos los detalles”.
Huang utiliza un método inteligente que consiste en acumular millas con las inscripciones en las tarjetas de crédito. El portal Business Insider asegura que comprobó con las líneas aéreas la legitimidad de los métodos usados por Huang.
Desde caviar, champán Dom Perignon hasta un masaje en los pies, así ocurrió el viaje de Huang contado en sus propias palabras. La parte más impresionante del viaje podrían ser los elegantes salones de Cathay Pacific en los que Huang se pudo relajar cuando aterrizó en Hong Kong.
Aquí comienza el relato de Huang:
Apenas superé los puntos de seguridad un personal de la aerolínea me ayudó con mi equipaje y me llevó hasta la sala de espera de primera clase. Esa persona me había estado esperando desde que me vio en el Check-in. Rápidamente me acomodé en el sencillo salón de espera de British Airways, que consiste en un montón de sofás y plantas.El agente que me escoltó me preguntó qué deseaba de beber. Sabiendo que en el avión disfrutaría de Dom Perignon y de increíble comida, solo decidí pedir una botella de agua. Estaba a punto de abordar mi vuelo de 15 horas hasta Hong Kong.Al notar que estaba cojeando un poco por un pie adolorido, un miembro del personal tomó mi equipaje y lo llevó hasta el avión.Me sentí como George Clooney en “Up in the Air”, ya que todos me veían como preguntándose quién era yo y por qué me ayudaban de esa forma.Me sorprendí mucho por lo ridículamente grande que era mi asiento. Las suites son abiertas, pues fue el diseño que decidió Cathay.Con solo seis asientos en la cabina, es uno de los espacios de primera clase más pequeños y exclusivos que hay en el cielo. Dos azafatas se encargan de atender a tres pasajeros de primera clase. Sabía que sería un vuelo divertido.Me acomodé en el asiento y pronto se presentaron mis dos asistentes de vuelo. A diferencia de lo que ocurre en Emirates, la mayoría de los tripulantes provienen de Hong Kong.Un joven me preguntó qué deseaba de beber. Pedí una copa de champán y trajo rápidamente una copa de Krug, junto con un pequeño aperitivo de caviar de salmón.Ha sido el mejor aperitivo que he probado en un vuelo.Poco después se cerraron las puertas y despegamos desde la pista de Chicago.A través de una pantalla puedes ver la superficie sobre la que estás volando. Aunque la cámara no tiene la mejor resolución, es un punto de vista único.Mientras volábamos sobre las nubes, apareció un arcoíris único. Estuve a punto de gritar: ¡es un arcoíris doble! Pero recordé que estaba en primera clase.Luego de despegar, llenaron nuevamente mi copa vacía y me trajeron algunos frutos secos. Entonces llegó el momento de ordenar el almuerzo. Primero pedí caviar, que venía con una cesta de pan y demasiadas copas. Me impresionó que me presentaran el caviar aún en la lata.No solo eso. Me trajeron una cuchara de madre perla para que el caviar no se dañara con el toque del metal. No voy a mentir, la cuchara de fantasía hizo una gran diferencia con el sabor.Luego ordené una deliciosa sopa de tomate y albahaca. Una azafata se me acercó con un molinillo de pimienta y me preguntó cuánta pimienta deseaba.Lo siguiente fue el plato principal: enormes langostinos en salsa de pomelo. Son los langostinos más grandes que he comido en mi vida.Entonces procedí a ordenar el filete de carne estadounidense.En otras aerolíneas he sentido la carne un poco seca. Pero este corte estaba delicioso y muy jugoso.Y por último pedí una sopa de alubias rojas, típica de china.Sin duda es la mejor comida que he disfrutado en un avión. El servicio fue impecable y la comida deliciosa, especialmente el filete. Luego me sirvieron un vaso de Johnny Blue para la digestión, con algunos bombones.Luego fui al baño para vestirme con mi pijama. Comparada con la ropa que ofrecen en Emirates, este pijama fue claramente pensado para la primera clase. Era realmente cómoda.El baño estaba impecable con lavabo de porcelana.Después de que me cambié de ropa, pregunté cómo convertía mi asiento en cama. Por suerte, el asiento de al lado estaba vacío y la azafata me invitó usar esa cama.Emirates puede contar con la ventaja de un asiento cerrado, pero la anchura extra de este asiento me hizo sentir realmente cómodo.La cama era perfecta y tiene probablemente la almohada más grande que exista en un avión.Entonces dormí como un bebé por algunas horas.Cuando me desperté estábamos volando sobre Rusia. La vista era impresionante con los ríos congelados.Decidí ordenar algunos de los snacks disponibles. No se trata de los pretzels ni las galletas saladas que encuentras en las aerolíneas estadounidenses. Pedí la famosa sopa de fideos con dumplings.Le pedí a la azafata que se llevara mi plato y al ver que estaba vacío me preguntó de inmediato si quería otra cosa del menú. Pedí una hamburguesa realmente deliciosa.Después ordené un poco más de champán y me dispuse a disfrutar de la vista.Entonces procedí a ver un maratón de “House of Cards”. Pasaron las horas y cuando me di cuenta era tiempo de la cena. Comí frutas.Una vez aterrizamos, la tripulación me ofreció trasladarme en una silla de ruedas al ver que seguía renqueando. Cathay Pacific tiene un salón para los pasajeros de primera clase.Después de tomar una ducha, me preguntaron si quería algo de comer. A pesar de que no tenía mucha hambre, me decidí a tomar una caja Bento. Para ser honesto, hubiese preferido pedir otra cosa ya que los fideos estaban bastante secos.Entonces decidí explorar la vida nocturna de Hong Kong junto a un amigo. Luego fui al hotel a descansar.Con muchas ansias de conocer los salones renovados de primera clase, desayuné y me dirigí al aeropuerto.Cathay Pacific es una de las pocas aerolíneas que cuentan con dos salones de primera clase en un mismo terminal. Al llegar, me llevaron hasta un ascensor revestido de mármol, ya que uno de los salones se encontraba en el piso superior. El suelo estaba cubierto de mármol. Los asientos son realmente cómodos.Cathay también tiene un bar de champán de autoservicio, para que bebas cuanto quieras.Si el champán no es lo tuyo, también cuentas con un bar general.Tan pronto se me notificó que la cabaña estaba lista, me dirigí a mi habitación privada. En la pieza central de la habitación había una bañera y una ducha. Es un espacio sumamente equipado.Con un estilo minimalista, es la mejor habitación privada en la que he estado en un aeropuerto.Decidí tomar un baño y disfrutar de todo. Al estilo de Cathay, se me proporcionó una bata de baño y zapatillas.Después de tomar mi baño, decidí conocer el Pier, el otro salón de primera clase de Cathay Pacific, que fue renovado algunos meses atrás. Caminé por la barra de tallarines de Cathay que goza de fama mundial.El Pier se encuentra en el ala opuesta del terminal y como me dolía el pie, decidí tomar un carrito.Pier es un espacio que se encuentra bajo tierra. Un paraíso cerrado en el que te sientes como en casa.Las salas de estar son muy espaciosas, con muchos asientos. Las obras de arte que se encuentran en el salón son impresionantes. En lugar de suelos de mármol, el Pier contiene madera y alfombras.La mayoría de las mesas están hechas con madera de cerezo y las paredes cubiertas de ónix verde.Son muy cuidadosos con los pequeños detalles.
Si necesitas realizar algunos trabajos, Cathay ofrece un cómodo y elegante escritorio.Si prefieres leer, también hay un espacio dispuesto para ello.En el otro extremo de la sala, hay un bar en forma de herradura. Naturalmente, bebí otra copa de champán.Llegó el tiempo del almuerzo. Fui hasta el área de autoservicio, donde consigues una gran variedad de alimentos. Todo es presentado a la perfección.Cerca del comedor hay una larga barra donde consigues las más exquisitas bebidas.Cathay Pacific ofrece un masaje de 20 minutos en la espalda o pies. Es totalmente gratis. Así que me llevaron a una sala hermosamente decorada.Mi masajista era muy amable. Como me dolía el pie, ya imaginarán qué tipo de masaje elegí.Después de mi masaje, decidí pasar el tiempo restante en una de las ocho suites disponibles. Cada habitación cuenta con un sofá-cama.Lo más destacado es la persiana automática. Con un solo botón puedes ver la pista del aeropuerto.En general, las cabañas son mejor que estas suites. Pero aquí también te hacen sentir muy cómodo.Los salones de Hong Kong son los mejores del mundo y sin duda los número uno de Asia. En especial me encantó Pier, que ha sido recientemente renovado, ya que cuidan muy bien los detalles y la atención es inmejorable.Muy pronto llegó el momento de embarcar. Tenía un vuelo corto de 90 minutos hacia Manila, que sin duda sería muy divertido.Aquí puedes ver el vídeo que hizo Sam Huang sobre su viaje:
Su última hazaña fue canjear 67.500 millas de American Airlines por un billete de ida desde Chicago a Hong Kong. El billete de primera clase en la emblemática aerolínea de Hong Kong Cathay Pacific cuesta normalmente $10,000 (€9,183), pero Huang pagó solamente $130 (€119), incluyendo el impuesto de $75 (€69) por reservar a última hora. Y tomó un montón de fotos de su lujosa aventura.
La cabina de primera clase en la que viajó Huang está compuesta solamente por seis asientos y se sorprendió por el “nivel de sofisticación y elegancia a cada paso”, según escribió en su blog TopMiles, dedicado a las experiencias de viaje. “El servicio era de primera categoría y prestaron atención a todos los detalles”.
Huang utiliza un método inteligente que consiste en acumular millas con las inscripciones en las tarjetas de crédito. El portal Business Insider asegura que comprobó con las líneas aéreas la legitimidad de los métodos usados por Huang.
Desde caviar, champán Dom Perignon hasta un masaje en los pies, así ocurrió el viaje de Huang contado en sus propias palabras. La parte más impresionante del viaje podrían ser los elegantes salones de Cathay Pacific en los que Huang se pudo relajar cuando aterrizó en Hong Kong.
Aquí comienza el relato de Huang:
Apenas superé los puntos de seguridad un personal de la aerolínea me ayudó con mi equipaje y me llevó hasta la sala de espera de primera clase. Esa persona me había estado esperando desde que me vio en el Check-in. Rápidamente me acomodé en el sencillo salón de espera de British Airways, que consiste en un montón de sofás y plantas.El agente que me escoltó me preguntó qué deseaba de beber. Sabiendo que en el avión disfrutaría de Dom Perignon y de increíble comida, solo decidí pedir una botella de agua. Estaba a punto de abordar mi vuelo de 15 horas hasta Hong Kong.Al notar que estaba cojeando un poco por un pie adolorido, un miembro del personal tomó mi equipaje y lo llevó hasta el avión.Me sentí como George Clooney en “Up in the Air”, ya que todos me veían como preguntándose quién era yo y por qué me ayudaban de esa forma.Me sorprendí mucho por lo ridículamente grande que era mi asiento. Las suites son abiertas, pues fue el diseño que decidió Cathay.Con solo seis asientos en la cabina, es uno de los espacios de primera clase más pequeños y exclusivos que hay en el cielo. Dos azafatas se encargan de atender a tres pasajeros de primera clase. Sabía que sería un vuelo divertido.Me acomodé en el asiento y pronto se presentaron mis dos asistentes de vuelo. A diferencia de lo que ocurre en Emirates, la mayoría de los tripulantes provienen de Hong Kong.Un joven me preguntó qué deseaba de beber. Pedí una copa de champán y trajo rápidamente una copa de Krug, junto con un pequeño aperitivo de caviar de salmón.Ha sido el mejor aperitivo que he probado en un vuelo.Poco después se cerraron las puertas y despegamos desde la pista de Chicago.A través de una pantalla puedes ver la superficie sobre la que estás volando. Aunque la cámara no tiene la mejor resolución, es un punto de vista único.Mientras volábamos sobre las nubes, apareció un arcoíris único. Estuve a punto de gritar: ¡es un arcoíris doble! Pero recordé que estaba en primera clase.Luego de despegar, llenaron nuevamente mi copa vacía y me trajeron algunos frutos secos. Entonces llegó el momento de ordenar el almuerzo. Primero pedí caviar, que venía con una cesta de pan y demasiadas copas. Me impresionó que me presentaran el caviar aún en la lata.No solo eso. Me trajeron una cuchara de madre perla para que el caviar no se dañara con el toque del metal. No voy a mentir, la cuchara de fantasía hizo una gran diferencia con el sabor.Luego ordené una deliciosa sopa de tomate y albahaca. Una azafata se me acercó con un molinillo de pimienta y me preguntó cuánta pimienta deseaba.Lo siguiente fue el plato principal: enormes langostinos en salsa de pomelo. Son los langostinos más grandes que he comido en mi vida.Entonces procedí a ordenar el filete de carne estadounidense.En otras aerolíneas he sentido la carne un poco seca. Pero este corte estaba delicioso y muy jugoso.Y por último pedí una sopa de alubias rojas, típica de china.Sin duda es la mejor comida que he disfrutado en un avión. El servicio fue impecable y la comida deliciosa, especialmente el filete. Luego me sirvieron un vaso de Johnny Blue para la digestión, con algunos bombones.Luego fui al baño para vestirme con mi pijama. Comparada con la ropa que ofrecen en Emirates, este pijama fue claramente pensado para la primera clase. Era realmente cómoda.El baño estaba impecable con lavabo de porcelana.Después de que me cambié de ropa, pregunté cómo convertía mi asiento en cama. Por suerte, el asiento de al lado estaba vacío y la azafata me invitó usar esa cama.Emirates puede contar con la ventaja de un asiento cerrado, pero la anchura extra de este asiento me hizo sentir realmente cómodo.La cama era perfecta y tiene probablemente la almohada más grande que exista en un avión.Entonces dormí como un bebé por algunas horas.Cuando me desperté estábamos volando sobre Rusia. La vista era impresionante con los ríos congelados.Decidí ordenar algunos de los snacks disponibles. No se trata de los pretzels ni las galletas saladas que encuentras en las aerolíneas estadounidenses. Pedí la famosa sopa de fideos con dumplings.Le pedí a la azafata que se llevara mi plato y al ver que estaba vacío me preguntó de inmediato si quería otra cosa del menú. Pedí una hamburguesa realmente deliciosa.Después ordené un poco más de champán y me dispuse a disfrutar de la vista.Entonces procedí a ver un maratón de “House of Cards”. Pasaron las horas y cuando me di cuenta era tiempo de la cena. Comí frutas.Una vez aterrizamos, la tripulación me ofreció trasladarme en una silla de ruedas al ver que seguía renqueando. Cathay Pacific tiene un salón para los pasajeros de primera clase.Después de tomar una ducha, me preguntaron si quería algo de comer. A pesar de que no tenía mucha hambre, me decidí a tomar una caja Bento. Para ser honesto, hubiese preferido pedir otra cosa ya que los fideos estaban bastante secos.Entonces decidí explorar la vida nocturna de Hong Kong junto a un amigo. Luego fui al hotel a descansar.Con muchas ansias de conocer los salones renovados de primera clase, desayuné y me dirigí al aeropuerto.Cathay Pacific es una de las pocas aerolíneas que cuentan con dos salones de primera clase en un mismo terminal. Al llegar, me llevaron hasta un ascensor revestido de mármol, ya que uno de los salones se encontraba en el piso superior. El suelo estaba cubierto de mármol. Los asientos son realmente cómodos.Cathay también tiene un bar de champán de autoservicio, para que bebas cuanto quieras.Si el champán no es lo tuyo, también cuentas con un bar general.Tan pronto se me notificó que la cabaña estaba lista, me dirigí a mi habitación privada. En la pieza central de la habitación había una bañera y una ducha. Es un espacio sumamente equipado.Con un estilo minimalista, es la mejor habitación privada en la que he estado en un aeropuerto.Decidí tomar un baño y disfrutar de todo. Al estilo de Cathay, se me proporcionó una bata de baño y zapatillas.Después de tomar mi baño, decidí conocer el Pier, el otro salón de primera clase de Cathay Pacific, que fue renovado algunos meses atrás. Caminé por la barra de tallarines de Cathay que goza de fama mundial.El Pier se encuentra en el ala opuesta del terminal y como me dolía el pie, decidí tomar un carrito.Pier es un espacio que se encuentra bajo tierra. Un paraíso cerrado en el que te sientes como en casa.Las salas de estar son muy espaciosas, con muchos asientos. Las obras de arte que se encuentran en el salón son impresionantes. En lugar de suelos de mármol, el Pier contiene madera y alfombras.La mayoría de las mesas están hechas con madera de cerezo y las paredes cubiertas de ónix verde.Son muy cuidadosos con los pequeños detalles.
Si necesitas realizar algunos trabajos, Cathay ofrece un cómodo y elegante escritorio.Si prefieres leer, también hay un espacio dispuesto para ello.En el otro extremo de la sala, hay un bar en forma de herradura. Naturalmente, bebí otra copa de champán.Llegó el tiempo del almuerzo. Fui hasta el área de autoservicio, donde consigues una gran variedad de alimentos. Todo es presentado a la perfección.Cerca del comedor hay una larga barra donde consigues las más exquisitas bebidas.Cathay Pacific ofrece un masaje de 20 minutos en la espalda o pies. Es totalmente gratis. Así que me llevaron a una sala hermosamente decorada.Mi masajista era muy amable. Como me dolía el pie, ya imaginarán qué tipo de masaje elegí.Después de mi masaje, decidí pasar el tiempo restante en una de las ocho suites disponibles. Cada habitación cuenta con un sofá-cama.Lo más destacado es la persiana automática. Con un solo botón puedes ver la pista del aeropuerto.En general, las cabañas son mejor que estas suites. Pero aquí también te hacen sentir muy cómodo.Los salones de Hong Kong son los mejores del mundo y sin duda los número uno de Asia. En especial me encantó Pier, que ha sido recientemente renovado, ya que cuidan muy bien los detalles y la atención es inmejorable.Muy pronto llegó el momento de embarcar. Tenía un vuelo corto de 90 minutos hacia Manila, que sin duda sería muy divertido.Aquí puedes ver el vídeo que hizo Sam Huang sobre su viaje:
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