Proverbios 22:29 “El que hace bien su trabajo, estará al servicio
de reyes y no de gente insignificante.”
La primera es: « ¿Por qué debo intentarlo?» Los
niños preguntan a menudo el porqué de las cosas- Y ésta es una de las
preguntas más importantes. ¿Por qué levantarme tan temprano? ¿Por qué
trabajar tan duro’? ¿Por qué leer tantos libros? ¿Por qué hacer tantas
amistades? ¿Por qué irme tan lejos? ¿Por que ganar tanto? ¿Por qué dar
tanto?
La mejor respuesta a « ¿por qué debo intentarlo?», es otra pregunta: « ¿Por qué no?» ¿Qué
otra cosa puedo hacer con mí vida? ¿Por qué no comprobar hasta dónde
puedo llegar? ¿Por qué no comprobar cuánto puedo ganar o leer o dar?
¿Por que no comprobar lo que puedo llegar a ser, o cuánto puedo crecer?
¿Por qué no? Después de todo, tendrá que vivir en este mundo hasta que
se vaya. Mientras esté aquí, ¿por qué no vivir con estilo y elegancia?
La tercera pregunta va más allá- Es muy simple: « ¿Por que no yo?» Algunas personas han conseguido cosas increíbles con medios y conocimientos muy limitados.
Algunas personas se las arreglan tan bien, que intentan triunfar en todo- ¿Y por qué no yo?
Por qué no puedo admirar la bruma
matutina en las islas Hébridas? ¿Por qué me va a estar prohibido
impregnarme de historia en la Torre de Londres, o descubrir los
profundos misterios de España? ¿Por qué no puedo disfrutar de una
agradable comida en uno de esos encantadores restaurantes de los Campos
Elíseos de París? ¿Por qué no yo?
No hay nada más delicioso que un paseo
por la Sala de los Espejos del palacio de Versalles, o contemplar a Mona
Lisa en el Louvre.
¿Por qué no voy a navegar en una goleta
por el mar Caribe? ¿Por qué no voy a ir de compras por la Quinta Avenida
de Nueva York, o vivir en el Waldorf Astoria, el Plaza, o el Carlisle, y
degustar un asado de oca sobre lecho de pastel de manzana en el
restaurante Luchow?
¿Por qué no voy a disfrutar todo lo que ofrece la vida, sabiendo que ése es el premio al esfuerzo disciplinado y constante?
¿Por qué no yo?
Y en este momento, amigo mío, le propongo la última pregunta: « ¿Por qué no ahora?» ¿Por qué posponer ese futuro mejor, cuando todas esas maravillas aguardan impacientes una orden suya? Empiece hoy.
Cómprese unos buenos libros, elabore un plan detallado de objetivos,
invite a comer a un millonario, busque nuevas formas de aumentar su
productividad, inicie un nuevo estilo de vivir con más amor y
generosidad, haga un esfuerzo más para aumentar la confianza en sí
mismo. Empiece a actuar hoy.
Por último, pida ayuda al Señor. Si, ya
sé que nuestro éxito futuro dependerá sólo de nosotros. Pero también sé
que todos necesitamos el sustento espiritual, especialmente cuando
nuestra fuerza de voluntad flaquea ante las adversidades.
Hay una historia que cuenta la aventura
de un hombre que convirtió un desierto de rocas en un hermoso jardín
lleno de flores tras dos años de duro trabajo. Cierto día apareció por
allí un ermitaño. Había oído hablar del jardín, ya que su fama se había
extendido en muchos kilómetros a la redonda. El ermitaño quería
asegurarse de que el jardinero no había olvidado al Creador de todo, y
le dijo: «Jardinero, el Señor te ha bendecido con un jardín
verdaderamente hermoso.» El jardinero entendió lo que quería decirle, y
le respondió: «Tienes razón, ermitaño. Si no hubiese sido por el sol, la
lluvia, la tierra y el milagro de las semillas y de las estaciones, no
existiría este jardín. Pero tenias que haber visto este lugar hace dos
años, cuando el Señor se ocupaba de él.»
A usted y a mí se nos ha concedido la
gracia de la vida, pero nos toca a nosotros decidir sí vamos a utilizar
las leyes de Dios para crear y prosperar.
De Jim Rohn
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