El Nobel de Economía 2012 fue otorgado a dos estadounidenses que
aplican un sofisticado arsenal matemático a la vida económica práctica.
Alvin Roth, de 59 años de edad y Lloyd Shapley de 89 estudiaron cómo
funciona un sistema de cooperación racional y previsible entre los
agentes económicos de la sociedad. Para ello formularon modelos
estadísticos y de combinaciones de variables, pero fundamentalmente,
buscan abolir el azar en las decisiones que tomen las personas, pero
como el azar esta dentro de lo impredecible hasta ahora es solo una
utopía. Quieren dominar la contingencia de los mercados bursátiles y
perfeccionar la asignación de utilidades.
Los economistas están formados en la teoría de los juegos, la lógica y
en estadísticas. Los tipos de juegos de los grupos humanos hoy son la
“vedete” de las investigaciones. Trabajan en el tema no solo
economistas, matemáticos, sociólogos, politólogos, biólogos o
psicólogos. La teoría de los juegos se aplica al derecho, a la
asignación de responsabilidades, adopción de decisiones en litigios o
conciliación. Uno de los grandes sueños del hombre actual es abolir la
incertidumbre de la época, el azar que, a veces, la potencia. Los poetas
y los filósofos fueron los primeros en elucidar qué hacer con el azar y
la contingencia. Y anticipándose a cualquier racionalización
economicista de la casualidad, abandonaron la esperanza de torcer el
brazo de lo inesperado. Los Nobeles Roth y Shapley, en sentido
contrario, tratan de conocer a fondo el cómo lograr conocer
anticipadamente las conductas cooperativas en distintos segmentos
económicos: mercado bursátil y reparto de las utilidades.
La teoría de los juegos hoy ganó prestigio en los sectores que toman
decisiones institucionales y financieras. Sus técnicas de análisis dan
confianza, articulan la ciencia del cálculo. Su pionero fue el
matemático John von Neumann. A comienzos de la década de 1940 trabajó
con el economista Oskar Morgenstern en las aplicaciones económicas de
esa teoría. De esa corriente matemática y de los modelos duros salieron
los ilustres galardonados. Han conocido con fruición el libro que
publicó en 1944 von Neumannan: “La teoría del juego y la conducta
económica”. Y los trabajos de Morgenstern los hicieron avanzar hasta
exprimir todo lo que tiene el modelo por el que recibieron el Nobel.
Roth aportó a la teoría de las asignaciones estables y a la práctica del
diseño de mercado. Y su compañero de premio, Shapely, primero
matématico en Harvard antes de ser economista en otras universidades
norteamericanas, formuló la asignación racional de pagos en juegos
cooperativos (con transferencia de utilidades).
Accionistas, inversores en alianzas estratégicas y otros actores de
la vida económica, lo toman de referencia. Con la teoría de los juegos
Shapley fue creativo. Dejó su apellido en la disciplina, el llamado
“Valor de Shapley”, marcador por el cual se determinan las
probabilidades de que ocurra un suceso en acuerdo con los jugadores de
la alianza. El reparto de las utilidades tendrá un efecto tendenciado
que las técnicas de las probabilidades lo podrán calcular. Para Shapley
los comportamientos del mercado y de las empresas son sometidos a las
leyes de la sincronía matemática de las variables y, sobre todo, la
conducta humana (el desvelo del filósofo Descartes). El “Valor Shapley”
muestra que si los jugadores pueden comunicarse entre sí y negociar un
acuerdo antes de los pagos, la problemática que surge es diferente. A la
hora de asignar dinero, Shapley sabe que una propuesta de coalición y
de reparto de los pagos que garantice estabilidad a los individuos no
rompe el acuerdo cooperativo de distribución.
Su colega Roth trabaja en paralelo. Usa el juego cooperativo en la
asignación de médicos residentes en hospitales de los EEUU., en colegios
públicos de Boston, en el mercado bursátil y laboral. En 1994 el Nobel
lo ganó Jhon Nash (inspiró la celebrada película “Una mente brillante”)
al tomar la teoría de los juegos pero para las conductas no cooperativas
de los actores de un mercado. La economía le teme al azar, a lo que es
contingente y se aferra así solo a lo calculable. El poeta francés
Mallarmé escribió el mazazo “Un golpe de dados nunca abolirá el azar” y
Borges jugó a la incompletud para reflexionar: “Lo que llamamos azar es
nuestra ignorancia de la compleja maquinaria de la causalidad o
impredecible. Esa compleja maquinaria incluiría en sí todo lo que el
orden normal excluiría: lo falaz, el crimen, lo infinito”. Roth y
Shapley nunca necesitaron citarlo, sus pertinencias económicas son
cooperaciones finitas en un mercado que pretende desconocer el
enigmático azar
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Vencer al Azar
Juan Carela
El mercado bursátil está regido por el Azar
- miércoles, enero 26, 2022
- Juan Carela Cristo Viene Ya
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Cristo Viene Ya
««Los pensamientos de una persona en los cielos, hablan más fuerte que sus obras en la tierra». Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. La persona que ora tiene que tener la absoluta convicción de que Dios escucha sus plegarias y de que el Eterno puede hacer todo lo que desee cada vez que lo desee.
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