Aunque la economía china se ralentizó al año pasado hasta el 7,7 por ciento, el crecimiento más bajo desde 1999, los ricos son cada vez más ricos en este país regido por un régimen de partido único que, paradójicamente, se sigue definiendo como comunista. En concreto, 150.000 millones de dólares (110.640 millones de euros) más ricos, ya que, a tenor de la lista que elabora cada año la prestigiosa revista económica «Forbes», cada uno de los 400 magnates más adinerados de China ha aumentado su fortuna una media de 400 millones de dólares (295 millones de euros).

En total, el patrimonio de las 100 mayores fortunas del país se ha elevado este año un 44 por ciento hasta alcanzar los 316.000 millones de dólares (233.000 millones de euros). Además, «Forbes» ha contabilizado 168 magnates con más de mil millones de dólares (737 millones de euros), lo que supone un nuevo récord. «Los ricos son cada vez más ricos», resumió el jefe de la oficina de «Forbes» en Shanghái, Rusell Flannery, quien reconoció que «el rápido crecimiento de la riqueza en China parece estar al margen de la ralentización de su economía».

A la cabeza de esta lista se sitúa Wang Jianlin, quien en menos de tres décadas ha pasado de ser un simple soldado a convertirse en el hombre más rico de su país. Gracias al Grupo Dalian Wanda, una de las principales inmobiliarias de China, atesora un patrimonio de 14.100 millones de dólares (10.399 millones de euros), 6.000 millones de dólares más (4.425 millones de euros) que el año pasado por el repunte de precios del sector inmobiliario y sus últimas inversiones.

Además de sus contactos en el todopoderoso Ejército chino y su cercanía a Bo Xilai, el popular dirigente del Partido Comunista condenado el mes pasado por corrupción, el multimillonario se ha visto beneficiado por el «boom» inmobiliario que ha vivido China gracias a su extraordinario crecimiento económico y a la mejora de las condiciones de vida. En estas dos últimas décadas, ha construido por todo el país 72 centros comerciales, todos ellos llamados «Wanda Plaza», con tiendas, oficinas y cines. De hecho, Wang Jianlin ya posee la mayor cadena de cines del mundo tras adquirir el año pasado el grupo AMC Entertainment Holdings por casi 2.000 millones de euros.

Su último proyecto: construir en la ciudad oriental de Qingdao un Hollywood «made in China» con 20 estudios de cine, ocho hoteles de lujo, un parque temático con el correspondiente museo de cera de sus estrellas y hasta un club náutico para sus yates. Con su primera fase abierta en 2016, debería estar plenamente operativo en 2017, cuando el magnate espera rodar allí 30 películas extranjeras y cien producciones nacionales cada año. Para su presentación, invitó a finales del mes pasado a astros internacionales como Leonardo DiCaprio, Nicole Kidman, John Travolta, Catherine Zeta-Jones, Ewan McGregor, Christoph Waltz o Kate Beckinsale, que compartieron la alfombra roja con celebridades chinas como Zhang Ziyi, Jet Li y Tony Leung.

Desplazado del primer al segundo puesto, a Wang Jianlin le sigue Zong Qingchou, propietario del grupo de bebidas Wahaha, cuya fortuna ha subido un 12 por ciento hasta alcanzar los 11.200 millones de dólares (8.261 millones de euros). En tercer lugar se sitúa Robin Li, fundador de Baidu, el motor de búsqueda en internet más popular de China, con 11.100 millones de dólares (8.187 millones de euros).

Entrando por primera vez en la lista, el cuarto lugar lo ocupa Li Hejun, presidente de la empresa de energías renovables Hanergy, con 10.900 millones de dólares (8.040 millones de euros). En quinta posición se encuentra Ma Huateng, propietario de la compañía tecnológica Tencent, con 10.200 millones de dólares (7.522 millones de euros).

La primera mujer del ranking aparece en séptimo lugar y se llama Yang Huiyan, quien heredó la constructora Country Garden y tiene 7.200 millones de dólares (5.310 millones de euros). Tras ella, la fortuna de Jack Ma, fundador del portal Alibaba de comercio electrónico, se ha duplicado hasta los 7.100 millones de dólares (5.235 millones de euros) demostrando la buena salud de internet en China.

El aumento de la riqueza entre los potentados de este país no hace más que demostrar las crecientes desigualdades sociales, que se han agravado bajo la dictadura del Partido Comunista.