"La maldición de Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los justos." Proverbios 3:33
Con 14 años, y en apenas seis meses, Jonathan G. Lebed se hizo
millonario jugando a la Bolsa en Internet. El chaval se las prometía muy
felices con su dinero fresco, hasta que la Comisión del Mercado de
Valores le cazó in fragante y descubrió un fraude valorado en un cuarto
de millón de dólares.
La sorpresa
vino cuando los agentes llamaron a la puerta del hogar familiar de los
Lebed en Newark, Nueva Jersey, y descubrieron que el sagaz inversor no
era el padre, Greg, sino el hijo, Jonathan, que había estado usando su
cuenta a sus espaldas. El niño confesó entonces que llevaba desde los 12
años enganchado a la Bolsa, que siempre le gustaron los números y que
le había entrado la curiosidad viendo las noticias financieras en la
CNN. El resto lo había aprendido consultando aquí y allá en Internet.
Todo empezó de forma sencilla. Con 8.000 dólares en el bolsillo y 12 años de edad, Jonathan G. Lebed comenzó a comprar acciones de pequeñas compañías, principalmente de la industria del entretenimiento. Horas después de haber adquirido las participaciones a un precio bastante modesto (centavo de dólares la unidad), el chaval enviaba cientos de correos electrónicos haciéndose pasar por asesor financiero, siempre con nombres falsos y haciendo correr chivatazos en este estilo: «Hay que comprar urgentemente: estas acciones van a valer 2 o 3 dólares muy pronto».
Decenas de inversores on line picaron una y otra vez y contribuyeron inconscientemente a sobrevalorar las acciones del interesado, que daba incluso instrucciones para vender automáticamente cuando la cotización llegara a un tope (en más de una ocasión, Jonathan estaba tan tranquilo en la escuela cuando se cerró la operación).
Entrevistado por el Wall Street Journal, Jonathan G. Lebed reconocía que no jugó limpio en algunas de las operaciones y se mostró dispuesto a devolver el dinero. El chaval, que acaba de cumplir los 15 años, se confiesa como «un apasionado de los ordenadores y de las matemáticas».
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