Jesús
dijo: yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! De esa
manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo*
*Pues él
da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre
los justos y los injustos por igual*
*Si solo
amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos
cobradores de impuestos hacen lo mismo* “. - Mt. 5:44-46
En las cárceles
comunistas he visto cristianos arrastrando con los pies cadenas de 25 kgrs.;
torturados con atizadores al rojo y en cuyas gargantas habían forzado
cucharadas de sal para luego negárseles el agua.
Hambrientos,
azotados, sufriendo frío y orando con fervor por los comunistas. ¡Esto es
humanamente inexplicable!
Es el
amor de Cristo que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo.
Más
tarde, los comunistas que nos habían torturado, también cayeron en prisión.
Bajo el régimen
comunista, los mismos comunistas, aun jefes y gobernantes, van a parar a menudo
a la cárcel, al igual que sus adversarios.
En esos
momentos, torturados y torturadores compartíamos una misma celda. Mientras los
no creyentes demostraban todo su odio contra sus ex inquisidores y los
golpeaban, los cristianos los defendían aun a riesgo de ser golpeados y
acusados de ser cómplices con los comunistas.
He visto
a cristianos que daban el ultimo trozo de su pan (nos daban en aquel tiempo
solo una tajada por semana), y la medicina que podría salvar sus vidas, a
alguno de sus torturadores, comunistas enfermos, que en ese momento era compañero
de prisión.
Las últimas
palabras de Juliu Maniu, cristiano y ex Primer Ministro de Rumania, que murió́
en prisión, fueron: “Si los comunistas son derrocados en nuestro país, será́
deber sagrado de todo cristiano salir a la calle y defenderlos, a riesgo de su
propia vida, de la justa furia de las multitudes a quienes han tiranizado.”
En los
primeros días después de mi conversión, sentía como si no pudiera vivir mucho más.
Caminando por las calles, al cruzarme con hombres y mujeres que pasaban por mi
lado, experimentaba una sensación de dolor físico, como si una puñalada me
perforara el corazón.
Tan
quemante era para mí́ el interrogante: “¿Estarán salvados o no? Si un miembro
de mi congregación cometía un pecado, yo lloraba por horas enteras. El íntimo
deseo de que todas las almas se salven ha permanecido en mi corazón, del cual
los comunistas no están excluidos.
En las
celdas de confinamiento solitario no nos era posible orar como antes. Estábamos
increíblemente hambrientos; nos habían drogado hasta convertirnos en idiotas.
Estábamos
tan débiles que parecíamos esqueletos. La oración del Padre Nuestro era
demasiado larga para nosotros; no podíamos concentrarnos lo suficiente como
para recitarla.
La única oración
que podía repetir una y otra vez era: “Jesús, te amo”.
Y luego,
un día glorioso, obtuve la respuesta de Jesús: “¿*Me amas? Ahora yo te
demostrare cuanto yo te amo a ti* “.
En ese
instante sentí́ que una llamarada quemaba mi corazón, como las llamas que
coronan al sol.
Los discípulos
que iban camino a Emaús dijeron que sentían arder sus corazones cuando Jesús
hablaba.
Esa fue la sensación que sentí́ y experimente. En ese momento conocí́ el amor de Aquel que ha dado su vida en la cruz por todos nosotros.
Esa fue la sensación que sentí́ y experimente. En ese momento conocí́ el amor de Aquel que ha dado su vida en la cruz por todos nosotros.
Ese amor
no puede excluir a los comunistas, por graves que sean sus pecados.
Ellos han
cometido y continúan cometiendo atrocidades, pero como dicen las Sagradas
Escrituras: “Las muchas aguas no podrá́ apagar el amor, ni lo ahogaran los
ríos. Porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el sepulcro los
celos.”
Tal como
la sepultura insiste en quedarse con todos, pobres y ricos, jóvenes y ancianos,
hombres de todas las razas, naciones e ideologías; santos y criminales, así́ también
el Amor lo barca todo.
Cristo,
Amor encarnado, jamás cesara en Sus esfuerzos por ganar también a los
comunistas.
Un pastor
fue arrojado en mi celda. Estaba medio muerto, la sangre le corría por la cara
y el cuerpo. Había sido brutalmente golpeado; otros reclusos comenzaron a
insultar a los comunistas. Con voz lastimera y quebrada les dijo: “¡Por favor,
no los maldigan! ¡Guarden silencio, deseo orar por ellos!”
Pastor. Richard Wurmbrand
(1909-2001)
📖 Torturado Por La Causa De Cristo
(1909-2001)
📖 Torturado Por La Causa De Cristo
CRISTO VIENE PRONTO…
POR FAVOR SALVA A UN ALMA HOY.
Yo ya hice mi parte.
Ahora es tu turno para expandir el evangelio.
Dios los bendiga a todos.
Y POR FAVOR NO TE OLVIDES DE COMPARTIR ESTE ARTICULO, ESTOY ORÁNDOLE A
DIOS PARA QUE TODOS LOS QUE LEAN ESTE ARTÍCULO REFLEXIONEN Y SE SALVEN. POR
FAVOR ES URGENTE, AYÚDAME A QUE LA GENTE LEA ESTE ARTICULO Y SE SALVEN DIOS TE
BENDIGA.
“El hombre que hace más de lo que se le paga, pronto ganará más de lo que hace”: Napoleon Hill
ResponderEliminar“Los campeones se mantienen jugando hasta que lo hacen bien”: Billie Jean King
ResponderEliminarPor su información positiva para todos los lectores, y su buena colaboración en dicho Blogs. Que Bien… yupiii. ��
ResponderEliminarEstaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza
ResponderEliminarSalmo 17:15
En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
David contrastó su esperanza eterna con el enfoque de la mayoría de la gente acerca del éxito físico temporal en este mundo (v. 14). En lugar de riqueza y tener sus necesidades físicas satisfechas, el deseo de David era ver un día a Dios cara a cara, despertar en semejanza glorificada de Dios.
El apóstol Juan también describió esta esperanza en 1 Juan 3:2: “Sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es”.
¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron. Hebreos 2:3